Los ¨¢rbitros nos abren la puerta del VAR
Envuelto en pol¨¦mica desde su llegada al f¨²tbol espa?ol, el asistente de v¨ªdeo para el arbitraje est¨¢ a punto de cumplir su primera temporada como el Gran Hermano que todo lo ve. El Pa¨ªs Semanal se empotra 48 horas en las inexpugnables salas del VAR para conocer durante una jornada de LaLiga las luces y sombras de una tecnolog¨ªa que remueve los cimientos y el negocio del deporte m¨¢s pasional. Los ¨¢rbitros que pilotan la herramienta nos cuentan c¨®mo viven esta revoluci¨®n.
Si el VAR hubiera llegado antes, yo todav¨ªa tendr¨ªa tup¨¦¡±. Antonio Mateu Lahoz es un valenciano de frente despejada que naci¨® hace 42 a?os en Alg¨ªmia d¡¯Alfara y bien podr¨ªa presumir de ser uno de los mejores ¨¢rbitros del mundo. A las 18.30 de un fr¨ªo d¨ªa de abril, le queda poco menos de una hora para volver a ejercer su oficio una jornada m¨¢s. Viste uniforme reglamentario, pero no empu?ar¨¢ silbato ni tarjetas rojas y amarillas. Hoy se sienta a los mandos del VAR. Tres letras en boca de todo el mundo cuyo significado muy pocos parecen tener del todo claro. Tres siglas envueltas en la m¨¢s furibunda pol¨¦mica desde su llegada a la m¨¢xima categor¨ªa del f¨²tbol espa?ol, donde est¨¢ a punto de culminar su primera temporada como video assistant referee o asistente de v¨ªdeo para el arbitraje. En esencia, un sistema de edici¨®n audiovisual que recibe la se?al directa de una veintena de c¨¢maras exclusivas instaladas en cada estadio de Primera Divisi¨®n para ejercer de Gran Hermano que todo lo ve. Mateu Lahoz es el hombre encargado de ponerse a los mandos de la m¨¢quina que perseguir¨¢ todo lo susceptible de escapar a la mirada de su hom¨®logo sobre el c¨¦sped durante el primer duelo de la jornada n¨²mero 30 de esta competici¨®n cuyo nombre oficial es LaLiga Santander. Antes de sentarse frente a las pantallas a trav¨¦s de las cuales localizar¨¢ las zonas de sombra del partido entre el Atl¨¦tico de Madrid y el Girona, Mateu Lahoz ?apoya su espalda sobre una de las paredes de cristal que encierran la peque?a sala de realizaci¨®n y sintetiza: ¡°Aqu¨ª dentro somos el ¨¢ngel de la guarda del compa?ero que pita en el campo¡±.
El VAR que opera en LaLiga se esconde tras una anodina puerta de maderas claras que mide unos tres metros de alto por uno de ancho. Solo pueden abrirla un pu?ado de ¨¢rbitros y t¨¦cnicos de imagen y sonido durante cada jornada de Primera Divisi¨®n. Lo hacen tras posar su huella dactilar sobre un lector digital. No hay cartel ni se?al alguna que anuncie lo que hay al otro lado de la puerta, ubicada en el di¨¢fano corredor de la planta baja del edificio que ocupa el Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros de la Real Federaci¨®n Espa?ola en la Ciudad del F¨²tbol de Las Rozas, a las afueras de Madrid. Poco antes del partido que vigilar¨¢ esta tarde desde una de las ocho cabinas del VAR, Mateu Lahoz abandona un momento el cub¨ªculo para ir al ba?o, que est¨¢ fuera de esta zona de acceso restringido. Una vez suene el pitido inicial, no podr¨¢ salir de aqu¨ª hasta el intermedio. Tras regresar del ba?o a paso ligero, posa el dedo ¨ªndice sobre el lector digital y abre la puerta misteriosa que esconde el resplandor de las pantallas encendidas al otro lado.
