Rectificar sin que se note

Hilario Pino le pregunt¨® el viernes 19 en La Sexta al ministro Jos¨¦ Luis ?balos acerca de la ¡°rectificaci¨®n¡± del PSOE al aceptar la fecha del 22 de abril para el primer debate electoral entre los principales candidatos. Y el dirigente socialista respondi¨®: ¡°Bueno, la rectificaci¨®n tiene que ver, si se llama as¨ª, que es m¨¢s bien una reconsideraci¨®n, porque tiene que ver con el problema que tuvimos con la resoluci¨®n de la Junta Electoral, que estableci¨® que lo que estaba programado para Atresmedia con la presencia de Vox pues no proced¨ªa¡±.

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Conversaci¨®n familiar con l¨¦xico period¨ªstico

'Haz que pase': peligros del doble sentido

No repare el lector en las incongruencias sint¨¢cticas, porque eso le sucede a cualquiera que improvise oralmente un argumento; y aun a quien lo escriba. F¨ªjese, eso s¨ª, en c¨®mo se huye de la idea de ¡°rectificar¡±, acci¨®n que sin embargo parece impepinable para los pr¨®ximos d¨ªas de negociaciones y pactos.

El desprestigio de ese verbo y del sustantivo ¡°rectificaci¨®n¡± es el origen de grandes males de la Humanidad: la aversi¨®n a ponerlos en pr¨¢ctica conduce a equivocarse dos veces en lugar de una.

Todos tenemos derecho a equivocarnos, porque cuando nos equivocamos no sabemos que nos estamos equivocando. Pero una vez que caemos en la cuenta, ya no tenemos derecho a equivocarnos por segunda vez y mantener el error, pues en ese momento s¨ª sabemos que nos estamos equivocando.

Ahora bien, cuando el sujeto admite el fallo y se ofrece a arreglar el desaguisado, no se le debe machacar, porque estas respuestas despiadadas desincentivan las actitudes nobles de quienes desear¨ªan corregirse.

¡°Rectificar¡± significa etimol¨®gicamente ¡°hacer recto¡± (del lat¨ªn rectus, recto, y ficare, que equivale a ¡°hacer¡± o ¡°convertir¡±). Por tanto, comunica la idea de recuperar la l¨ªnea recta que se hab¨ªa perdido a causa de alg¨²n despiste o desorientaci¨®n. En cambio, ¡°reconsiderar¡± se queda en ¡°volver a considerar algo¡±, sin que se incluya ah¨ª ninguna idea del error. Es m¨¢s: se puede reconsiderar algo para dejarlo como estaba (opci¨®n que no abarca el significado de ¡°rectificar¡±). As¨ª pues, ¡°reconsiderar¡± funciona como un eufemismo de ¡°rectificar¡±,

La aseveraci¨®n ¡°solo acierta cuando rectifica¡±, arrojada en su d¨ªa por Fraga a Felipe Gonz¨¢lez y ahora por Casado contra S¨¢nchez, muestra la visi¨®n deformada que se ha extendido al respecto. Si rectificar constituye un acierto alguna vez, ?ay del que nunca rectifica! Puede que jam¨¢s d¨¦ en el clavo.

Merece m¨¢s consideraci¨®n quien yerra pero lo admite, y procura mejorar, que quien aparenta ser infalible. Y eso vale para los pol¨ªticos, para los medios informativos y para los caraduras como Ram¨®n Rodr¨ªguez Correa, que en el siglo XIX acus¨® de borracho al ministro Santiago Gonz¨¢lez Negrete y lo mortificaba con chistes al respecto (70 A?os de periodismo. Marqu¨¦s de Valdeiglesias. Biblioteca Nueva, 1950. P¨¢g. 202). Una vez, con motivo de la llegada a Madrid del general Dulce, escribi¨® Correa: ¡°Vino Dulce. Contento estar¨¢ Negrete¡±. Al hacerle ver lo injusto de sus acusaciones, lanz¨® este argumento: ¡°Yo no acostumbro a rectificar. Si procede que alguien rectifique, ¨¦se es Negrete. Que beba¡±.

Y tampoco sirven trucos como aquel que se contaba de un diario burgal¨¦s ante el que se present¨® un lector para protestar porque su nombre hab¨ªa salido dos d¨ªas atr¨¢s en la lista de los difuntos y porque, pese a sus reclamaciones, el peri¨®dico no hab¨ªa rectificado. El redactor jefe le contest¨®: ¡°?C¨®mo que no hemos rectificado! Mire aqu¨ª, en los natalicios¡±.