El hongo que est¨¢ exterminando a las ranas
500 especies de anfibios est¨¢n en declive y 90 extinguidas en el mundo por un pat¨®geno que les para el coraz¨®n
Hay un hongo que infecta a las ranas hasta pararles el coraz¨®n. Coloniza su piel y el animal responde creando m¨¢s queratina, la prote¨ªna b¨¢sica de la epidermis. Pero lo que consigue es alimentar al hongo, obligando a la rana a crear m¨¢s. La carrera acaba en una hiperqueratosis, con el anfibio lleno de costras. El problema es que ranas, sapos, tritones o salamandras usan la piel para respirar, como si fuera un pulm¨®n, y acaban ahog¨¢ndose. Al final de esta alocada carrera, la mayor¨ªa muere de un fallo card¨ªaco. El hongo se llama Batrachochytrium dendrobatidis?y se ha convertido, seg¨²n un nuevo estudio, en el pat¨®geno que m¨¢s da?o ha hecho a la biodiversidad de la historia.
"Nuestros resultados muestran el declive de 501 especies a causa del hongo qu¨ªtrido y es una estimaci¨®n conservadora, siendo muy probable que muchas otras tambi¨¦n se est¨¦n viendo afectadas", dice el ec¨®logo de la Universidad Nacional Australiana y coordinador del estudio, Ben Scheele. "Otros pat¨®genos de la vida salvaje tambi¨¦n han provocado declives, pero ninguno en la escala del qu¨ªtrido de los anfibios", a?ade.
El trabajo, en el que han participado m¨¢s de 40 cient¨ªficos entre los que est¨¢n los mayores expertos mundiales en anfibios y sus enfermedades, arroja unas cifras enormes: de las quinientas especies afectadas, la cuarta parte ha perdido el 90% o m¨¢s de sus poblaciones. Otras 90 especies directamente han desaparecido. La letalidad del hongo es tal que algunas, como el sapo dorado (bosque de Monteverde, Costa Rica) se extingui¨® tres a?os despu¨¦s de las primeras infecciones.
Todo indica que la cepa letal del hongo surgi¨® en Corea, donde las especies locales no se ven afectadas
La quitridiomicosis, la enfermedad que provoca el hongo, est¨¢ ya presente en h¨¢bitats de 60 pa¨ªses, seg¨²n los resultados del estudio, publicado en Science. Pero las regiones con m¨¢s especies afectadas son Australia y, en especial, Am¨¦rica central y del sur. Salvo un posible caso en Norteam¨¦rica, las latitudes septentrionales est¨¢n escapando de las extinciones. De ?frica hay pocos datos, as¨ª que la situaci¨®n podr¨ªa ser peor.
"Hay zonas donde est¨¢ infectando pero sin provocar un descenso de las poblaciones, como en las selvas del Amazonas", comenta la bi¨®loga de la Universidad de Puerto Rico y especialista en enfermedades de anfibios Patricia Burrowes. "El hongo es muy sensible a la temperatura", recuerda. El B. dendrobatidis prefiere las aguas relativamente fr¨ªas y ha proliferado en las zonas elevadas de los ecosistemas anfibios. "En estas zonas de Am¨¦rica de bosque de monta?a hay una gran diversidad de especies particulares, espec¨ªficas de cada zona. Al ser atacadas por el hongo desaparecen porque no tienen capacidad de adaptaci¨®n", explica Burrowes.
Sin embargo, las especies asi¨¢ticas no se est¨¢n viendo afectadas por el mal que est¨¢ exterminando a las ranas del resto del planeta. Y llama m¨¢s la atenci¨®n porque todo apunta a que la cepa del hongo procede de Asia. El declive de los anfibios se viene produciendo desde hace unos 50 a?os y, seg¨²n esta investigaci¨®n, tuvo su pico a mediados de los a?os 80 del siglo pasado. Pero no fue hasta 1998 cuando se identific¨® al B. dendrobatidis como causante de la quitridiomicosis. El a?o pasado la reconstrucci¨®n del ¨¢rbol gen¨¦tico de la cepa letal llev¨® a los cient¨ªficos hasta sus ra¨ªces en la pen¨ªnsula de Corea.
Una cuarta parte de las especies infectadas ha perdido el 90% de sus poblaciones
"Las especies asi¨¢ticas est¨¢n hechas al pat¨®geno. Es una cuesti¨®n de coevoluci¨®n, llevan tiempo conviviendo con el hongo y la misma cepa que es patog¨¦nica para otras especies no lo es para las locales", comenta el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales y coautor del estudio, Ignacio de la Riva, que ha descrito hasta 70 especies de anfibios. El cient¨ªfico espa?ol lo compara con la relaci¨®n entre zorros y conejos: "Aqu¨ª han coevolucionado para coexistir los dos, pero llevaron al zorro a Australia y acab¨® con todos los peque?os mam¨ªferos".
Aunque algunos tratamientos se han demostrado eficaces en anfibios en cautividad, "hay enormes obst¨¢culos para tratar a un gran n¨²mero de ranas en libertad", recuerda la bi¨®loga de la Universidad de Reno (EE UU) especializada en enfermedades de la vida silvestre Jamie Voyles. Por fortuna, aunque la mayor¨ªa de las especies afectadas a¨²n pierden efectivos, hay un 12% que empieza a recuperarse. "Podr¨ªa ser que algunas est¨¦n desarrollando inmunidad", a?ade su colega Burrowes.
Queda por determinar c¨®mo sali¨® esta cepa letal de Corea y se expandi¨® por todo el planeta. La explicaci¨®n podr¨ªa estar en la expansi¨®n del comercio y tr¨¢fico internacionales. Lo dice Scheele: "La globalizaci¨®n dispar¨® la propagaci¨®n de esta panzoonosis al llevar anfibios con sus pat¨®genos de forma accidental a trav¨¦s de grandes barreras geogr¨¢ficas como los oc¨¦anos que podr¨ªan haber evitado la introducci¨®n de pat¨®genos en comunidades de anfibios v¨ªrgenes".
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