Mateu Lahoz: ¡°Aqu¨ª dentro somos el ¨¢ngel de la guarda del compa?ero que pita en el campo¡±
La puerta se cierra a la espalda de Mateu Lahoz mientras avanza por el estrecho y peque?o pasillo en forma de L que alberga las ocho cabinas VOR (video operation room) en funcionamiento actualmente en Espa?a. Dentro de cada una de ellas hay instalado un terminal VAR de videoarbitraje. Tres de ellos, al mando de los colegiados correspondientes, escrutar¨¢n desde aqu¨ª los encuentros encadenados de esta tarde: el Atl¨¦tico de Madrid-Girona, que arranca a las 19.30; el Espa?ol-Getafe, a las 20.30, y el Villarreal-Bar?a, a las 21.30. Antes del primer duelo, Mateu Lahoz tiene que probar las conexiones de v¨ªdeo y sonido con el estadio del Atl¨¦tico de Madrid. Junto a ¨¦l, Pau Cebri¨¢n, matem¨¢tico de 39 a?os y fiel escudero en el campo, ejercer¨¢ como AVAR o asistente del colegiado a cargo del VAR. Los dos visten con pantal¨®n de ch¨¢ndal y camiseta del mismo color negro que llevar¨¢n sus pares en el terreno de juego. De camino a la cabina, la pareja avanza por el enmoquetado pasillo esquivando t¨¦cnicos que hablan entre ellos y ¡ªpinganillos mediante¡ª con otros compa?eros que trajinan cables, monitores y sistemas de sonido en los tres estadios en liza durante la jornada de hoy. El desarrollo de la parte tecnol¨®gica de este tinglado corresponde a LaLiga; el componente humano que lo maneja, al Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros bajo el paraguas de la Real Federaci¨®n Espa?ola de Futbol. Precisamente los derechos derivados de esa divisi¨®n de competencias es uno de los frentes en el conflicto abierto entre ambas instituciones.
Cuando la m¨¢quina entra en funcionamiento, las primeras pantallas en recibir se?al son las del puesto principal de control audiovisual, ubicado justo tras la puerta misteriosa, a la derecha de la entrada. La pared principal de la estancia est¨¢ forrada con monitores que reciben las im¨¢genes de todas las c¨¢maras dispuestas para el VAR. Entre 15 y 21 de ellas, seg¨²n la tipolog¨ªa de cada partido, persiguen posibles errores arbitrales sobre jugadas relevantes para el resultado. Todo llega directamente desde los estadios de Primera Divisi¨®n hasta este cuartel general de Las Rozas, recorriendo cientos de miles de metros de fibra ¨®ptica a trav¨¦s de dos l¨ªneas exclusivas que garantizan el viaje de punto a punto sin intermediarios. Desde el control principal de realizaci¨®n, la imagen pasa sin filtrar a la cabina del VAR. As¨ª lo marca el protocolo: las escenas que revisan los ¨¢rbitros no pueden ser manipuladas salvo por ellos mismos con ayuda del realizador que se sienta a su derecha. ¡°M¨¢s o menos, nos comunicamos con el compa?ero sobre el c¨¦sped una vez por minuto durante el partido¡±, dice Mateu Lahoz. ¡°Una de las claves de este sistema es verbalizar lo que el compa?ero aprecia a pie de campo y lo que nosotros vemos en estos televisores¡±.
Sobre la mesa de la sala del VAR reinan dos botones redondos con el di¨¢metro de un vaso de tubo. Pulsar el de color verde, situado a la izquierda, permite hablar con el equipo arbitral del estadio, formado por el colegiado y sus asistentes, conectados a su vez entre s¨ª. El bot¨®n rojo de la derecha permite, conforme al argot del lugar, hacer marcas. ¡°Posible falta. Posible penalti. Posible gol. Hacemos una marca por minuto¡±, prosigue Mateu Lahoz. El realizador que le acompa?a es quien buscar¨¢ las mejores im¨¢genes sobre las marcas del piloto. Iv¨¢n ejercer¨¢ hoy como realizador en esta sala para Mateu Lahoz. Juntos llevan a cabo pruebas de v¨ªdeo y audio antes del saque inicial. Un circuito cerrado de comunicaci¨®n en vivo facilitar¨¢ la conversaci¨®n entre la sala del VAR y el cuarteto arbitral sobre el c¨¦sped. Iv¨¢n toma asiento a la derecha de Mateu Lahoz. A su izquierda, el asistente Pau Cebri¨¢n. ¡°Muy buenas, ?me escuch¨¢is todos bien?¡±, dice este ¨²ltimo tras pulsar el bot¨®n verde. ¡°Buena suerte por all¨ª, t¨ªo¡±, a?ade Mateu Lahoz dirigi¨¦ndose a su hom¨®logo Ignacio Iglesias Villanueva, de quien est¨¢ a punto de convertirse en su ¨¢ngel de la guarda.
