Ella es un icono pansexual: el g¨¦nero es m¨¢s interesante que el sexo
H¨¦lo?se Latissier, francesa de Nantes, se transform¨® en Christine & The Queens y se convirti¨® en estrella pop y modelo ¡®queer¡¯
En la vida civil, esta diminuta y andr¨®gina francesa responde al nombre de H¨¦lo?se Latissier. Pero, cuando se trata de hacer m¨²sica, lleva cinco a?os transform¨¢ndose en Christine and The Queens. Con su debut vendi¨® un mill¨®n de ejemplares, lleg¨® a actuar con Madonna y Elton John, son¨® en la banda sonora de Girls y la erigieron en icono queer. El dif¨ªcil segundo ¨¢lbum se llama Chris (Because/Universal), igual que la nueva encarnaci¨®n de este Orlando furioso del pop que ha decidido tachar la segunda mitad de su nombre.
En los dos antebrazos, Chris lleva tatuado un di¨¢logo de Freaks (1932, en Espa?a La parada de los monstruos), la m¨ªtica pel¨ªcula de Todd Browning: ¡°Te aceptamos. Eres uno de los nuestros¡±. Por tanto, no cuesta adivinar que la cantante se considera un miembro honor¨ªfico de una imaginaria parada de los monstruos. ¡°Vi la pel¨ªcula con nueve a?os y fue mi primera gran lecci¨®n: el verdadero monstruo no es el que designamos como tal. La monstruosidad depende de la negrura moral de un individuo y nunca de su deformidad¡±, responde en el vest¨ªbulo de un hotel cercano a su domicilio parisino, en uno de esos barrios con tantos coworkings como mezquitas salafistas.
Siempre se ha sentido marginal. Nacida en una familia de profesores de Nantes, creci¨® cuando eso de la fluidez de g¨¦nero sonaba a asignatura optativa de ingenier¨ªa industrial. ¡°Sufr¨ª mucho por no encajar en lo que deb¨ªa ser una chica joven, en lo que se esperaba de m¨ª. Era demasiado baja, no sab¨ªa c¨®mo vestirme, hac¨ªa bromas que nadie entend¨ªa y quer¨ªa ser un chico, pero sab¨ªa que no lo era. Entonces ya sab¨ªa qui¨¦n era yo, pero no ten¨ªa las armas necesarias para defenderlo¡±, confiesa.
"Me preguntan si voy a 'transicionar', pero no se trata de eso. Sigo siendo una mujer. Solo quiero seguir renovando mi libertad sin dejar que me encierren en una categor¨ªa¡±
Para poner fin a esa etapa marcada por el dolor, se invent¨® un ¨¢lter ego art¨ªstico al que llam¨® Christine. La idea surgi¨® en Londres a comienzos de esta d¨¦cada, en un extinto club de drag queens, a las que convirti¨® en sus maestras espirituales. ¡°Ellas tambi¨¦n ponen fin a insultos e humillaciones reinvent¨¢ndose en un personaje de ficci¨®n vistoso y extravagante con el que desaparecen sus heridas. Fueron ellas quienes me parieron: lo m¨ªo no es un n¨²mero de drag, pero responde a la misma idea¡±, precisa. ¡°Christine fue el comienzo de un largo trabajo por quererme un poco m¨¢s¡±. A?ade que desde que cumpli¨® los 30, hace solo unos meses, se siente bastante mejor.
El ¨¦xito apote¨®sico de su debut, Chaleur humaine, tanto en Francia como fuera, nunca entr¨® en sus planes. A la hora de afrontar su segundo ¨¢lbum, decidi¨® acometer otra metamorfosis. Se cort¨® la melena y abandon¨® su languidez para adoptar rasgos tradicionalmente asociados a la virilidad. ¡°Me preguntan si voy a transicionar, pero no se trata de eso. Sigo siendo una mujer. Solo quiero seguir renovando mi libertad sin dejar que me encierren en una categor¨ªa¡±, dice la cantante. Chris ya no es una joven mustia, sino una hembra poderosa y col¨¦rica que toma como modelo ¡°al Mick Jagger m¨¢s sudoroso¡±. En la vida diaria, ya nadie la llama H¨¦lo?se. ¡°Solo mis padres y mi manager cuando se enfada. Yo tambi¨¦n me dirijo a m¨ª misma como Chris. De hecho, si me llaman H¨¦lo?se siento que pierdo mi mojo¡±.
