Prada Poole: Las cinco obras m¨¢s provocadoras del arquitecto espa?ol que hizo realidad la ciencia-ficci¨®n
El CAAC de Sevilla alberga hasta septiembre una exposici¨®n dedicada al Premio Nacional de Arquitectura. Su obra, tan ef¨ªmera y ut¨®pica como pompas de jab¨®n, fue comprendida por pocos en el momento, pero sus ideas futuristas, entre la ciencia y la ficci¨®n, han hecho cimiento
"?Es escandaloso! ?Pero si ese se?or ni siquiera es un arquitecto de verdad!". Las cr¨ªticas arreciaron cuando en 1975 el Premio Nacional de Arquitectura iba a parar a un joven profesional de 37 a?os llamado Jos¨¦ Miguel de Prada Poole (Valladolid, 1938), b¨¢sicamente por haber dise?ado una carpa de patinaje sobre hielo. Un jurado del que formaba parte otro colega ¨²nico en su especie, Fernando Higueras, hab¨ªa valorado el esp¨ªritu visionario de aquel proyecto que la mayor¨ªa consideraba una simple boutade.
"Hubo cartas al director quej¨¢ndose en todos los peri¨®dicos, y se destacaba que el a?o anterior el premio hab¨ªa sido para alguien tan respetado como Alejandro de la Sota", nos recuerda el tambi¨¦n arquitecto Antonio Cobo, comisario de la exposici¨®n Prada Poole: la arquitectura perecedera de las pompas de jab¨®n, que puede verse hasta el 1 de septiembre de 2019 en el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo (CAAC) de Sevilla.
?Cu¨¢l es el proyecto que mejor le representa? "?La ciudad orbital! Porque su objetivo es solucionar el principal problema de la Tierra, que es el ser humano"
Pionero de las estructuras neum¨¢ticas en nuestro pa¨ªs, Prada Poole no es sin embargo tan recordado por las nuevas generaciones como merecer¨ªa. Quiz¨¢ porque algunas de sus ideas resultan a¨²n hoy demasiado provocadoras. Por ejemplo, la de que las ciudades del futuro deben componerse de edificios perecederos, de modo que cada uno de ellos sea como una burbuja que al estallar d¨¦ paso al siguiente. Burbujas son la mayor parte de sus proyectos, por su forma derivada de la esfera, pero tambi¨¦n por su naturaleza ef¨ªmera.
En su estudio del barrio madrile?o de Arturo Soria, le preguntamos cu¨¢l de sus proyectos es el que mejor le representa. ?l cita inmediatamente uno que de momento no se ha construido, ni parece probable que lo haga en el corto plazo: "?La ciudad orbital! Porque su objetivo es solucionar el principal problema de la Tierra, que es el ser humano". Esa soluci¨®n consiste en alojar a la Humanidad dentro de un anillo de secci¨®n cil¨ªndrica que dar¨ªa la vuelta a nuestro planeta girando sobre su propio eje para producir una gravedad artificial. Y los materiales de construcci¨®n se extraer¨ªan, atenci¨®n, del cintur¨®n de asteroides. "Lo tengo todo estudiad¨ªsimo", afirma.
Quien encuentre que el proyecto suena a ciencia-ficci¨®n no anda descaminado, ya que siendo muy joven Prada Poole fue un lector ¨¢vido de novelas de fantas¨ªa futurista. En ellas encontrar¨ªa despu¨¦s gran parte de su inspiraci¨®n. El resto lo hicieron su obsesi¨®n por economizar los materiales y un esp¨ªritu cient¨ªfico capaz de extra?arse ante los fen¨®menos naturales para cuestionar aquello que todos los dem¨¢s damos por hecho: "Siempre me he preguntado, ?y esto por qu¨¦ es as¨ª y no de otro modo? Y me pon¨ªa a investigarlo".
Tampoco ha visto materializados otros de sus proyectos m¨¢s interesantes, como una ciudad flotante en mitad del mar o esa Casa del Para¨ªso donde el ser humano convivir¨ªa con la naturaleza en un ecosistema controlado inform¨¢ticamente. Pero hay algunos trabajos suyos que parec¨ªan igual de ut¨®picos y que contra todo pron¨®stico, y para asombro general, s¨ª logr¨® poner en pie:
1. Expopl¨¢stica (1969): Una c¨²pula en mitad de la Castellana
Con motivo de una feria de pl¨¢sticos, Prada Poole plant¨® en el Paseo de la Castellana de Madrid una gran estructura de almohadillas de polietileno transparente que recordaba a las c¨²pulas geod¨¦sicas de Richard Buckminster Fuller. "El polietileno es un material barat¨ªsimo y muy f¨¢cil de trabajar", explica. "Lo que s¨ª tuve que hacer fue estudiar el posible efecto del viento, porque uno muy fuerte habr¨ªa sido el principal problema para esa estructura¡ a no ser que uno hubiera querido utilizarla para para salir volando, claro". Nada de eso ocurri¨®: la c¨²pula se mantuvo all¨ª durante siete d¨ªas, y los visitantes se quedaban boquiabiertos ante aquella fantas¨ªa futurista hecha realidad.
