Ngugi Wa Thiong¡¯o: ¡°Yo quiero competir con Cervantes¡±
El escritor keniano, que acaba de publicar la novela 'Las nueve perfectas: la historia de Gikuyu y Mumbi', asegura que, a sus 81 a?os, tiene a¨²n sed de m¨¢s literatura
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Tan alto pone el list¨®n de su literatura, que el escritor keniano Ngugi Wa Thiong'o, eterno aspirante al Premio Nobel y leyenda viva de las letras africanas, asegura que quiere "competir" con genios como Miguel de Cervantes.
Esos pensamientos ¡ªy muchos m¨¢s¡ª revela un animado y locuaz Thiong'o durante una entrevista con EFE en Karen, el frondoso barrio de Nairobi bautizado en memoria de la novelista danesa Karen Blixen, que regent¨® all¨ª una granja de caf¨¦ e inmortaliz¨® sus vivencias en Kenia en el conocido libro Memorias de ?frica. Thiong'o, que le tiene especial ojeriza a Blixen por considerarla "racista", ha venido de visita a su pa¨ªs desde Estados Unidos, donde se exili¨® en los a?os ochenta huyendo de la dictadura del presidente keniano Daniel Arap Moi y donde actualmente trabaja como profesor distinguido de Ingl¨¦s y Literatura en la Universidad de California.
Durante una carrera literaria de m¨¢s de medio siglo, su pluma ha brindado novelas tan c¨¦lebres como Un grano de trigo (1967) o El brujo del cuervo (2006), numerosas obras de teatro y cuentos, unas memorias de muy deliciosa lectura y, c¨®mo no, ensayos tan memorables y cr¨ªticos como Descolonizar la mente (1986).
Pregunta: Cumpli¨® 81 a?os en enero. ?Qu¨¦ tal se siente?
Respuesta: Me siento bien. Solo que cuando llegas a los 81 a?os, la mente te dice "estoy muy bien", pero el cuerpo dice lo contrario. Hay un conflicto entre la mente y el cuerpo. Los mensajes que me env¨ªan son muy diferentes.
P: ?C¨®mo un ni?o de familia humilde como usted, que caminaba descalzo 10 kil¨®metros diarios para ir a la escuela, se convierte en escritor de clase mundial y en mito de la literatura africana?
R: Yo crec¨ª en una familia grande con un padre con cuatro esposas y varios hermanos. Era un ambiente muy rico en interacciones humanas. Y eso fue muy importante en mi vida, especialmente las historias que se contaban por las noches. Mis ra¨ªces como escritor se remontan a esas noches de cuentos.
P: Su madre ejerci¨® una gran influencia en usted, ?verdad?
No hay nada tan horrible para un ser humano como ser controlado por otra gente
R: S¨ª, tuvo un gran impacto. Mi madre, que no pod¨ªa ni escribir ni leer, me mand¨® a la escuela. Y entonces descubr¨ª que yo mismo pod¨ªa contar historias. Eso era fant¨¢stico porque pod¨ªa leer el Viejo Testamento, el ¨²nico libro disponible en gikuyo [la lengua de su etnia kikuyu, mayoritaria en Kenia] como traducci¨®n.
P: ?Fue ese el primer libro que ley¨® usted?
R: S¨ª, hab¨ªa un libro de texto en gikuyo, pero despu¨¦s estaba el Viejo Testamento.
P: ?Ley¨® ese libro como una obra religiosa?
R: No, lo le¨ª como un libro m¨¢gico. Los relatos eran tan m¨¢gicos, que nunca se olvidan. ?Qui¨¦n puede olvidar la historia de Jon¨¢s en el vientre de la ballena?
P: Su vida no ha sido f¨¢cil. En 1977, en la Kenia poscolonial, fue detenido y encarcelado sin cargos. Y no fue arrestado por colonos brit¨¢nicos, a quienes usted combati¨® siempre, sino por sus compatriotas. ?Cu¨¢n traum¨¢tica fue esa experiencia?
