Catalu?a no era Euskadi
Los relatos de los 24 guardias civiles que han declarado esta semana difieren entre s¨ª
La percepci¨®n es libre, subjetiva, personal. La realidad es determinada, factual, general.
Los relatos de los 24 guardias civiles que han declarado esta semana difieren entre s¨ª. L¨®gico. Dependen del lugar y rol que ocupaban, las circunstancias con que se toparon en cada actuaci¨®n, el color del cristal con que cada uno de ellos miraba.
Los testigos sobrios son los m¨¢s ¨²tiles: aportan datos limpios. Como los documentos de Llu¨ªs Salvad¨® estimando una necesidad financiera en la transici¨®n a la secesi¨®n, por 22.800 millones de euros.
O los planes para unas aduanas, o para militarizar a los Mossos. Hay que calibrar en qu¨¦ punto de cocci¨®n estaban: meras estimaciones, grandes trazos o proyectos detallados. Pero estaban.
Claro que solo si se calibran bien sabremos con exactitud hasta qu¨¦ punto ten¨ªa raz¨®n la confesi¨®n de la (huida) consejera Clara Ponsat¨ª en junio de 2018: ¡°Jug¨¢bamos al p¨®quer e ¨ªbamos de farol¡±.
A diferencia de los escuetos, los m¨¢s afectados tienden a sobreverbalizar. A riesgo de incurrir en un relato hiperrealista que puede derivar en surreal.
Le sucedi¨® ayer al guardia S17971T, al describir el bloqueo indepe contra el registro de la nave de Unipost en Terrassa donde se almacenaban las papeletas ilegales:
¡ªEl secretario judicial ten¨ªa miedo, nos pidi¨® algo para taparse la cara, era para tenerlo, la gente estaba exaltada ¡ªdeclar¨®.
Pero no hubo agentes lesionados, reconoci¨®, y solo da?os en ¡°un retrovisor¡± de uno de sus veh¨ªculos. Sobre esos datos acotados, sin embargo, influ¨ªa una poderosa percepci¨®n. Esta:
¡ªYo no lo viv¨ª, pero los compa?eros veteranos dec¨ªan que [aquello] se parec¨ªa al inicio del conflicto vasco ¡ªdeletre¨®.
Es obvio que se trata de una comparaci¨®n fallida. Incluso al inicio, la actividad terrorista vasca era extremadamente violenta, poco que ver con un retrovisor.
ETA se funda en 1969. Enseguida lanza artefactos explosivos, intenta descarrilar un tren (1961), realiza atracos a mano armaba (1965), y en 1968 comete su primer asesinato. Por fortuna, nada tuvo que ver entonces Catalu?a ¡ªni en 2017¡ª con esa Euskadi. Y nada, por desgracia, la de hoy con la de I?igo Urkullu.
Los guardias describieron dos momentos clave. Uno, el 20-S, en que grupos muy activos intentaron interceptar las inspecciones y registros de proveedores y despachos de altos cargos de la Generalitat.
Con resultado escu¨¢lido: en casi todos los casos se realizaron ¡°con normalidad¡± y en alguno (despacho de Salvad¨®) ¡°fue espectacular¡±, por los documentos recogidos.
Pero tanto ese d¨ªa como sobre todo el del refer¨¦ndum (1-O), muchos guardias percibieron ¡°odio¡± de los manifestantes, un odio ¡°inaudito¡±; ¡°no hab¨ªa visto una cosa igual en mi vida¡±; mi colega ¡°recibi¨® un mordisco¡±; era una ¡°violencia inusitada¡±.
Todos estos datos y sensaciones est¨¢n ya en el t¨²rmix de los jueces. Prestos a ser contrastados con las pruebas, los papeles, las im¨¢genes. Y de ser centrifugados dentro del c¨®digo y de la jurisprudencia.
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