Nostradamus y Vox
En Espa?a nos hemos radicalizado m¨¢s en cuatro meses que otros pa¨ªses en cuatro d¨¦cadas de convivencia con la extrema derecha
Hace 500 a?os, Nostradamus profetiz¨® el incendio de Notre Dame, pero hoy martes no podr¨ªa predecir el resultado de Vox en las elecciones del domingo. La incertidumbre que rodea a una formaci¨®n con tanto ascendente medi¨¢tico y tan pocos antecedentes electorales hace que hasta nuestro mago de la numerolog¨ªa, Kiko Llaneras, les pronostique una horquilla de esca?os muy amplia. Pero, obtenga 10 o 50 diputados, Vox ser¨¢ el triunfador de estos comicios. Porque en pol¨ªtica no gana quien saca m¨¢s votos, sino quien transforma m¨¢s las pol¨ªticas. Y, desde la campa?a de las andaluzas, Vox ha determinado la agenda pol¨ªtica, por activa y por pasiva.
Esta victoria de Vox no es un fen¨®meno nacional. Forma parte de una extra?a tendencia global que est¨¢ rompiendo la primera ley de la f¨ªsica pol¨ªtica, aquella que dice que los partidos nacen en los extremos y, a medida que crecen, la gravedad los atrae hacia el centro.
En un estudio sobre la evoluci¨®n ideol¨®gica de 68 partidos en 17 democracias a lo largo de varias d¨¦cadas, Markus Wagner y Thomas Meyer observan que, con el paso del tiempo, los partidos de ultraderecha no se moderan, sino que se radicalizan. Son m¨¢s duros contra los inmigrantes, m¨¢s autoritarios y m¨¢s tradicionalistas. En general, los partidos nuevos, al madurar, tienden a diversificar su mensaje. Los Verdes empezaron insistiendo en un tema (la protecci¨®n del medio ambiente), pero, con los a?os, se han adentrado en otros, como la desigualdad econ¨®mica. Sin embargo, la ultraderecha no necesita moverse de su ¡°nicho¡±, el eje cultural-autoritario, para ganar adeptos.
Wagner y Meyer encuentran que, tras la irrupci¨®n de una formaci¨®n de ultraderecha, los partidos de centro-derecha, pero tambi¨¦n los de centro-izquierda, acercan sus pol¨ªticas a las de los radicales. Y no al rev¨¦s. Otro efecto es que los partidos de toda la vida otorgan m¨¢s peso en sus programas al nicho cultural que al econ¨®mico. Un nicho que, por cierto, suele ser su tumba. Pero esta es la nueva ley de la pol¨ªtica: con la extrema derecha, no es Mahoma quien va a la monta?a, sino la monta?a quien va a Mahoma. En Espa?a, con la deriva nacionalista del PP, de Ciudadanos (y de algunas voces del PSOE), nos hemos radicalizado m¨¢s en cuatro meses que otros pa¨ªses en cuatro d¨¦cadas de convivencia con la extrema derecha. Miedo da vaticinar c¨®mo estaremos en cuatro a?os. @VictorLapuente
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