¡®Chemsex¡¯, mucho m¨¢s que sexo con droga

El t¨¦rmino chemsex surge de la expresi¨®n chemical sex, sexo qu¨ªmico. Pero para que un ayuntamiento como el de Barcelona haya incorporado su pr¨¢ctica como un problema de salud p¨²blica no cabe duda de que el chemsex traspasa determinados l¨ªmites tanto en el uso de las drogas como en el del sexo. Durante mucho tiempo se ha usado este t¨¦rmino para referirse al uso de cualquier sustancia en un contexto sexual de cualquier grupo de poblaci¨®n. Pero hoy y seg¨²n todas las asociaciones especializadas en el tema, el chemsex es el uso combinado de metanfetaminas o crystal meth, GHB o ¨¦xtasis l¨ªquido y mefedrona (acompa?ados de otros estimulantes como el poppers y la viagra) por parte de hombres que tienen sexo con otros hombres. Estas sesiones se prolongan durante varias horas e incluso d¨ªas, y aunque los servicios de salud p¨²blica lanzan campa?as contra el uso de cualquier droga, est¨¢n poniendo ahora un foco especial en las chemsex ya que suponen un reto por las peculiaridades de esas sustancias. Las chemsex est¨¢n generando un nuevo tipo de adicto, adem¨¢s de un repunte de las infecciones de VIH y otras enfermedades de transmisi¨®n sexual, algo muy preocupante.

M¨¢s informaci¨®n

Barcelona incorpora el ¡®chemsex¡¯ por primera vez como un problema de salud p¨²blica

El ¡®chemsex¡¯ triplica el riesgo de infecci¨®n por VIH en el colectivo gay

El alcohol y las drogas se han usado para el sexo hist¨®ricamente en todos los colectivos. El problema de sustancias como la mefedrona, el GHB y el crystal meth (tambi¨¦n llamado tina) es que generan una especial desinhibici¨®n de cara al sexo, y permiten su uso durante muchas horas con un ¡°subid¨®n¡± constante. Esto es particularmente peligroso, ya que los efectos de una de las drogas se contrarrestan con la otra y esto hace que estas sesiones duren hasta varios d¨ªas con el consiguiente da?o f¨ªsico y mental. Dentro del chemsex est¨¢ la modalidad llamada slam, en la que las drogas se inyectan para conseguir efectos m¨¢s fuertes y r¨¢pidos. Adem¨¢s del enorme riesgo de compartir jeringuillas, con esta pr¨¢ctica aumentan enormemente las posibilidades de sufrir una sobredosis, en ocasiones mortales. En algunos foros sobre el tema se puede leer que en pa¨ªses como Estados Unidos o Reino Unido (cuna del chemsex) lo ¨²ltimo es llevar a uno de los participantes al l¨ªmite, es decir, jugar a rozar la sobredosis (en el argot se denomina ¡°doblar¡±) o incluso alcanzarla premeditadamente a sabiendas de que se puede terminar muerto.

M¨¢s all¨¢ de los problemas derivados de la adicci¨®n a estas drogas, el aumento de infecciones de VIH y otras enfermedades como la hepatitis C es la principal preocupaci¨®n de las autoridades sanitarias respecto al chemsex. Las posibilidades de caer en pr¨¢cticas de riesgo estando borracho o bajo los efectos de una droga son siempre mayores, pero se multiplican en el caso de una de estas sesiones. El GHB o la metanfetamina afectan directamente a la consciencia, y chicos que normalmente usaban cond¨®n en sus relaciones aseguran que al tomarlas es muy f¨¢cil olvidarse de tomar precauciones. En el caso del ¨¦xtasis l¨ªquido, los m¨¦dicos apuntan a que favorece el sexo anal ejercido con fuerza ya que es un anest¨¦sico, lo que favorece a¨²n m¨¢s los riesgos de infecci¨®n por la rotura de capilares sangu¨ªneos. El resto de papeletas para terminar contrayendo una enfermedad lo aporta la naturaleza orgi¨¢stica de estas sesiones. En las chemsex lo normal es tener sexo con muchos hombres. En muchos casos se llega a perder la cuenta.

El reto ahora es abordar la problem¨¢tica del chemsex por un lado como problema sanitario. Asociaciones del colectivo gay, y desde ahora tambi¨¦n poderes p¨²blicos como el ayuntamiento de Barcelona, tienen campa?as de concienciaci¨®n respecto al uso de estas nuevas drogas. Respecto al repunte de contagios por VIH, estas asociaciones apuestan porque se distribuya de forma gratuita el llamado PreP, un combinado de medicamentos antirretrovirales que impide la transmisi¨®n del virus del SIDA. Pero advierten de que el chemsex tiene sus ra¨ªces en las presiones sociales espec¨ªficas del mundo gay. Un colectivo generalmente m¨¢s liberal en cuanto al sexo, y por tanto m¨¢s vulnerable a los excesos y sus consecuencias.