R: Fui detenido por una obra que hicimos en gikuyo, I will marry when I want (Me casar¨¦ cuando quiera). La obra fue prohibida por el Gobierno keniano en noviembre de 1977. Y el 1 de diciembre, polic¨ªas armados vinieron a por m¨ª a medianoche y me llevaron a la prisi¨®n de m¨¢xima seguridad de Kamiti (Nairobi). El presidente entonces era Jomo Kenyatta, nuestro primer presidente. Pero la persona que firm¨® los documentos de mi detenci¨®n fue Daniel Arap Moi, porque ¨¦l era entonces el ministro del Interior.
P: ?Esperaba usted esa reacci¨®n?
R: No. Fue la cosa m¨¢s inesperada de mi vida. Jam¨¢s pens¨¦ que pod¨ªa ir a la c¨¢rcel por mis libros o mi literatura o cualquier cosa. Porque no quer¨ªa hacer nada malo. Para nosotros, la c¨¢rcel era algo terrible.
P: ?Fue la independencia de Kenia una decepci¨®n para usted?
Mi mejor libro es aquel que todav¨ªa no he escrito
R: ?No, no, no! La independencia fue muy importante.
P: ?Esa Kenia independiente que le detuvo era su pa¨ªs so?ado?
R: No hay nada tan horrible para un ser humano como ser controlado por otra gente, como los colonos. La independencia abri¨® una nueva era. Pero una nueva era llega tambi¨¦n con sus propias contradicciones y problemas. Nuestra independencia en Kenia no nos la dio nadie, nosotros luchamos por ella. ?Y qui¨¦n luch¨® por ella? El keniano corriente bajo la bandera del Ej¨¦rcito de la Tierra y la Libertad de Kenia. Mi cr¨ªtica tras la independencia es que desarrollamos una nueva clase, de forma que (se margin¨® a) los campesinos, la gente corriente que era la columna vertebral de la lucha armada en los bosques, en las aldeas. Las pol¨ªticas que aplicamos no significaron el empoderamiento del campesinado en su conjunto. Mi preocupaci¨®n ha sido la brecha entre la nueva clase social (...), que no era independiente del Occidente corporativo, y la gente corriente.
P: En la c¨¢rcel decidi¨® abandonar el ingl¨¦s como idioma de su trabajo creativo. ?Por qu¨¦?
R: Fui detenido y encarcelado por unirme al campesinado para representar una obra en gikuyo sobre el empoderamiento de la gente. Un Gobierno africano me encarcel¨® por escribir en una lengua africana. En prisi¨®n, me pregunt¨¦ por qu¨¦ ocurr¨ªa eso. Y empec¨¦ a pensar en el tema de los idiomas en la historia, el fundamento colonial de la desigualdad de poder entre las lenguas. Y me di cuenta de un fen¨®meno muy interesante: all¨¢ donde ha habido un poder colonial, la primera cosa que destruye o controla es el idioma de la gente. El idioma es crucial para el colonialismo y el imperialismo. Y quise escribir una novela en la c¨¢rcel en el idioma gikuyo como ejemplo de mi resistencia. Y escrib¨ª mi primera novela, Devil on the cross (El diablo en la cruz), en papel higi¨¦nico.
P: ?C¨®mo se las apa?¨® para escribir un libro en papel higi¨¦nico?
R: Bueno, era el ¨²nico papel disponible. Entonces ese papel no era tan suave como el que se anuncia hoy en televisi¨®n. Aquel era un poco ¨¢spero. Yo bromeaba con que estaba hecho para castigar a los presos. Era muy bueno para escribir. Y pod¨ªas conseguir un bol¨ªgrafo si hac¨ªas una confesi¨®n de tus pecados ante el Gobierno.
P: Estamos en Karen, lugar de reminiscencias literarias al llevar el nombre de Karen Blixen. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece esa escritora?
