Una ayuda llegada del espacio

El origen de la vida es uno de los grandes temas abiertos en biolog¨ªa evolutiva, si es que se le puede considerar as¨ª, porque no est¨¢ claro hasta qu¨¦ punto podemos hablar de ¡°biolog¨ªa¡± ni de ¡°evolutiva¡± en un tiempo en que a¨²n no se ha formado la primera c¨¦lula. El salto de la materia org¨¢nica al sistema vivo m¨¢s simple resulta tan abismal que nunca han faltado cient¨ªficos ¡ªArrhenius, Crick, Hoyle, Venter¡ª que han preferido claudicar y echarse en manos de la panespermia, la hip¨®tesis de que las primeras bacterias nos llegaron del espacio. Desde luego esto resolver¨ªa el problema de un plumazo para el caso de la Tierra, aunque le pasar¨ªa el ascua ardiendo a alg¨²n cient¨ªfico alien¨ªgena, caso de haberlo. La panespermia tiene una p¨¦sima reputaci¨®n, pero hay una versi¨®n d¨¦bil que se puede considerar consolidada: que la vida no viene del espacio, pero sus componentes b¨¢sicos s¨ª, empezando por el agua. Lee en Materia las evidencias de que la mitad del agua de los oc¨¦anos nos lleg¨® de los asteroides en la infancia del planeta, cerca de 4.000 millones de a?os atr¨¢s. Y poco antes de que surgiera la vida.

M¨¢s all¨¢ del agua, hoy se acepta la idea de que algunos compuestos org¨¢nicos esenciales para la vida llegaron tambi¨¦n con aquella lluvia brutal de asteroides y cometas

Los asteroides (o planetoides) son residuos de la formaci¨®n del sistema solar, rocas de menos de mil kil¨®metros de di¨¢metro que no llegaron a reunirse entre s¨ª para formar un planeta en los or¨ªgenes del sistema solar, hace 4.500 millones de a?os. La gran mayor¨ªa giran en torno al Sol entre las ¨®rbitas de Marte y J¨²piter (el llamado cintur¨®n de asteroides). El asteroide Itokawa, al que se refiere el nuevo trabajo, tiene solo 500 metros de largo, y tambi¨¦n es excepcional porque orbita entre la Tierra y Marte, pero por lo dem¨¢s es una roca muy com¨²n: un asteroide de tipo S, de los que nos llega la mayor¨ªa de los meteoritos que caen a la Tierra. Los cient¨ªficos no solo han comprobado que tiene agua abundante, sino tambi¨¦n que esa agua tiene la misma composici¨®n de is¨®topos (variantes at¨®micas del hidr¨®geno y del ox¨ªgeno) que el agua de nuestro planeta. Todo encaja si los asteroides de esa clase bombardearon la Tierra hace 3.900 millones de a?os, trayendo as¨ª una enorme cantidad de agua a un planeta sediento.

M¨¢s all¨¢ del agua, hoy se acepta la idea de que algunos compuestos org¨¢nicos esenciales para la vida llegaron tambi¨¦n con aquella lluvia brutal de asteroides y cometas. Entre ellos destacan los amino¨¢cidos, que son los componentes b¨¢sicos de todas las prote¨ªnas de nuestro cuerpo. Esta es la versi¨®n de la ¡°panespermia d¨¦bil¡± que admite la ciencia planetaria actual. Y hay que hacer ¨¦nfasis en lo de ¡°d¨¦bil¡±, porque el salto de ah¨ª no ya a la primera c¨¦lula viva, sino incluso a las primeras mol¨¦culas con una complejidad organizada ¡ªprote¨ªnas, ADN o ARN¡ª sigue pareciendo un abismo conceptual. Y, para colmo, no hay vastas cantidades de tiempo que puedan acudir en nuestra ayuda, porque la aparici¨®n de la vida fue r¨¢pida en t¨¦rminos geol¨®gicos. Pero la investigaci¨®n sobre aquellos tiempos oscuros sigue siendo activa, y las ideas tambi¨¦n evolucionan deprisa.

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