La vida del padre de Serena y Venus Williams, una historia de pel¨ªcula
Will Smith interpretar¨¢ en un filme biogr¨¢fico al controvertido Richard Williams, el hombre que dise?¨® un plan para que sus hijas llegaran a ser grandes estrellas del tenis
Algunas historias no hacen m¨¢s que corroborar que el ¨¦xito poco tiene que ver con la suerte. Este es el caso de Serena y Venus Williams, las dos tenistas negras que m¨¢s alto han llegado en la historia del tenis gracias al plan milim¨¦trico de su padre que un d¨ªa, sin tener que ver con este deporte, decidi¨® que sus hijas ser¨ªan tenistas y campeonas cuando ni siquiera hab¨ªan nacido.
Tan sorprendente es la historia que el cine se ha fijado en ella como argumento para una pel¨ªcula que estar¨¢ protagonizada por Will Smith y que se centrar¨¢ precisamente en el progenitor de las deportistas. Todav¨ªa no hay fecha para rodar, ni director, pero seg¨²n ha publicado el Daily Mail el actor est¨¢ ¡°apasionado¡± por el proyecto del que tambi¨¦n ser¨¢ productor.
Lo que s¨ª parece decidido es el t¨ªtulo del filme: King Richard (Rey Ricardo), una elecci¨®n muy adecuada al estilo con el que Richard Williams ha llevado la carrera de sus hijas, como un rey absoluto que control¨® sus vidas desde incluso antes de que decidiera que empezaran a entrenar cuando ten¨ªan poco m¨¢s de cuatro a?os. Ocurri¨® un d¨ªa cuando estaba viendo la televisi¨®n; cambi¨® de canal y conect¨® con otro justo en el momento en el que la tenista rumana Virginia Ruzici recib¨ªa un cheque de 40.000 d¨®lares (algo m¨¢s de 35.000 euros) por ganar un torneo. En ese momento decidi¨® que tendr¨ªa dos hijos m¨¢s y que ser¨ªan tenistas. Y aunque ¨¦l no ten¨ªa ni idea de c¨®mo era ese deporte dise?¨® un plan de 78 p¨¢ginas que aplic¨® a rajatabla cuando nacieron sus hijas, Venus en 1979 y Serena en 1981.
En ese intervalo en el que lleg¨® a organizar cenas rom¨¢nticas para convencer a su esposa para tener m¨¢s hijos, ley¨® todo lo que pudo sobre el deporte, se empap¨® de v¨ªdeos de tenis y recibi¨® algunas clases ¨¦l mismo hasta convencerse del principio que ha guiado su vida y la de sus hijas: ¡°Aunque suene arrogante, si crees en ti mismo puede suceder¡±. Lo afirm¨® en varias entrevistas cuando Serena y Venus ya apuntaban maneras de campeonas. Tambi¨¦n ten¨ªa argumentos frente a quienes cuestionaban sus m¨¦todos: ¡°Ser mal entendido nunca me molest¨®, crec¨ª toda mi vida de esa manera. No se trataba de pensar que pod¨ªan tener ¨¦xito, era saber que lo tendr¨ªan¡±, dijo Williams.
Sus defensores le describen como un padre amoroso y un astuto comerciante, sus cr¨ªticos afirman que es un controlador y un manipulador. Algunos de los que han frecuentado su entorno aseguran que tiene un don especial para fanfarronear o fabricar sue?os a medida. A ¨¦l se le atribuyen frases como: ¡°Estoy pensando en comprar el Rockefeller Center, ahora no tengo tiempo para el tenis¡±, o ¡°Este fin de semana no estaremos por aqu¨ª porque iremos a la Casa Blanca¡±. Pero eso quedaba para momentos puntuales porque el resto de la evoluci¨®n de su familia, y de sus hijas campeonas, ha estado basado en lo que ¨¦l mismo denomina Williams Llife Tri¨¢ngle, algo as¨ª como los valores del tri¨¢ngulo de vida de los Williams: compromiso, confianza y coraje. Tres aspectos unidos entre s¨ª por la fe, porque todos ellos son testigos de Jehov¨¢ y profundos creyentes.
