La libertad en tiempos de desinformaci¨®n
Es preciso contrarrestar la informaci¨®n falsa y desenmascarar las fuentes de las fake news
La informaci¨®n es el combustible de la democracia. El conocimiento de la realidad es lo que permite a los electores formar opini¨®n sobre la acci¨®n de los gobiernos y las alternativas. Hoy recibimos un flujo permanente de informaci¨®n, pero con mucha desinformaci¨®n. En la era digital, la veracidad es la primera v¨ªctima. Y si el ciudadano no puede distinguir entre lo veraz y las fake news, antes llamadas bulos, la democracia se gripa.
Con la firma del nuevo Tratado de Amistad entre Francia y Alemania, el partido de Le Pen satur¨® las redes acusando a Alemania de ¡°alta traici¨®n¡± por ceder la soberan¨ªa sobre Alsacia. Casualmente, en Espa?a tambi¨¦n se ha acusado falsamente al Gobierno de asumir los ¡°21 puntos de Torra¡±, falsedad utilizada ante la multitud congregada por la unidad de Espa?a.
El Gobierno belga cay¨® porque los nacionalistas flamencos, amigos de Puigdemont, se apoyaron en el fake de que el Acuerdo de Marrakech, texto no vinculante, arrebataba a los Estados su soberan¨ªa en pol¨ªtica migratoria. Se manipularon im¨¢genes, como las de Macron lav¨¢ndose las manos tras saludar a obreros, aunque fuera por atrapar una anguila. Y se han viralizado historias del Brexit como la de los 350 millones de libras que los brit¨¢nicos obtendr¨ªan por semana si Bruselas no les robase, desmentida incluso tras la votaci¨®n. Aqu¨ª tambi¨¦n tenemos ejemplos de manipulaci¨®n con cuentos sobre las cuentas fiscales.
Es preciso contrarrestar la informaci¨®n falsa y desenmascarar las fuentes de las fake news. No es tarea f¨¢cil. Seg¨²n Harari, autor de Homo Sapiens, los avances tecnol¨®gicos representan ¡°un reto mucho m¨¢s profundo para el ideal b¨¢sico liberal: la libertad humana¡± que cualquier otra amenaza pret¨¦rita.
El problema de fondo, seg¨²n Harari, no es que las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n erosionen nuestro libre albedr¨ªo. Sino que el margen que nos queda para la libertad entre el azar y la necesidad no ha aumentado con el progreso, en palabras de Jerome Monod. Es hora de aceptar, sostiene Harari, que los seres humanos no somos individuos libres, sino ¡°animales pirateables¡±. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de Hitler. Y la posibilidad de hackear nuestro cerebro aumenta con las redes sociales. El mensaje se adapta a cada persona gracias a la informaci¨®n sobre nosotros mismos que revelamos en las redes sociales.
Estas amenazas desinformativas, generadas a menudo por movimientos ultras y gobiernos autoritarios o nacional-populistas, a veces aliados entre s¨ª, buscan minar la democracia liberal y el proyecto europeo, agudizando las divisiones en las sociedades e interfiriendo en elecciones.
Estas amenazas desinformativas buscan minar la democracia liberal y el proyecto europeo
En Espa?a, tuvimos ejemplos en el oto?o de 2017 en Catalu?a. Y esa tendencia no va a cesar, sobre todo ante el ciclo electoral en Europa. Crece el temor a que la intoxicaci¨®n con noticias falsas enturbie los pr¨®ximos comicios europeos del 26 de mayo, y qui¨¦n sabe si las generales del 28 de abril. El Consejo Europeo ha aprobado un Plan de Acci¨®n para combatir las campa?as de desinformaci¨®n dentro y fuera de la UE. Se ha creado un Sistema de Alerta R¨¢pida que agilizar¨¢ la reacci¨®n ante ataques cibern¨¦ticos de desinformaci¨®n. En Francia, se ha aprobado una Ley anti fake news y se plantea el fact cheking, sistema que verifique la informaci¨®n como existe en iniciativas privadas. De esta forma, una de las mayores amenazas a la democracia ha emergido de la sociedad de la informaci¨®n.
La paradoja es que la libertad expresi¨®n constituye el mayor amparo para los art¨ªfices de noticias falsas. El art¨ªculo 20 de nuestra Constituci¨®n defiende que la libre difusi¨®n de ideas y opiniones tiene como l¨ªmite el respeto a los Derechos Fundamentales, pero tambi¨¦n recoge como derecho que dicha informaci¨®n sea veraz. No es aceptable que se permita la difusi¨®n de hechos falsos sin consecuencias, del mismo modo que no se aceptar¨ªa suministrar ¡°libremente¡± carne podrida en supermercados.
Es imprescindible la alianza de gobiernos, instituciones, empresas de comunicaci¨®n y sociedad civil, que de forma admirable se organiza para luchar contra falsedades. Ante la desinformaci¨®n, no podemos caer en la inacci¨®n; de ello depende la salud de nuestra democracia. Como advirti¨® Walter Lippmann en Liberty and the news: ¡°No puede haber libertad para una comunidad que carezca de los medios para detectar las mentiras¡±.
Josep Borrell es ministro de Asuntos Exteriores, Uni¨®n Europea y Cooperaci¨®n de Espa?a.
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