Cuando empieza el show, el piloto de esta sala centra su atenci¨®n en dos aspectos esenciales. Escucha atentamente la retransmisi¨®n casi en directo del partido que narra el ¨¢rbitro del campo mediante el sistema de comunicaci¨®n interno. Y fija la mirada en dos monitores, uno encima de otro. La pantalla m¨¢ster, o superior, emite el encuentro en directo; la inferior retransmite la misma ?se?al, pero con tres segundos de retraso. Esta ¨²ltima, adem¨¢s, divide la imagen en cuatro partes proporcionales que corresponden a otros tantos planos diversos como las l¨ªneas de fuera de juego y la de porter¨ªa. El copiloto del VAR ha de atender a otros dos televisores. Una de sus funciones consiste en continuar viendo la retransmisi¨®n en directo cuando Mateu Lahoz deba concentrarse en la revisi¨®n de alg¨²n lance. Ese instante se conoce como ¡°entrar en el t¨²nel¡±. Un momento trascendental en todo este despliegue de c¨¢maras, kil¨®metros de cables y decenas de t¨¦cnicos que requiere una inversi¨®n de entre tres y cinco millones de euros por temporada, incluyendo la parte correspondiente al complemento salarial de los colegiados por arbitrar desde el VAR.
Prieto Iglesias: ¡°Nuestro dilema era: ?en qu¨¦ se convertir¨¢ nuestra figura con la tecnolog¨ªa?¡±
Al entrar en el t¨²nel, el piloto de esta nave se abstrae de todo lo que sigue pasando a su alrededor, tanto en la cabina como en el terreno de juego. Su mente tiene la vista puesta en la revisi¨®n de jugadas en las que puede intervenir seg¨²n el protocolo fijado por la International Football Association Board (IFAB), que dicta las reglas del f¨²tbol mundial. Una norma b¨¢sica es que el ¨¢rbitro sobre el terreno de juego no puede pedir la intervenci¨®n de la herramienta si alberga dudas sobre una decisi¨®n que ha tomado. Es su hom¨®logo en esta sala quien puede solicitar al colegiado que revise en el monitor a pie de campo la moviola sobre un pasaje donde se haya identificado desde este Gran Hermano un error ¡°claro y manifiesto ¡ªsin zonas de grises¡ª¡± sobre lances que determinan el resultado en situaciones de gol, penaltis, tarjetas rojas directas y confusiones de identidad. El colegiado puede hacer caso de lo que le diga el VAR o ir a revisar la escena. Pero la ¨²ltima decisi¨®n la toma siempre el ¨¢rbitro que dirige el partido en el estadio. ¡°Cuando te metes en el t¨²nel a revisar la misma jugada una y otra vez desde distintos ¨¢ngulos, ya puede entrar un elefante en esta habitaci¨®n que no te vas a enterar¡±, dice Mateu Lahoz.
?l no lo sabe todav¨ªa, pero hay un t¨²nel esper¨¢ndole esta tarde. Y determinar¨¢ el partido que est¨¢ a punto de arrancar. Lo que s¨ª sabe bien este valenciano fibroso y sagaz es que, si ese momento crucial llega, tendr¨¢ que pedirle a Iv¨¢n, el realizador, que seleccione a la velocidad del rayo las mejores vistas del suceso en tela de juicio. ¡°El esquema mental es la clave para ejecutar el procedimiento¡±, dice Mateu Lahoz, sentado en el puesto de mando minutos antes de que arranque el Atl¨¦tico de Madrid-Girona, cascos y micr¨®fono conectados con sus colegas en el estadio colchonero. ¡°Aqu¨ª debo actuar de manera sistem¨¢tica. Primero, localizar una jugada controvertida. Luego, pedir al operador de v¨ªdeo lo que necesito ver repetido. Por ejemplo: ¡®Los tacos en la rodilla¡¯. Y entrar en el t¨²nel. Desde que descubr¨ª el VAR, tambi¨¦n he conocido el significado de la palabra tranquilidad cuando me toca arbitrar en el campo. Yo era un estresado. Con esta herramienta hemos conseguido ampliar el equipo. Antes ¨¦ramos cuatro ¨¢rbitros sobre el terreno de juego. Ahora somos cuatro all¨ª m¨¢s dos aqu¨ª¡±.
