Estrella Morente: realidad so?ada
Provocar el sue?o, as¨ª llamaba su t¨ªo al ritual familiar. La primera vez que le confi¨® el secreto fue en el entierro del abuelo. Ella lloraba desorientada agarrada a su mano por el Paseo de los Tristes. ¡°No sufras, podr¨¢s volver con ¨¦l cuando duermas¡±. ¡°No olvides, recuerda y provocar¨¢s el sue?o¡±, susurr¨®. El juego de ni?os la acompa?¨® desde entonces ante todo de tipo de ausencias, daba igual que vistieran de desamor, p¨¦rdida o distanciamiento.
Ya de adulta, una madrugada m¨¢s, se incorpor¨® y agarr¨® el colch¨®n con desgarro. Una l¨¢grima encendi¨® el llanto. Se golpe¨® el pecho con la mano, retorci¨® la boca. Ojal¨¢ la vida fuera sue?o y el sue?o la vida, pens¨®. Cuando despertaba, despu¨¦s de sentir al otro lado de la quimera, la pena era m¨¢s cruel que cualquier tortura.
A los pies de la cama, reposaban unas cuantas fotograf¨ªas y cartas con relatos de felicidad cotidiana. Tener los objetos compartidos cerca, resultaba imprescindible para motivar los reencuentros.
La luna dorada del cielo transform¨® la noche en nostalgia. Fantase¨® con uno de sus besos, con el olor a vida vivida que desprend¨ªa al llegar a casa de madrugada.
La ilusi¨®n escond¨ªa pesadilla: sobrevivir en una c¨¢rcel de recuerdos. Tras alivio inicial, volv¨ªa al punto de partida una y otra vez sin posibilidad de terminar la historia, de comenzar otra. ¡°Realidad imaginada o soledad intransferible¡±, afirmar¨ªa Francisco Ayala sobre su condena. Deambul¨® varios soles por la gran ciudad sin identificar el mal que la convert¨ªa en sombra.
Una bola de fuego que se desped¨ªa en el horizonte, gui¨® su paso hasta el lugar donde Estrella Morente canta, acompa?ada por el guitarrista Jos¨¦ Carbonell ¡°Montoyita¡±, uno de los temas de su ¨²ltimo disco (Copla). Tiene nombre de lugar desierto: ¡°Soledad¡±.
Arropados por uno de los cielos m¨¢s hermosos que existen, el de Madrid, ambos perpet¨²an un oasis de tranquilidad entre multitudes y cemento. El sol se esconde entre las cuerdas vocales de la artista. Enmudece la ciudad chillona. Su cant¨® est¨¢ por encima del tiempo y la distancia.
Escribir¨ªa Federico Garc¨ªa Lorca que ¡°sus se?as expresivas hieren las dos mitades del mapa que rezuma soledades¡±. Que la guitarra con sus nervios y coraz¨®n, consigue calentar ¡°el reino helado de la soledad¡±. La copla, se eleva como si pudiera volar, llegar al otro lado del sue?o y regresar sin flores.
La grabaci¨®n de Malditos Domingos posee todos los elementos on¨ªricos de una fantas¨ªa. Nunca m¨¢s se repetir¨¢ de la forma en la que hoy sucede, es tan real y al mismo tiempo tan sue?o que cuesta distinguir la l¨ªnea que los separa. La luz, las ra¨ªces que brotan del canto, solo ser¨¢n este atardecer.
Ella al fin vio la cara a su compa?era de agon¨ªa. No se llamaba ausencia si no soledad. Soledad del r¨ªo, soledad del agua, soledad del puente. Soledad contigo, soledad morena, soledad de amores. Soledad. Nunca m¨¢s provocar¨ªa en un sue?o a los ausentes, los dejar¨ªa vagar libremente.
Descans¨® durante muchas lunas. So?¨® con Granada, con las canciones de los Morente. Incluso conoci¨® a Mariana Pineda y a Federico en uno de sus viajes. Record¨® el comienzo de la obra teatro que el poeta escribi¨® basada en la figura de la granadina y sonri¨® a lo grande:
- ?Mariana!
(Pausa.)
- Una mujer tan bella como usted, ?no siente miedo de vivir tan sola?
?Mariana:
- ?Miedo? Ninguno.
Estrella Morente act¨²a este domingo en el Teatro Real de Madrid y se encuentra actualmente de gira con su ¨²ltimo trabajo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.