La memoria de Simone de Beauvoir

Simone de Beauvoir entr¨® el a?o pasado en la biblioteca de la Pl¨¦iade, 36 a?os m¨¢s tarde que su eterno compa?ero, Jean-Paul Sartre. La legendaria colecci¨®n de cl¨¢sicos de Gallimard reuni¨® en dos tomos todos sus libros de memorias, una de las obras maestras de la literatura europea, que recogen la existencia de una mujer que siempre luch¨® por su libertad y por la construcci¨®n de un espacio propio. Nunca quiso aceptar lo que la sociedad ten¨ªa preparado para ella, ni para su g¨¦nero, y as¨ª surgi¨® de hecho la teor¨ªa central de El segundo sexo:la mujer es una construcci¨®n social, no natural.

Los libros de memorias de Beauvoir, editados en castellano por Edhasa, representan un apasionante relato del siglo XX, con sus hero¨ªsmos, pero tambi¨¦n con sus errores: los dos abrazaron causas equivocadas, aunque se muestra bastante l¨²cida con la deriva totalitaria de Cuba o con las esperanzas rotas de la descolonizaci¨®n. Como en su vida, defiende la misma libertad para los dem¨¢s que para ella. Son p¨¢ginas llenas de viajes, que muestran hasta qu¨¦ punto era una estrella. Relata por ejemplo un recorrido por Jap¨®n durante el que descubre el ¨¦xito de El segundo sexo cuando se encuentra con decenas de estudiantes que le piden un aut¨®grafo en una cartulina.

Resulta en cambio divertido leer el relato del rechazo del Nobel por parte de Sartre en 1964. ¡°Hab¨ªa tomado la decisi¨®n de no ir a hacer el mono a Estocolmo. ?Qui¨¦nes eran esos acad¨¦micos que se permit¨ªan elegir?¡±, escribe en un pasaje que resulta revelador leer el a?o en que se ha tenido que suspender su entrega por un esc¨¢ndalo de acoso sexual en la Academia. Comparti¨® su vida con Sartre, aunque cada uno ten¨ªa su casa y sus propias parejas. Eso no impidi¨® su profunda complicidad.

Son especialmente emocionantes los libros que dedica al fallecimiento de su madre, Una muerte tan dulce, y de Sartre, La ceremonia del adi¨®s. Se rebel¨® contra su papel en la vida y tambi¨¦n contra el destino inevitable de cualquier existencia. ¡°No hay muerte natural: nada de lo que ocurre al hombre es natural porque su presencia pone el mundo en cuesti¨®n¡±, escribi¨®. Si se puede sacar una sola lecci¨®n de los recuerdos de Beauvoir es que la rebeli¨®n merece la pena, que las cosas pueden cambiar, que no se debe admitir como inevitable lo que no lo es. Y que su lucha por la libertad debe continuar.