Socio y rival
La UE reacciona ante la emergencia de China como superpotencia
China ha sido hasta ahora un socio fiable, tambi¨¦n un competidor temible y ahora, seg¨²n una comunicaci¨®n de la Comisi¨®n Europea dirigida a las otras instituciones de la UE, se est¨¢ convirtiendo en ¡°un rival sist¨¦mico¡±. Ha terminado la ¨¦poca del ascenso pac¨ªfico en la que Pek¨ªn desplegaba una pol¨ªtica exterior llena de contenci¨®n y prudencia, tal como propugnaba en su d¨ªa Deng Xiao Ping, el fundador del eficaz comunismo capitalista chino. Con la consolidaci¨®n del liderazgo de Xi Jinping, el dirigente comunista m¨¢s personalista desde Mao Zedong, ya no es posible esconder la ambici¨®n china de adquirir el estatuto de primera superpotencia, tal como reconoce el documento, especialmente a la vista del repliegue, la inhibici¨®n y el unilateralismo de Donald Trump, significativo representante del regreso a una tradici¨®n aislacionista estadounidense bien viva hasta 1914.
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En el reconocimiento de China como rival sist¨¦mico hay una inteligente modulaci¨®n de las necesidades europeas respecto a sus relaciones exteriores. La antigua superpotencia que ha sido Rusia es el origen de muchas dificultades y roces con la Uni¨®n Europea y con buen n¨²mero de sus pa¨ªses socios, pero el aut¨¦ntico rival estrat¨¦gico, en el largo plazo y desde el punto de vista del proyecto europeo, es la Rep¨²blica Popular China, que est¨¢ trabajando en la construcci¨®n de una globalizaci¨®n econ¨®mica e incluso pol¨ªtica alternativa a la que ha encabezado Estados Unidos durante 70 a?os.
Sin dejar de participar en las actuales instituciones internacionales, China ha empezado a levantar instituciones alternativas. Desde un banco de inversiones para Asia y una instituci¨®n de cooperaci¨®n asi¨¢tica multilateral, como la Organizaci¨®n de Shangh¨¢i, hasta una iniciativa global de infraestructuras e inversiones como la llamada Belt and Road Initiative (BRI), con la que Pek¨ªn pretende organizar las inversiones, las comunicaciones y el comercio global seg¨²n una inspiraci¨®n imperial tradicional inscrita en el propio nombre del pa¨ªs como centro del mundo.
El brazo m¨¢s preocupante para los europeos de esta pol¨ªtica es la institucionalizaci¨®n de las relaciones de China con los pa¨ªses de la Europa Central y Oriental (11 pa¨ªses socios de la UE y 5 candidatos balc¨¢nicos), conocida bajo la f¨®rmula 16+1, a la que ahora puede unirse la Italia de Salvini con su adhesi¨®n a la BRI. Las dificultades europeas con su pol¨ªtica exterior y el repliegue nacionalista de buen n¨²mero de pa¨ªses europeos facilitan, por a?adidura, la pol¨ªtica de dividir para imperar que tantas veces se ha aplicado a Europa y que ahora atrae a Pek¨ªn, dispuesto incluso a tantear alternativas a la propia UE.
Las relaciones entre Europa y China, positivas en tantos aspectos, se caracterizan por su asimetr¨ªa y falta de reciprocidad. Pek¨ªn acepta las reglas multilaterales cuando van a su favor, pero consigue eludirlas o crear reglas propias cuando le interesa. Sucede desde el plano m¨¢s elemental de las empresas hasta las grandes decisiones en los organismos internacionales. Contrastan las facilidades que tienen las empresas y los inversores chinos, perfectamente controlados por el Estado-partido, con las dificultades de las empresas y los inversores extranjeros en China. Parte de esas asimetr¨ªas, las que afectan a la libertad de informaci¨®n, China las comparte con Rusia y con otros pa¨ªses autoritarios, que cuentan con abundantes medios de comunicaci¨®n y propaganda de difusi¨®n internacional, incluso de interferencia digital en la pol¨ªtica occidental, pero bloquean el acceso dentro de sus pa¨ªses a los medios occidentales.
Todav¨ªa m¨¢s preocupantes son los avances tecnol¨®gicos en los que China empieza a destacar, en ocasiones fruto de discutibles y preocupantes transferencias de tecnolog¨ªa y de derechos de propiedad intelectual. En la telefon¨ªa m¨®vil 5G y en la inteligencia artificial, en los que Pek¨ªn ha demostrado sus enormes capacidades, no est¨¢n en juego tan solo mercados apetitosos sino tambi¨¦n cuestiones que afectan directamente a la seguridad y a las libertades civiles. La UE quedar¨¢ muy corta si se limita a denunciar las ambiciones de China como superpotencia y sigue en cambio estancada en sus deficiencias pol¨ªticas como t¨ªmido actor global.
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