?Un constitucionalismo sin Constituci¨®n?
No es constitucionalista quien lo dice, sino quien respeta la Constituci¨®n. Incluso aunque no le guste
Para ser constitucionalista no basta con no ser activista etarra, militante franquista o hitleriano, defensor activo de la pena de muerte o miembro de Al Qaeda.
Para ser constitucionalista hay que respetar la Constituci¨®n. Toda la Constituci¨®n. No asumirla como dogma de fe, sino como regla de juego que se cumple a carta cabal. Aunque se pueda modificar, y defender su reforma.
Recordar esto es clave cuando dentro de una semana podr¨ªan acceder al Gobierno ¡ªdirecto o indirecto¡ª de este pa¨ªs gentes que predican un constitucionalismo sin Constituci¨®n.
No es constitucionalista quien proclama serlo y niega ¡°el derecho a la autonom¨ªa de las nacionalidades y regiones¡±, que el art¨ªculo 2 consagra a rengl¨®n seguido de la unidad de Espa?a.
Quien conspira para romper el principio de que ¡°el Estado se organiza territorialmente¡± en comunidades aut¨®nomas (137).
No es constitucionalista quien niega y pisotea el pluralismo de lenguas, un ¡°patrimonio cultural¡± que debe ser objeto de ¡°especial respeto y protecci¨®n¡± (art¨ªculo 3).
No es constitucionalista quien viola los derechos de la mujer, protegidos por el art¨ªculo 14 de la Ley Fundamental que consagra la ¡°igualdad ante la ley¡±. Y quien niega que las desigualdades se combaten con mayor (no menor, ni el mismo) apoyo a quienes m¨¢s las sufren.
No es constitucionalista quien propone ilegalizar a partidos discrepantes del ideario propio, porque los partidos son ¡°libres¡±, siempre ¡°dentro del respeto a la Constituci¨®n¡± (art¨ªculo 6). Y porque los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos p¨²blicos ¡°directamente o por medio de representantes¡± (art¨ªculo 23): aunque pretendan revertir el orden socioecon¨®mico, la unidad de Espa?a o la propia Constituci¨®n... si lo hacen respetando su ordenamiento.
No es constitucionalista quien suprime los impuestos a los ricos y aumenta los que afectan a los dem¨¢s, porque esta Constituci¨®n obliga a que exista un ¡°sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad¡± (art¨ªculo 31).
No es constitucionalista quien convierte en norma lo que es una excepci¨®n, como su art¨ªculo 155, de formato temporal ¡°para obligar a cumplir¡± unas normas conculcadas y hasta que se cumplen: ni eternamente, ni largamente, ni casi siempre.
No es constitucionalista quien lo dice, sino quien respeta la Constituci¨®n. Incluso aunque no le guste.
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