¡°La literatura o te emociona o no es v¨¢lida¡±
La profesora de Filolog¨ªa francesa Inmaculada D¨ªaz Narbona dedica su vida a ense?ar, transmitir y contagiar las letras africanas
La profesora de Filolog¨ªa francesa Inmaculada D¨ªaz Narbona se tiene que remontar a 1982, fecha en la que empez¨® a preparar su tesis doctoral (Los cuentos de Birago Diop: entre la tradici¨®n africana y la escritura) defendida en 1987, para hablar de sus inicios en el mundo de las literaturas africanas. A partir de ese momento, no se separ¨® nunca m¨¢s de estas letras por las que antes ya hab¨ªa sentido un aut¨¦ntico flechazo. Y lo demuestra ahora que, jubilada hace unos cuantos a?os, todav¨ªa contin¨²a activa impartiendo clases en m¨¢ster de g¨¦nero y literatura postcolonial en doctorados.
Asunci¨®n Arag¨®n Varo, su compa?era en la Universidad de C¨¢diz, resalta de ella que es una de las personas que en la Academia fue "pionera" en la introducci¨®n del estudio de estas literaturas en Espa?a. "Y ya van m¨¢s de 30 a?os, en los que no ha dejado de investigar, ense?ar y difundir sobre literaturas africanas o hispanoafricanas¡±. Por su parte, Landry ¨C Wilfried Miampika de la Universidad de Alcal¨¢, a?ade que D¨ªaz Narbona siempre ha desempe?ado su labor como cr¨ªtica y docente con rigor y honestidad. "Sin caer en la exaltaci¨®n del exotismo ni en la condescendencia com¨²n sobre ?frica. Ha contribuido as¨ª a la consolidaci¨®n y reconocimiento de los estudios africanos dentro y fuera de la universidad¡±, declara Miampika.
Sin duda, una larga trayectoria. ¡°Un camino duro pero fascinante, que me oblig¨® a formarme en disciplinas que no hab¨ªa visto¡±, explica D¨ªaz Narbona, de una ¨¦poca en la que recuerda haber conocido a muchos autores, autoras y amistades. Rememora, sobre todo, con admiraci¨®n, su encuentro con L¨¦opold S¨¦dar Senghor: ¡°Tuve la suerte y el honor de compartir con ¨¦l un Seminario de una semana y nuestras conversaciones fueron muchas y muy interesantes. Fue el que m¨¢s me impresion¨®¡±. De hecho, utiliza una frase suya "nombrar es crear" para opinar sobre el uso de la expresi¨®n ¡°literatura africana¡± como un todo. ¡°Mientras sigamos sin nombrar, estaremos desdibujando la realidad, haciendo un grupo... Sin tener en cuenta las identidades¡±, a?ade.
Lo cierto es que la perspectiva del tiempo le concede el poder opinar con fundamento sobre la realidad en torno a estas letras que la experta constata ha ido cambiando. ¡°?Much¨ªsimo! Hace mucho tiempo. Las literaturas africanas son ya ineludibles en la Academia, y reconocidas. Aunque Espa?a siempre ha ido m¨¢s lenta en su recepci¨®n, traducci¨®n y estudio, ya es una realidad creciente. Cada vez hay m¨¢s investigaciones. Y en lo que respecta a la divulgaci¨®n, juegan un papel primordial las webs como Literafricas, Afribuku¡ Sin ellas, seguramente no estar¨ªamos hablando ahora¡±. Adem¨¢s, a?ade: ¡°Las literaturas africanas no son ya abarcables. Y hay otro campo poco explorado: muchas personas que llegan y se instalan en nuestro pa¨ªs, usan nuestras lenguas para escribir. Es una escritura testimonial, casi siempre, que deber¨ªamos conocer: nos ense?a mucho de nuestra sociedad, de nuestra realidad¡±.
Esta mujer, enorme en su trayectoria y humilde a la hora de hablar de ella, tiene en su haber la publicaci¨®n de obras tan importantes e ineludibles como la primera antolog¨ªa de mujeres africanas de expresi¨®n franc¨®fona Las africanas cuentan (Servicio de publicaciones de la Universidad de C¨¢diz, 2002). Junto a este t¨ªtulo aparecen, entre m¨¢s de ocho t¨ªtulos, Otras mujeres, otras literaturas (coeditada con Arag¨®n Varo y publicada por la editorial Zanzibar en 2005) en el que se traza un breve pero profundo recorrido por la narrativa de mujeres escritoras subsahariana y magreb¨ªes, o Literaturas hispanoafricanas: realidades y contextos (Verbum, 2015) en el que hace lo propio al reunir 15 ensayos de otros tantos expertos, con las narrativas de algunos autores, originarios o procedentes del continente africano que, por diversos motivos o por elecci¨®n, utilizan el castellano, catal¨¢n o gallego como lengua para escribir.
