El arte de llevar gorra de b¨¦isbol
Fueron los Brooklyn Excelsiors en 1860 los primeros en usar este complemento, lo que les dio ventaja en la Major League pues pod¨ªan lanzar y batear sin deslumbrarse con el sol
La gorra de b¨¦isbol solo se puede llevar de dos maneras: con confianza o sin. Si la llevas con seguridad en ti mismo queda de cine, en caso contrario, tienes grandes probabilidades de resultar francamente rid¨ªculo. Releo esta m¨¢xima, expresada con tanta autoridad (es lo que tiene haberse convertido en el Beau Brummell de ICON) y me veo obligado a un matiz importante: hay otras dos formas de llevar la gorra de b¨¦isbol, con la visera hacia delante o hacia atr¨¢s. En el segundo caso, debe aplicarse con mucho m¨¢s rigor la formulaci¨®n 1.
Soy un fetichista de las gorras de b¨¦isbol. Me he dado cuenta de que tengo una fijaci¨®n con ellas, y acaso un problema, al adquirir hace unos d¨ªas en el Museo Naval de Estambul una de tripulante de submarino turco que en realidad no necesitaba. Es chul¨ªsima: de color arena, luce hojas de roble dorado en el borde de la visera, una banderita con la media luna en el lateral y en la parte frontal un submarino de plata y el n¨²mero y el nombre del sumergible, S-360 TCG I In?n¨¹. En las playas de Formentera causar¨¦ sensaci¨®n, sobre todo teniendo en cuenta lo escueto del resto de mi indumentaria en la isla. ¡°Ah¨ª viene la pasi¨®n turca¡±, se dir¨¢ al borde del mar. La he colocado junto a una de mis posesiones m¨¢s preciadas, la muy parecida de la Marina espa?ola que me regal¨® en 2011, despu¨¦s de una cena en la que se me fue la mano hablando de aventuras en el mar, la entonces ministra de Defensa Carme Chac¨®n. La reservo para ocasiones especiales.
Otras dos de mis gorras favoritas son las de los Washington Redskins, que conservo con cari?o tambi¨¦n porque la compr¨¦ en mi primera visita a EE UU, hace tanto que ya es vintage, y la de los Yankees, que es un b¨¢sico imprescindible en cualquier fondo de armario que se precie. Es dif¨ªcil encontrar a alguien famoso que no la haya lucido alguna vez (v¨¦ase en Internet la p¨¢gina Best hot guys in baseball hats). Probablemente es la gorra de b¨¦isbol m¨¢s ubicua. Creo que incluso vi una vez a Saddam Hussein llevarla. Deb¨ªa ser antes de la invasi¨®n de Iraq; o a lo mejor era Tom Selleck.
Soy un fetichista de Las gorras de b¨¦isbol. Tengo una fijaci¨®n con ellas, y acaso un problema, al adquirir hace unos d¨ªas en el Museo Naval de Estambul una de tripulante de submarino turco que en realidad no necesitaba
Unas notas hist¨®ricas: por lo visto fueron los Brooklyn Excelsiors en 1860 los primeros en emplear la gorra de b¨¦isbol, lo que les dio ventaja en la Major League pues pod¨ªas lanzar y batear sin deslumbrarte con el sol. Esto no explica ¨Cno soy un experto en b¨¦isbol¨C por qu¨¦ algunos jugadores se la ponen al rev¨¦s. Quiz¨¢ es para que no te d¨¦ el sol en la nuca, pero entonces ser¨ªa mejor (es una idea) el salacot, del que ya hemos hablado, ?y c¨®mo!, en estas p¨¢ginas. Mientras escribo estas reflexivas l¨ªneas, un compa?ero de la secci¨®n de deportes me informa de que (¡°mira que eres lerdo, Jacinto¡±) la gorra se lleva al rev¨¦s para ponerte la m¨¢scara cuando haces de catcher. Puede ser, pero entonces, ?por qu¨¦ se la ponen as¨ª Leonardo DiCaprio, Ice Cube o Sylvester Stallone? ?Eh, listillo?
La gorra de b¨¦isbol ha evolucionado no diremos que notablemente pero s¨ª algo. La visera se ha hecho m¨¢s larga y la forma de ajuste se ha diversificado. Tambi¨¦n se ha desarrollado la versi¨®n hortera, que es la llamada de camionero, con tejido de redecilla en la parte posterior. En alg¨²n caso, como en el golf, la gorra ha desaparecido misteriosamente y ha quedado solo la visera. Especialmente interesante es la extensi¨®n del uso de la gorra de b¨¦isbol a las subculturas urbanas (hip hop, chav, poligoneros), las fuerzas de seguridad y el ej¨¦rcito, sin querer meterlos a todos en el mismo saco. Es evidente que esta forma de cubrirse la cabeza es m¨¢s c¨®moda que el sombrero de la Polic¨ªa Montada del Canad¨¢ o el casco de los bobby londinenses. Por otro lado los Hombres de Harrelson no hubieran sido lo mismo sin T.J. con la gorra del rev¨¦s en el tejado.
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