Las bonobas ayudan a sus hijos a ligar
Las madres interfieren en el apareamiento de otros machos y protegen la c¨®pula de los suyos
La mayor¨ªa de las madres de mam¨ªferos cuidan de sus hijos hasta que, llegados a la edad adulta, se desentienden de ellos o se independizan. Pero con las bonobas (Pan paniscus), la preocupaci¨®n va m¨¢s all¨¢: cuidan de que sus hijos se apareen, abortando incluso los intentos de otros machos. En un estudio comparativo con chimpanc¨¦s, la especie gen¨¦ticamente m¨¢s cercana, esta conducta no aparece. Para los autores del trabajo, las mam¨¢s bonobas conseguir¨ªan as¨ª perpetuar su descendencia y la transmisi¨®n de sus genes sin incurrir en los costes de la maternidad.
Las mam¨¢s bonobo son capaces de todo para que que sus hijos sean padres: "Cuando su hijo intenta aparearse y otro macho (a menudo de mayor rango) se afana en impedirlo, las madres ahuyentan a estos machos. Las madres tambi¨¦n intentan interferir cuando otros machos se aparean con otras hembras. Adem¨¢s, forman coaliciones con sus hijos durante las luchas por ocupar una mayor posici¨®n en el escalaf¨®n, as¨ª los v¨¢stagos de hembras de mayor rango se convierten en machos de mayor rango mientras que el descenso de categor¨ªa de otra madre conlleva cambios de rango de sus hijos", explica el director de la reserva de bonobos de Kokolopori (Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo) y principal autor del estudio, Martin Surbeck.
Los bonobos que tienen a su madre en el grupo disfrutan de 3,14 veces m¨¢s probabilidades de tener descendencia
Hay otro mecanismo m¨¢s sutil y menos belicoso. "La proximidad a las madres permite a los hijos ocupar posiciones centrales dentro del n¨²cleo del grupo social, dominado por las hembras. Esta posici¨®n les permite interactuar m¨¢s con otras hembras, incluidas las que est¨¢n ovulando", a?ade Surbeck, primat¨®logo del Instituto Max Planck de Antropolog¨ªa Evolutiva.
Tras varios a?os observando a cuatro grupos de bonobos que habitan en las selvas congole?as, los autores del estudio, publicado en Current Biology comprobaron que all¨ª donde la madre est¨¢ presente, los hijos ya adultos tienen hasta 3,14 veces m¨¢s probabilidades de ser padres que otros machos. Al compararlos con siete poblaciones de chimpanc¨¦s, vieron que la cercan¨ªa de la madre no afecta al ¨¦xito reproductivo de sus descendientes. De hecho, parece perjudicarles, ya que en esta especie, la presencia de la mam¨¢, reduce la probabilidad de apareamiento exitoso en 1,26 veces. "Es la primera vez que podemos mostrar el impacto de la presencia de la madre en un rasgo masculino adaptativo tan importante como su fertilidad", comenta en una nota el investigador alem¨¢n.
Sin embargo, las bonobas no hacen lo mismo con sus hijas. A pesar de los varios a?os de observaci¨®n, los cient¨ªficos no detectaron conductas que faciliten su apareamiento. Entre estos primates, las sociedades son matriarcales pero con filopatr¨ªa de los machos: aunque la c¨²pula del grupo social est¨¢ ocupada por hembras, la mayor¨ªa de las hijas salen del grupo para integrar otros y son los hijos los que se quedan. Esto podr¨ªa explicar el trato diferente entre g¨¦neros.
Entre bonobos, son las hijas las que abandonan el grupo y los hijos los que? se quedan, asegurando la transmisi¨®n gen¨¦tica
"Porque, a diferencia de la mayor¨ªa de animales grupales, las hijas de chimpanc¨¦s y bonobos se van al alcanzar la madurez", recuerda Surbeck en un correo. Esta dispersi¨®n implica que se llevan sus genes (los de la madre) con ellas. "Adem¨¢s, las madres pueden ganar m¨¢s ayudando a sus hijos, debido a un mayor sesgo reproductivo en favor de los machos: mientras las hembras est¨¢n limitadas a tener cr¨ªas cada tres a?os, un macho puede en teor¨ªa tener mucha m¨¢s descendencia en ese tiempo. Y si las madres pueden aumentar el n¨²mero de posibles nietos por medio de sus hijos esta deber¨ªa ser su primera opci¨®n", a?ade. Es pura inversi¨®n en la supervivencia de su linaje.
Conductas como las de las madres bonobas son raras entre los grandes mam¨ªferos sociales. Dejando a un lado a las madres humanas, solo en las orcas se ha comprobado que ayudan a sus hijos machos ya adultos en sus cacer¨ªas. Pero hay algo que diferencia a las orcas (y las humanas) de las bonobas. En el caso de las primeras esta ayuda se extiende al cuidado de las cr¨ªas de sus hijas y aparece una vez que las madres dejan de ser f¨¦rtiles y pasan a ser oficialmente abuelas. Las bonobas siguen siendo f¨¦rtiles hasta el final.
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