Richard Williams naci¨® en Shreveport, Lousiana en la d¨¦cada de los a?os cuarenta. All¨ª vivi¨® con su madre, un padre ausente y cuatro hermanos en una casa sin camas ni cuartos de ba?o. Sinti¨® a su lado el aliento del racismo m¨¢s hiriente, fue testigo del linchamiento de un amigo y vio morir a otro atropellado por una mujer blanca que nunca fue investigada. Quiz¨¢ tenerse que endurecer ante estas injusticias fue lo que le inclin¨® a ser f¨¦rreo con sus hijas. Y cuando decidi¨® comenzar su temprano entrenamiento en el mundo del tenis tambi¨¦n decidi¨® que toda la familia se mudar¨ªa a las peligrosas calles de Compton, una ciudad del condado de Los ?ngeles que en aquel momento viv¨ªa una guerra de pandillas que se convert¨ªa en episodios de violencia con relativa regularidad. La leyenda cuenta que no solo llevaba a entrenar a sus hijas a las pistas p¨²blicas, sino que incluso lleg¨® a persuadir a grupos de j¨®venes para que las insultaran y se hicieran fuertes mientras aguantaban el chaparr¨®n.
Entonces ya las machacaba con sus defectos y les dec¨ªa ¡°cuando est¨¦s en la final del Open y pase esto, tienes que hacer esto otro¡±. Una educaci¨®n poco convencional, pero que ha dado sus resultados y que ¨¦l mismo reflej¨® a?os despu¨¦s en un libro titulado Back or White: The way I see it (Blanco o negro: La manera en que yo lo veo). Una forma de vida que no evit¨® que su?hija mayor, Yetunde, fuera asesinada a tiros con 31 a?os en su viejo barrio de Compton, ni que la misma Serena sufriera una embolia pulmonar en 2011 que estuvo a punto de acabar con su vida. Momentos en los que su padre confi¨® una vez m¨¢s en su resistencia ante la adversidad y en su creencia en que querer es poder.?
Antes ya hab¨ªa probado en una pista que no andaba equivocado en empoderar a sus hijas. Fue en 2001, Venus estaba junto a ¨¦l en las gradas y Serena, que ten¨ªa 19 a?os, en la pista dispuesta a disputar la final de Indian Wells, uno de los torneos m¨¢s prestigiosos del circuito. La multitud abucheaba al padre y a las hijas. ?l mantiene que fue por racismo, otros justificaron la actitud del p¨²blico porque sospechaban que el padre pod¨ªa haber arreglado que Venus se retirara minutos antes de salir a la cancha, alegando una tendinitis, en la semifinal que la debi¨® enfrentar a su hermana. Serena escribi¨® en su autobiograf¨ªa que "solo ve¨ªa un mar de personas ricas, en su mayor¨ªa mayores, en su mayor¨ªa blancas, de pie y abucheando, como un gent¨ªo linchador". Serena gan¨® a la belga?Kim Clijsters, y la familia vet¨® ese torneo hasta 2015.?
Richard Williams consigui¨® que sus hijas triunfaran y tambi¨¦n que sus propias arcas (fue su entrenador durante a?os) crecieran como ¨¦l hab¨ªa imaginado. Incluso quienes llegaron a pensar que estaba loco, se pararon a reflexionar y concluyeron que su familia parec¨ªa sana, ¨¦l deb¨ªa saber algo que ellos no llegaban a entender.?Keven Davis, que asesor¨® legalmente a los Williams durante 11 a?os ha explicado en alguna entrevista que a pesar de su forma de comportarse siempre defendi¨® que no hab¨ªa que menospreciar a Richard Williams: ¡°Su locura tiene un m¨¦todo. Todo lo que dice est¨¢ muy bien pensado y noventa y nueve veces de cada cien obtiene ese resultado. No hay que subestimarlo¡±.
Richard Williams lo ten¨ªa claro: "Ser mal entendido nunca me molest¨®, crec¨ª toda mi vida de esa manera", dijo hace a?os en una entrevista. Dej¨® de entrenar a sus hijas hace a?os y en 2016 sufri¨® un accidente cerebrovascular, aunque su actual esposa ¨Cun a?o mayor que su hija Venus¨C asegura que se encuentra bien. Venus y Serena nunca han hablado mal de su padre sino todo lo contrario: la familia se ha mostrado como una pi?a incluso despu¨¦s del complicado divorcio de los progenitores y han viajado juntos y compartido espacio en las gradas como espectadores de los triunfos deportivos de sus hijas. Venus ha ganado 49 torneos individuales de la WTA, entre ellos cinco Wimbledon y dos Open de Estados Unidos. Serena ha conseguido vencer en 23 torneos de Gran Slam, marca solo superada por la australiana Margaret Court. Entre las dos hermanas poseen ocho medallas ol¨ªmpicas? y sus ganancias se estiman en unos 36 millones de euros, en el caso de Venus, y casi 77 millones, en el de Serena. Est¨¢ claro que Richard Williams ten¨ªa un plan y no par¨® hasta conseguirlo. Sus hijas siguen so?ando con el cielo.
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