En una sala vecina, Eduardo Prieto Iglesias, ingeniero pamplon¨¦s de 37 a?os y encargado de pilotar desde el VAR el Espa?ol-Getafe de las 20.30, empieza a trastear los mandos de la nave. Lleva dos decenios ejerciendo como colegiado de f¨²tbol. En los ¨²ltimos tiempos ha combinado esta actividad con un empleo en una compa?¨ªa de energ¨ªas renovables. ¡°El VAR es la mayor revoluci¨®n que he vivido. La tecnolog¨ªa empez¨® a desarrollarse en nuestro oficio con el beep de los banderines. El uso de intercomunicadores con el famoso pinganillo para hablar entre los miembros del equipo fue la siguiente aportaci¨®n. Siempre hemos sido un colectivo muy conservador y herm¨¦tico. Nuestro dilema era: ?en qu¨¦ se convertir¨¢ nuestra figura? Hoy seguimos siendo los mismos. Tomamos las mismas decisiones trascendentes, pero fiables. Todos tenemos cuatro o cinco errores hist¨®ricos a los que damos vueltas en exceso. El VAR es una m¨¢quina del tiempo que nos permite volver atr¨¢s para cambiar una decisi¨®n err¨®nea. Y ser¨¢ completamente distinto con la irrupci¨®n de la industria 4.0. Cada vez manejaremos m¨¢s bases de datos, hist¨®ricos de jugadas para analizar escenarios¡ El VAR tiene un potencial tan grande que ahora solo estamos viendo el 5%¡±.
¡°A partir de ahora, habr¨¢ que acostumbrarse a que no existir¨¢ arbitraje profesional sin el VAR¡±
Minuto 76 del partido en el estadio del Atl¨¦tico de Madrid. Ignacio Iglesias Villanueva anula por fuera de juego un gol de God¨ªn marcado de cabeza en la porter¨ªa del Girona. En la sala del VAR, Mateu Lahoz entra con sangre fr¨ªa ¡°en el t¨²nel¡±. Revisa a toda velocidad la l¨ªnea de fuera de juego desde el mejor ¨¢ngulo que proporcionan las im¨¢genes de la herramienta seleccionadas por Iv¨¢n, el realizador. Tras mirar una y otra vez la l¨ªnea milim¨¦trica que traza el sistema, imperceptible en el campo al ojo humano, Mateu Lahoz concluye que no se ha producido fuera de juego. ¡°Gol legal¡±, dice a su hom¨®logo en el c¨¦sped. Iglesias Villanueva tapa con una mano el pinganillo de la oreja mientras recibe el mensaje desde el Gran Hermano de Las Rozas que ha detectado el error de su decisi¨®n arbitral al anular el gol de God¨ªn. Los jugadores de uno y otro equipo aguantan una angustiosa espera. La intriga queda resuelta en menos de 60 segundos. El tanto sube al marcador. Y determinar¨¢ el resultado final. El suceso resume a la perfecci¨®n c¨®mo esta tecnolog¨ªa est¨¢ removiendo los cimientos, la legislaci¨®n, el tempo y probablemente el negocio de LaLiga tras 90 a?os de historia en los que el papel del ¨¢rbitro se hab¨ªa limitado a vivir entre la sombra permanente de la sospecha sobre sus decisiones. Hasta ahora.
Tras el pitido final en el estadio del Atl¨¦tico de Madrid, Mateu Lahoz sale de la cabina del VAR con Pau Cebri¨¢n. Los dos parecen tener la mirada un tanto perdida tras una hora y media revisando decenas de jugadas repetidas en los monitores. Al otro lado de la puerta misteriosa permanecen sus colegas Eduardo Prieto Iglesias y Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez con sus respectivos asistentes ejerciendo como Gran Hermano de los duelos todav¨ªa en disputa. Cuando todo acabe esta noche, aqu¨ª dentro quedar¨¢ un ambiente espeso que rezuma el inconfundible aroma de varias horas de estr¨¦s acumulado en un espacio cerrado. Ninguno de los tres colegiados abandona el pasillo del VAR de camino al hotel sin antes reportarse en una sala adyacente ante Carlos Clos G¨®mez, un personaje clave en esta historia.