R: Es una buena literata. He escrito mucho sobre ella por el retrato racista que hace de los africanos. Ella amaba a los africanos de la misma manera que amas a una mascota. Los seres humanos quieren a las mascotas siempre y cuando estas sigan siendo mascotas. As¨ª es como ella quer¨ªa a los africanos.
P: Blixen aspir¨® al Nobel de Literatura. Y usted figura entre los favoritos desde 2010, pero el premio se hace de rogar. ?Qu¨¦ pasa con la Academia Sueca?
R: No tengo ni idea de qui¨¦n integra el jurado, ni de cu¨¢les son los factores para hacer la selecci¨®n de qui¨¦n quieren que sea el ganador. Sin embargo, hay algo que me agrada mucho y de lo que estoy muy orgulloso: recibo tantos mensajes de todo el mundo, de personas que me preguntan sobre el Nobel. Me desean lo mejor. Lo llamo el Nobel del coraz¨®n. Y, de verdad, lo que aprecio es ese Nobel del coraz¨®n porque viene del coraz¨®n de la gente.
P: Si le concedieran el Premio Nobel, ?lo aceptar¨ªa?
R: S¨ª, ?por qu¨¦ no? Especialmente ahora que escribo en gikuyo, una lengua africana. Lo aceptar¨ªa como un elogio, un gesto hacia las lenguas africanas.
P: El ¨²ltimo autor negro de ?frica en ganar el Nobel fue el nigeriano Wole Soyinka en 1986. ?Es hora de reconocer a un africano?
R: La clave para nosotros como escritores, o al menos para m¨ª, es seguir escribiendo. Yo quiero crear el mejor libro posible. Esa es mi motivaci¨®n. Si los premios llegan, como reconocimiento, son bienvenidos. Pero yo no escribo para ganar premios. Escribo para producir lo mejor y poder competir con todos los autores. Yo quiero competir con Cervantes, por ejemplo. O con Garc¨ªa M¨¢rquez, Shakespeare, Tolstoi... Esos son mis est¨¢ndares.
P: ?frica, su gran pasi¨®n, sigue con dificultades para despegar como continente. ?Tiene a¨²n el colonialismo la culpa?
R: Solo el pueblo africano puede salvar a ?frica. Pero para salvar a ?frica, tiene que tomar el control de sus recursos: su oro, sus diamantes. ?frica debe dejar de ser el donante interno de Occidente. Tenemos que controlar nuestros propios recursos, y entonces podremos interactuar con Europa y el mundo sobre la base de dar y tomar en situaci¨®n de igualdad.
P: La corrupci¨®n en ?frica tambi¨¦n frena el desarrollo, ?no?
R: Por supuesto, es parte de nuestros problemas. No estoy diciendo que los africanos no tengan culpa alguna. Tenemos culpa porque debemos asumir la responsabilidad del continente.
P: Hablemos de su nueva novela, Las nueve perfectas: la historia de Gikuyu y Mumbi, reci¨¦n publicada.
R: Es la primera epopeya en gikuyo. Estoy muy orgulloso de eso. Las hero¨ªnas son las nueve hijas de Gikuyu y Mumbi (legendarios patriarca y matriarca, respectivamente, de la etnia gikuyo). Hablo de las primeras feministas, un mundo en el que las mujeres no dicen "No puedo hacer esto porque soy una mujer". A¨²n creo que si el patriarcado, el colonialismo, el catolicismo y otras cosas oprimen a las mujeres, su liberaci¨®n ser¨¢ la liberaci¨®n de todos.
P: Tras publicar esa obra y a sus 81 a?os, ?tiene a¨²n sed de m¨¢s literatura?
R: Mi mejor libro es aquel que todav¨ªa no he escrito. Durante toda mi vida he buscado ese libro. Espero seguir escribiendo hasta que lo encuentre...
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