¡°El germen del acoso escolar est¨¢ en que no tratamos bien a nuestros hijos¡±
Tania Garc¨ªa de Edurespeta explica que para conseguir la erradicaci¨®n del 'bullying' se necesita una transformaci¨®n radical de la sociedad
Aunque el acoso escolar, denominado bullying, es un t¨¦rmino relativamente nuevo, ya que se acu?¨® sobre 1980 en Reino Unido, para Tania Garc¨ªa, pedagoga experta en educaci¨®n respetuosa y fundadora de la escuela para familias Edurespeta, el acoso, que celebra este jueves 2 de mayo su D¨ªa Mundial de Concienciaci¨®n, es algo que ha estado siempre presente. ¡°Y para su erradicaci¨®n se necesita que haya una transformaci¨®n radical en la sociedad. Ahora cada vez hay m¨¢s casos y se dan a edad m¨¢s temprana, incluso en algunos casos puede ser fatal. El error es que nos centramos en cambiar al acosado o castigar al acosador, lo que en mi opini¨®n no sirve para nada. La clave est¨¢ en educar desde el respeto en casa y en el colegio ¡±, incide la experta.
En Espa?a, el Ministerio de Educaci¨®n ha informado esta semana que ha detectado 5.557 posibles casos de acoso escolar en un a?o, de los que siete de cada diez (73%) llevaban produci¨¦ndose durante meses o a?os, y la mitad (54%) pr¨¢cticamente a diario (datos recabados a trav¨¦s del Tel¨¦fono contra el Acoso Escolar del Ministerio, el 900 018 018). El dato supone un descenso a casi la mitad respecto al mismo per¨ªodo del a?o anterior, cuando se atendieron 25.366 llamadas. El Ministerio achaca esta bajada a que varias comunidades aut¨®nomas pusieron en marcha sus propios tel¨¦fonos contra el acoso.
Para Garc¨ªa, ¡°el germen del acoso escolar est¨¢ en que no tratamos bien a nuestros hijos¡±: ¡°Les tratamos sin respeto, a gritos, con cachetes, con castigos, lo que les lleva a normalizar la violencia¡±. Ante esto, para la experta se pueden dar dos situaciones que afectan al menor. La primera es convertirse en el acosado, asimilando como normal que los dem¨¢s les traten mal o, por el contrario, que se convierta en el acosador, porque la ¨²nica forma que tiene de comunicarse es maltratando a los otros, ¡°porque no conoce otra manera¡±.
C¨®mo tratamos a nuestros hijos no solo tiene consecuencias en la infancia y la adolescencia, sino que afecta a la evoluci¨®n del propio individuo, una evoluci¨®n en la que muchas veces se sostiene en el tiempo la baja autoestima o el sentimiento de culpa. ¡°Son personas que, por ejemplo, han sido acosadas en el colegio y luego lo son tambi¨¦n en el trabajo de adultos. No han sido educadas desde el respeto: sin etiquetas, sin chantajes, sin malas palabras¡±, reitera la experta.
"Vivimos en una sociedad en la que est¨¢ normalizada la violencia. Yo siempre pongo un ejemplo. Si estamos en un centro comercial y vemos a un se?or que intenta o pega a su pareja nos parece muy mal, e incluso, intentamos ayudarla. Si en vez de una mujer es un animal, nos parece peor. Pero, en cambio, si vemos a un padre dando una torta o un cachete a su hijo, nos parece normal¡±, prosigue Garc¨ªa. Seg¨²n explica, estamos perpetuando, somos responsables directos, de toda esa educaci¨®n que permite el castigo, el grito, t¨¦cnicas horribles de castigo como la silla de pensar etc., ¡°y esto tiene que cambiar¡±: ¡°Nunca es tarde para educar en el respeto. Y hacerlo, no solo afectar¨¢ al futuro de nuestros hijos, sino que afecta tambi¨¦n al hoy, a su presente¡±.
Garc¨ªa recomienda que para educar desde el respeto se tengan en cuenta:
- Hay que ser emp¨¢ticos. Tener empat¨ªa no significa estar de acuerdo con lo que est¨¢ ocurriendo, ¡°pero s¨ª entender por lo que est¨¢ pasando. Ponernos en la piel del otro¡±.
- El acompa?amiento emocional: ¡°A lo mejor, muchas veces, no entendemos lo que le pasa a nuestro hijo y ¨¦l no sabe explicarlo, pero estamos ah¨ª, puede contar con nosotros¡±.
- Siempre hay que mantener la calma, ¡°tenemos que comprender que nuestro hijo est¨¢ creciendo, que por ejemplo, si es muy peque?o, est¨¢n saliendo a la luz sus emociones, es un peque?o que emocionalmente est¨¢ floreciendo¡±, por lo que es normal es que no las controle.
- Trabajar la autoestima. Hacerle ver que lo que siente, que lo que es, que lo que le pasa es valioso.
- Asertividad. El lenguaje asertivo, elegir muy bien las palabras, y la escucha activa, son fundamentales para educar en el respeto. Saber estar, prestarle el 100% de atenci¨®n.
- Tratarle como te gustar¨ªa que te trataran a ti: ¡°El ejemplo lo es todo¡±.
- Ense?arle a poner l¨ªmite con los dem¨¢s. ¡°Un ejemplo es cuando casi les obligamos a besar a los abuelos, por el simple hecho de serlo. El beso, como cualquier otro gesto, que nos afecta, debe ser libre¡±.
- Por ¨²ltimo, debemos ser coherentes: lo que digamos es c¨®mo debemos actuar.
El trabajo en el hogar es responsabilidad de los padres, pero en el aula, del colegio, ¡°hoy por hoy las medidas para contrarrestar el acoso son pobres. Normalmente, los profesores pueden ver el acoso. Lo que pasa es que al haber normalizado la violencia no saben cu¨¢ndo avisar o actuar. Mi consejo es que desde que vemos el primer gesto feo, ese que hace sufrir al ni?o, un desplante, un vac¨ªo, en ese momento, ya hay que actuar. Son signos de alarma, no lo podemos dejar pasar. Y, por supuesto, el trabajo hay que hacerlo de forma conjunta entre los padres, la escuela y los ni?os¡±, concluye rotunda Garc¨ªa.
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