Clos G¨®mez es el encargado de vigilar al vigilante. El Gran Hermano de los Grandes Hermanos del f¨²tbol espa?ol. Director del proyecto VAR del Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros, escruta en directo desde una sala adyacente las reacciones del piloto del VAR a trav¨¦s de una c¨¢mara instalada en el techo de cada cabina. ¡°Grabamos todo lo que pasa aqu¨ª por integridad, para que se sepa qu¨¦ ha sucedido en todo momento¡±, dice Clos G¨®mez. ¡°Esos ?v¨ªdeos tambi¨¦n se utilizan para analizar las actuaciones y seguir formando a los que usan la herramienta¡±.
Como muchos de sus colegas, este zaragozano de 46 a?os quiso ser ¨¢rbitro siguiendo la senda de sus hermanos. ¡°A partir de ahora, habr¨¢ que acostumbrarse a que no existir¨¢ arbitraje profesional sin el VAR¡±, dice Clos G¨®mez. ¡°Todas las Ligas europeas relevantes lo tienen o est¨¢n a punto de implantarlo. Sirve para ser m¨¢s justos y tomar mejores decisiones. Cuando yo sal¨ªa a pitar un Madrid-Bar?a, lo primero que dec¨ªa era: ¡®A ver si hoy no dejo de ver un gol que metan con la mano, un penalti clar¨ªsimo que todo el mundo vea y yo no pueda apreciar por tener a un jugador delante¡¡¯. La diferencia ahora es que, al tomar una decisi¨®n importante como se?alar un penalti, se puede decir al que viene a protestar: ¡®Tranquilo, que si me he equivocado me van a llamar desde el VAR¡±.
¡ª?Y se est¨¢ modulando la animosidad por parte de los jugadores?
¡ªAlgo ha cambiado. Hay una evoluci¨®n: en las primeras 30 jornadas de la temporada pasada se registraron 196 tarjetas amarillas por protestar; en el mismo periodo del presente curso han sido 164. El VAR detecta m¨¢s conductas violentas, como tambi¨¦n ocurre con las simulaciones: de 18 tarjetas amarillas acumuladas en las 30 primeras jornadas de la temporada anterior por este asunto se ha pasado a 5 en el mismo tramo de la actual.
A las nueve de la ma?ana del d¨ªa siguiente, la mitad de los 20 ¨¢rbitros que esta temporada ejercen en Primera Divisi¨®n realizan un entrenamiento en la Ciudad del F¨²tbol de Las Rozas. El resto de compa?eros est¨¢n repartidos por la geograf¨ªa espa?ola para pitar los encuentros pendientes de disputar en la jornada n¨²mero 30, que arranc¨® la tarde anterior. La fisonom¨ªa de estos hombres no dista mucho de la de cualquier otro deportista de ¨¦lite. Entre ellos, Alberola Rojas, Gonz¨¢lez Fuertes, Gil Manzano y Mateu Lahoz ¡ªque repite¡ª se sentar¨¢n esta tarde a los mandos del VAR. Todos han de pasar duras pruebas f¨ªsicas peri¨®dicas para seguir impartiendo la ley en la m¨¢xima categor¨ªa del f¨²tbol espa?ol. Dos de los 20 bajar¨¢n a Segunda Divisi¨®n al finalizar la presente temporada, dejando el mismo hueco a un par de sucesores de la Liga inferior. Su nuevo reto este curso ha sido compaginar las habilidades con el silbato con pilotar el VAR, actividad que tambi¨¦n ha supuesto un alza de sus emolumentos, establecidos en 230.000 euros brutos al a?o m¨¢s variables. Una vez finalicen el entrenamiento f¨ªsico de la ma?ana, a este grupo de colegiados les espera la ducha y un encuentro con el jefe de todo esto.