2. Ciudad instant¨¢nea (1971): La villa 'hippy' hinchable en Ibiza
La isla de Ibiza acogi¨® en oto?o de 1971 el VII Congreso de la Sociedad Internacional de Dise?o Industrial, y se acudi¨® a Prada Poole para que levantase una ciudad temporal donde alojar a los participantes. El resultado era un conjunto de c¨¦lulas habitacionales dispuestas seg¨²n un orden flexible, que el propio arquitecto define como una "ciudad de la libertad no an¨¢rquica", y que muchos cr¨ªticos vincularon al movimiento hippy, a las reivindicaciones del Mayo del 68 franc¨¦s y al esp¨ªritu colectivista que entonces cund¨ªa entre la juventud.
3. Sede de los Encuentros del Arte de Pamplona (1972): Vanguardia ef¨ªmera
La idea del gran festival art¨ªstico de vanguardia financiado por la familia Huarte era que resultara algo parecido a la Documenta de Kassel, s¨®lo que trasladado a la muy conservadora Pamplona de 1972. Como icono arquitect¨®nico del evento, Prada Poole ide¨® para albergar los encuentros un gigantesco sistema de c¨²pulas de PVC hinchables, que ubic¨® frente a la Ciudadela, donde hoy se levanta el centro Baluarte, y que se manten¨ªa en pie gracias a unos potentes ventiladores.
El sonido que estos produc¨ªan, combinado con la iluminaci¨®n tamizada por los colores de las c¨²pulas, el intenso olor a pl¨¢stico y el del ambientador de vainilla que trataba de disimularlo, generaba en su interior un clima embriagador e irreal.
El montaje result¨® a¨²n m¨¢s ef¨ªmero de lo esperado, ya que la complejidad de su puesta a punto retras¨® la apertura, y despu¨¦s las autoridades lo cerraron antes de tiempo con el fin de sofocar los debates pol¨ªticos clandestinos que se estaban organizando dentro. Fueron un par de d¨ªas de sue?o vanguardista, con reminiscencias de las Nylon Airhouses, de Frank Lloyd Wright.
4. El Hielotr¨®n (1973): El primer edificio de realidad virtual
Esta carpa climatizada para una pista de patinaje sobre hielo en Sevilla que parec¨ªa la ciudad de una civilizaci¨®n extraterrestre dur¨® apenas tres a?os (debido a la especulaci¨®n inmobiliaria), pero aquel tiempo fue suficiente para que, gracias a ella, Prada Poole lograra al menos tres proezas. La primera fue un Premio Nacional de Arquitectura concedido a una pista de patinaje. La segunda, la portada del n¨²mero de octubre de 1976 de la prestigiosa revista italiana de arquitectura Domus. Y la tercera que, pese a ubicarse en pleno horno clim¨¢tico sevillano, su avanzado aparato tecnol¨®gico generara el menor consumo de energ¨ªa logrado hasta el momento en una pista de hielo. Se dice que all¨ª la gente patinaba en mangas de camisa.
El arquitecto no logr¨® ver su idea materializada tal y como ¨¦l habr¨ªa deseado, ya que el dise?o original inclu¨ªa proyecciones de escenas selv¨¢ticas, con sonidos y hasta olores, en lo que habr¨ªa sido "el primer edificio de realidad virtual del mundo".
5. El Palenque de Sevilla (1992): La gran nube de la Expo ¡®92
Originalmente, el arquitecto hab¨ªa concebido que la carpa del ¨¢rea destinada a espect¨¢culos en la Expo ¡®92 de Sevilla fuera una membrana transparente. Quedar¨ªa suspendida a modo de nube artificial, y bajo ella la luz se tamizar¨ªa por un sistema de pulverizaci¨®n de agua. Finalmente, por motivos pr¨¢cticos, el color utilizado fue el blanco. Su superficie de 500 metros cuadrados pod¨ªa albergar m¨¢s de 5.000 espectadores, y la densa vegetaci¨®n interior la hac¨ªa parecer un gran invernadero. Como sus otros proyectos, fue tambi¨¦n desmontado, pero antes de eso se mantuvo en pie unos 15 a?os.
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