La identidad no entiende de fronteras
Una h¨²ngara refugiada en Palermo crio a la autora hasta que cumpli¨® 15 a?os. Con ella aprendi¨® a sentirse europea y, sobre todo, a adaptarse a un nuevo pa¨ªs sin marginar su idiosincrasia
QUERIDA GIULIANA, me conociste antes de que yo naciera, bordaste mi canastilla. Cuando mi madre, que estaba embarazada de tres meses, te pregunt¨® t¨ªmidamente si deseabas cuidar a un reci¨¦n nacido, respondiste que a los 40 a?os y sin hijos eso era un aut¨¦ntico desaf¨ªo. Y ella dijo: ¡°Lo haremos juntas¡±.
Te quedaste con nosotros 15 a?os.
A trav¨¦s de las historias del rey Mat¨ªas, me hiciste amar tu pa¨ªs, Hungr¨ªa. En 1956, llor¨¦ contigo en el cine cuando vi al Ej¨¦rcito sovi¨¦tico aplastar toda esperanza de libertad de tu pueblo. Te refugiaste en Palermo en 1944, tu marido siciliano te hab¨ªa abandonado en Trieste para irse a las monta?as con su ¨²ltima amante. Recogiste los pocos alimentos que ten¨ªas y as¨ª, vendiendo jud¨ªas secas, caf¨¦ y az¨²car, llegaste a Palermo. El hermano y la hermana de tu marido te acogieron con afecto, pero no quisiste aprovecharte de su generosidad, debida en parte a la verg¨¹enza por el comportamiento de su hermano. Preferiste mantenerte por ti misma y trabajar para nosotros.
Me quer¨ªas mucho, pero eras severa. Me ense?aste a sentirme europea a trav¨¦s de tus relatos y a respetar a los ancianos y discapacitados. Eras coja. Y mis juegos eran sedentarios: leer, dibujar, bordar y preparar el strudel: trabajar la pasta hasta convertirla en un velo ligero y luego rellenarla de almendras trituradas, pasas, az¨²car y canela. Cuando cumpl¨ª 15 a?os te fuiste a vivir con tus cu?ados, pero ven¨ªas cada semana a comer a casa y luego ¨ªbamos al cine.
Me rega?aste cuando me cas¨¦ con un extranjero: ¡°Que este ingl¨¦s no acabe siendo como mi marido¡±, me dijiste.
Deseabas tanto cuidar de mi primer hijo: a los 70 a?os estabas dispuesta a aprender ingl¨¦s y venir a Londres. Pero no pudo ser. Falleciste a los pocos d¨ªas de nacer Giorgio, que se llamaba igual que tu marido. Cuando te lo dije, exclamaste: ¡°?T¨² siempre tan desobediente y rebelde! Le has puesto el nombre que yo he maldecido en todos estos a?os. ?Ahora, sin embargo, debo amarlo y bendecirlo!¡±.
De ti aprend¨ª a adaptarme a un nuevo pa¨ªs sin perder mi identidad.
La escritora italiana Simonetta Agnello Hornby es autora del libro 'Palermo es mi ciudad', publicado por Gatopardo Ediciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.