Carlos Velasco Carballo es el jefe de todo esto. Madrile?o de 48 a?os e ingeniero de formaci¨®n, preside el Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros. Es un mes¨ªas del VAR. Y ap¨®stol de la causa en Espa?a desde que hace un a?o comenz¨® el proceso de implantaci¨®n en LaLiga con vistas a la temporada 2018-2019. ¡°Lo ¨²nico seguro es que el VAR ha venido para quedarse¡±, proclama Velasco Carballo. Ese es el mandato que anunci¨® en 2016 la IFAB, el organismo que dicta las normas del f¨²tbol mundial. Las desavenencias entre LaLiga y la Federaci¨®n provocaron que el VAR aterrizase en Primera Divisi¨®n despu¨¦s de que lo hiciera en otros pa¨ªses como Alemania, Italia y Portugal. Su entrada en la Segunda Divisi¨®n est¨¢ prevista para la pr¨®xima temporada. Pero las explosivas negociaciones para la renovaci¨®n del Convenio de Coordinaci¨®n entre LaLiga y la Federaci¨®n, en las que ha tenido que mediar el Consejo Superior de Deportes, mantienen pendiente de acuerdo el contrato espec¨ªfico del VAR por un a?o que expira en junio. Esta nueva tecnolog¨ªa es solo uno de los frentes de la batalla entre ambas instituciones. Mientras que la Federaci¨®n ofrece a los ¨¢rbitros que lo manejan, LaLiga proporciona la herramienta a trav¨¦s de Mediapro, proveedor actual del VAR. ?A qui¨¦n pertenecer¨ªa, llegado el caso, la posible explotaci¨®n econ¨®mica mediante patrocinio de las im¨¢genes del VAR para las retransmisiones televisivas? Ni el presidente de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol ni el de LaLiga han accedido a responder a la pregunta para este reportaje. Sin entrar en aspectos econ¨®micos, el l¨ªder del Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros, Carlos Velasco Carballo, s¨ª deja claro que en cuesti¨®n de competencias ¡°el VAR es arbitraje, y todo lo relacionado con el arbitraje corresponde a la Federaci¨®n¡±.
Velasco Carballo es tambi¨¦n un ingeniero que sue?a con desarrollos tecnol¨®gicos muy superiores a los del VAR que hoy vemos en Espa?a. Pantallas flexibles adosadas al brazo que evitar¨ªan tener que ir a la banda para revisar la jugada en un monitor, sistemas eye tracking que siguen la pupila del colegiado sentado en la cabina para que la herramienta desarrolle automatismos¡ ¡°Esto es jugar a ser Julio Verne, pero¡ ?por qu¨¦ no llevar lentes de contacto donde se proyecten las im¨¢genes?¡±, vaticina Velasco Carballo. Desde LaLiga, Sergio S¨¢nchez, implicado desde el principio de la llegada del VAR como responsable de directores de partido, asegura que en su entidad son partidarios del impulso de avances con sus proveedores. ¡°Todo ello¡±, matiza S¨¢nchez, ¡°siempre y en todo caso, bajo los par¨¢metros establecidos por la IFAB en el protocolo del VAR aplicable en cada momento¡±.
Jes¨²s Gil Manzano: ¡°El f¨²tbol es pasi¨®n. Por eso la pol¨¦mica no desaparecer¨¢ con el VAR¡±
Velasco Carballo no cree que toda esta revoluci¨®n vaya a promover la figura de un super¨¢rbitro m¨¢s cercano a un androide que a un humano de carne y hueso que comete errores. Pero entre los detractores, muchos vislumbran un nuevo f¨²tbol carente de picard¨ªa, incapaz de imitar a la vida. ¡°La pol¨¦mica no desaparecer¨¢¡±, proclama Jes¨²s Gil Manzano antes de ponerse a los mandos del VAR. D¨ªas m¨¢s tarde estar¨¢ en el ojo del hurac¨¢n por expulsar a Diego Costa tras gritarle, seg¨²n el acta, el m¨¢s antiguo de los insultos que lleva recibiendo este gremio desde hace un siglo. A sus 35 a?os, Gil Manzano es uno de los cuatro colegiados espa?oles de ¨¦lite UEFA. Y aplaude la llegada de la tecnolog¨ªa a su oficio, a pesar de quienes ven una raz¨®n para parar el ritmo de juego. ¡°El tiempo que se pierde cuando interviene el VAR no es mucho¡±, dice Gil Manzano. ¡°Y solo lo hace en uno de cada tres partidos. Cada intervenci¨®n no suele durar m¨¢s de 90 segundos. Si contabilizas lo que se pierde con saques de banda y esquina, sanci¨®n a jugadores con tarjetas¡ Tampoco creo que la m¨¢quina acabe sustituyendo nuestro papel en el campo. Este es un deporte f¨ªsico, pero no se trata solo de f¨ªsica porque el contacto est¨¢ permitido. Se trata tambi¨¦n de qu¨ªmica, algo que determina el ¨¢rbitro en el c¨¦sped y no se percibe desde esta cabina donde todo es m¨¢s fr¨ªo. El f¨²tbol es pasi¨®n. Por eso la pol¨¦mica no desaparecer¨¢. Antes estaba con el colegiado en el campo y ahora se ha trasladado al VAR¡±.
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