Eduard Punset o el divulgador discreto que alcanz¨® la fama de un ¡®showman¡¯

Espa?a recordar¨¢ a Eduard Punset (Barcelona, 1936), que ha fallecido en Barcelona a los 82 a?os, como algo m¨¢s que un presentador (otros, m¨¢s maduros, lo recordar¨¢n incluso como algo m¨¢s que un ministro, economista y periodista de medios internacionales). Hab¨ªa en ¨¦l algo escaso en una televisi¨®n como la espa?ola, que siempre ha jugado a la prudencia y el sigilo en sus presentadores masculinos: un estilo dif¨ªcil de describir y moderadamente f¨¢cil de imitar. Aquel tipo de cabello cano y revuelto, tono de voz bajo y suave y marcado acento catal¨¢n ten¨ªa algo que dejaba a los espectadores clavados a la televisi¨®n, aunque fuese en un programa destinado a minor¨ªas como Redes.

Punset pasar¨ªa a ser un autor prolijo y superventas: 200.000 fieles son marginales en televisi¨®n, pero una legi¨®n en las librer¨ªas. Lleg¨® a anunciar pan de molde en una campa?a publicitaria

El espacio de divulgaci¨®n cient¨ªfica permaneci¨® en antena 18 a?os (de 1996 a 2014) y dio a Punset una de las formas m¨¢s extra?as que concede la fama televisiva: nadie ve¨ªa su programa, pero todo el mundo conoc¨ªa a su presentador. Si el programa registraba un 2 % de cuota de audiencia y atra¨ªa a 200.000 entusiastas (seg¨²n datos de 1997, en su segundo a?o de emisi¨®n), pronto Punset se convertir¨ªa en alguien muy popular gracias a la parodia. Desde Jos¨¦ Mota en televisi¨®n a decenas de youtubers en internet (como el popular Loulogio) iban a sacar punta a una de las caracter¨ªsticas m¨¢s especiales de Redes: que cuando Punset hablaba en ingl¨¦s con un entrevistado se doblaba a s¨ª mismo, con su habitual deje, parsimonia y cadencia.

Punset pasar¨ªa a ser un autor prolijo y superventas: 200.000 fieles son marginales en televisi¨®n, pero una legi¨®n en las librer¨ªas. Llegar¨ªa a anunciar pan de molde en una popular campa?a publicitaria e inspirar el nombre de un grupo de indie pop madrile?o, Los Punsetes. Su forma de conectar con el espectador se nos antoj¨® ¨²nica: en una televisi¨®n que se llenaba cada vez m¨¢s de ruido, ¨¦l nos hablaba de temas tan ¨ªntimos como la senectud, los recuerdos, las emociones, los misterios del cerebro y, sobre todo, la felicidad, que se convirti¨® en tema central de sus programas y algunos de sus libros.

A Punset no le faltaron las cr¨ªticas de alg¨²n sector de la comunidad cient¨ªfica, pero siempre fue querido por el p¨²blico, que vio en ¨¦l a alguien capaz de acercarle de forma sencilla y tranquila las cuestiones m¨¢s complicadas del universo y de la existencia. Incluso los que jam¨¢s vieron su programa percib¨ªan esa caracter¨ªstica. Ese tipo de fama casi in absentia es dif¨ªcil de explicar, pero seguro que el mismo Punset lo intent¨® en alguno de sus 600 programas.