El cambio de personaje tambi¨¦n se ha traducido en lo musical. En su nuevo ¨¢lbum, publicado en dos versiones, una cantada en ingl¨¦s y otra en franc¨¦s, hay menos melancol¨ªa. Su l¨ªrica bebe de cierto imaginario g¨®tico, pero tambi¨¦n de los pilares del pop galo, con Christophe, Alain Bashung o el obligatorio Gainsbourg al frente. La r¨ªtmica y los gemidos de Michael Jackson tambi¨¦n ocupan un lugar principal. ¡°Y tambi¨¦n su hermana Janet, a la que no deber¨ªamos olvidar. Sus discos de los noventa son una locura. Son diarios ¨ªntimos en los que pasa por todos los estados de ¨¢nimo, de la tristeza a la euforia. Est¨¢n hechos de manera artesanal y algo anticuada en el mundo de hoy, en que se necesitan 12 compositores para un tema de tres minutos¡±.
Tras el ¨¦xito de su primer disco, pudo trabajar con esos superproductores suecos que componen para la plana mayor del pop, pero no quiso. ¡°No hubiera funcionado. Yo necesito hacerlo todo yo misma¡±, asegura. En este nuevo disco, que presentar¨¢ en el pr¨®ximo Primavera Sound, se la escucha entonar alg¨²n verso en castellano, lengua que no habla. Uno de sus temas se titula Follarse. ¡°Me gust¨® la palabra, pero no sab¨ªa qu¨¦ significaba. Cuando lo supe, me gust¨® a¨²n m¨¢s¡±, admite Chris, pidiendo disculpas ¡°al pueblo espa?ol¡± por haberlo conjugado con escasa inteligibilidad. Otra canci¨®n lleva el peculiar t¨ªtulo de Goya Soda. ¡°Es un tema sobre el deseo imposible que sent¨ª por un joven al que quise devorar como en las pinturas negras de Goya¡±, describe. ¡°S¨¦ que voy un poco lejos, pero te juro que no tomo drogas¡±.
¡°Es un tema sobre el deseo imposible que sent¨ª por un joven al que quise devorar como en las pinturas negras de Goya. S¨¦ que voy un poco lejos, pero te juro que no tomo drogas¡±
Chris prefiere definirse como pansexual y no como bisexual, porque no le gusta el binarismo que implica el segundo t¨¦rmino. No todo el mundo lo entiende. ¡°Sacar este disco con el nombre de Chris me ha hecho sentirme pesimista, porque me he dado cuenta de que las zonas grises todav¨ªa no son aceptadas. La gente te exige respuestas categ¨®ricas. No acepta la fluidez real¡±.
Cuando se cort¨® el pelo, un diario franc¨¦s decidi¨® preguntar a un psicoanalista qu¨¦ significaba. ¡°Dijo que era la aceptaci¨®n del fin de la fecundidad. Yo les respond¨ª que estaban enfermos¡±. Se pregunta si el pop no habr¨¢ perdido desde los tiempos de Prince, ¡°todo un icono genderfuck¡±. O Mecano: le fascina que sus letras est¨¦n narradas desde el punto de vista masculino, pero cantadas por una mujer. ¡°Supongo que hoy le preguntar¨ªan si piensa transicionar¡±.
?Somos h¨¢msteres que siguen dando vueltas en la rueda? ¡°No, porque, en el fondo, las cosas avanzan. Pero s¨ª observo una ola de conservadurismo y una furia por las respuestas claras. Y yo, como supongo que te habr¨¢ quedado claro a estas alturas, siempre las he odiado¡±.
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