Ella siempre ha desempe?ado su labor como cr¨ªtica y docente con rigor y honestidad. "Sin caer en la exaltaci¨®n del exotismo ni en la condescendencia com¨²n sobre ?frica", considera Landry ¨C Wilfried Miampika
Pero de todo su trabajo, esta mujer cuenta que de lo que m¨¢s satisfecha se encuentra sea quiz¨¢s de las clases. "He disfrutado mucho en ellas y he tenido la sensaci¨®n de ser ¨²til. Seguro que es una estupidez por mi parte, pero me gusta pensar que he abierto alguna ventanilla m¨¢s, diferente, hacia la realidad", se?ala. "Mira, uno de los momentos m¨¢s emocionantes fue cuando un estudiante me escribi¨® a los varios a?os de haberle dado clase; estaba como profesor en la Escuela Oficial de Idiomas (no recuerdo de qu¨¦ localidad) y me dijo que ese curso, en las lecturas obligatorias de franc¨¦s, habr¨ªa una obra africana¡±.
Diaz Narbona transmite muchas cosas, entre ellas pasi¨®n. ¡°La literatura (sea cual sea) o te emociona o no te es v¨¢lida¡±, reflexiona para lanzarse a hablar de las obras que han ido apareciendo a comienzos del siglo XXI, sobre las que opina que ¡°no me atrever¨ªa a generalizar, hay muchos condicionantes que, l¨®gicamente, modelan la creaci¨®n, adem¨¢s de la amplitud del t¨¦rmino escritorxs africanxs. Uno que es determinante, es el lugar de instalaci¨®n y / o el lugar de edici¨®n. No tiene nada que ver ser publicado en ?frica o en Par¨ªs o Londres¡ Y aqu¨ª entrar¨ªamos en literaturas migrantes, afropolitanismo, afropeismo¡.. y el largo etc¨¦tera que, en definitiva, relacionamos con las identidades. Algo que es b¨¢sico para nuestra forma de entender y ordenar el mundo que nos rodea¡±, concluye.
Todo el que ha conocido o trabajado con esta amante de las letras africanas destaca su generosidad, su mano siempre abierta para cualquiera que est¨¦ interesado y quiera compartir su pasi¨®n. ¡°Divertida, comprometida, sabia¡±, resalta Arag¨®n Varo, palabras que Marta Sof¨ªa L¨®pez Rodr¨ªguez de la Universidad de Le¨®n completa a?adiendo que, sobre todo, ella estuvo en el germen del grupo de investigaci¨®n internacional Afroeurope@s: Culturas e Identidades Negras en Europa. ¡°Su inmenso saber y compromiso han movido monta?as; su amor por ?frica ha sido una infecci¨®n que nos ha contagiado a mucha gente...¡±
Con el ¨¢nimo de que se expanda, es imposible no ceder a la tentaci¨®n de que d¨¦ algunos t¨ªtulos para aquellos que quieran iniciarse en estas lecturas: ¡°Me quedar¨¦ muy corta; son muchos los nombres que se me vienen a la cabeza, pero citar¨¦ solo tres obras y por una raz¨®n cada una":
M¨¢s all¨¢ del Mar de Arena de Agn¨¨s Agboton: "Porque nos pone en la realidad del desplazamiento, de la mal llamada ¡°integraci¨®n¡± (cuando queremos decir asimilaci¨®n)"
Las Tinieblas de tu memoria negra de Donato Ndongo: "Nos muestra un mundo, en el que est¨¢bamos y parece que no conocemos: la colonizaci¨®n espa?ola en Guinea Ecuatorial".
La maestra que me ense?¨® en una tabla de madera de Bahia Mahmud Awah. "Este homenaje a su madre plasma, con ternura, la vivencia del pueblo saharaui, otro gran desconocido a pesar de nuestra presencia colonial¡±.
M¨¢s all¨¢ de las horas de investigaci¨®n, conferencias, congresos y ponencias, est¨¢ la mujer que habla y transmite con pasi¨®n lecturas y escritores, dentro y fuera de las aulas. Escucharla y leerla es siempre un placer y un camino abierto para conocer m¨¢s y mejor. Si se le pregunta qu¨¦ es lo que aportan estas letras para llegar a tan profundo enganche. Ella se queda pensativa y con lentitud contesta: ¡°Es otra manera de ver y definir el mundo. Esa manera que es absolutamente personal teniendo en cuenta que cada persona que escribe, pinta o modela es producto de una historia y de un aqu¨ª y ahora. Quiz¨¢s eso es lo que aportan: un aqu¨ª y ahora que leemos desde otra perspectiva, complemento de la nuestra.
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