¡®Bohemian Rhapsody¡¯ | La banda sonora de nuestra hija
Gracias a YouTube , somos seguidores de grupos musicales infantiles que superan en creatividad y fans a much¨ªsimos de artistas
El Tibur¨®n de Spielberg cambi¨® la historia del cine, y su primo Baby Shark ha hecho lo mismo con la m¨²sica infantil. Si no lo tarareas o bailas a todas horas, es que el wifi no llega a tu cueva. Porque tarde o temprano la paternidad te descubre otras Playlists que Spotify no acostumbra a recomendar y es imposible escapar de ellas.
Ya os habl¨¦ hace tiempo de las canciones infantiles cl¨¢sicas y del trauma paternal que supon¨ªa escucharlas infinitas veces e incluso acabar cant¨¢ndolas en p¨²blico. Pero por suerte, la buena m¨²sica tambi¨¦n lleg¨® a nuestra vida.
Gracias a YouTube y a ni?os cantarines enganchados a YouTube, somos seguidores de grupos musicales infantiles que superan en creatividad y seguidores a much¨ªsimos de los artistas ¡°para adultos¡± (entendiendo el t¨¦rmino no como porno, sino no-infantiles).
No les entrevistan en la tele ni en la radio, sus caras no salen en la portada de las revistas y sus discos no ganan Grammy¡ pero est¨¢n en las guanteras de millones de coches, en las teles y m¨®viles de millones de familias y en el coraz¨®n de millones de criaturas.
Quiz¨¢ cuando nuestros ni?os crezcan los olvidar¨¢n, pero vaya, tambi¨¦n nosotros nos olvidamos de las Spice Girls o de los New Kids on the Block que disfrutamos de adolescentes. De momento, pueden vivir de su m¨²sica, pueden hacer felices a mucha gente, y a falta de pel¨ªcula cutre para cine de la que avergonzarse a?os despu¨¦s, tienen videoclips con poco presupuesto para revisitar cual Garci con cl¨¢sicos de Hollywood.
A diferencia de los Parch¨ªs, Regaliz y compa?¨ªa, no son grupos de ni?os cantarines m¨¢s o menos explotados sino adultos (espero que no explotados, como mucho cargar¨¢n y descargar¨¢n la furgoneta alg¨²n d¨ªa) que voluntariamente dedican su arte y sus bolos al p¨²blico m¨¢s agradecido.
Hablo de fen¨®menos como Cantajuego, D¨¤maris Gelabert o, nuestros preferidos, El pot petit. Cualquier docente o pedagogo podr¨¢ argumentar que sus letras ayudan a desarrollar la imaginaci¨®n y tienen prop¨®sitos pedag¨®gicos (por ejemplo, con D¨¤maris nuestra hija se sabe de memoria los d¨ªas de la semana). Otros dir¨¢n que sus coreograf¨ªas potencian en los ni?os el ritmo y la expresi¨®n corporal. Y los m¨¢s pragm¨¢ticos dir¨¢n que gracias a YouTube son un canguro amable, seguro y barato.
Pero para m¨ª, el secreto de su ¨¦xito es bien simple: son muy buenos y se dedican a lo suyo con pasi¨®n, sin considerar al p¨²blico infantil como fans de segunda regional. As¨ª es normal que monten unas giras nacionales e internacionales que ya querr¨ªan muchos cantautores h¨ªpsters con millones de followers en Instagram y que sus conciertos siempre est¨¦n a reventar, con las entradas agotadas casi desde el primer d¨ªa, cuesten lo que cuesten.
Gracias, pues, por dignificar la m¨²sica para nuestros peque?os. Porque los padres estamos hartos de productos cutres vendido con el ¡°total, si es para ni?os¡± y haremos ricos y famosos a cualquiera que se lo tome en serio.
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