Municipios invisibles
Sean cuales sean los Gobiernos que surjan tras las elecciones, no pueden seguir posterg¨¢ndose las respuestas que necesitan los pueblos y ciudades que van qued¨¢ndose a la vera del camino
El domingo, los espa?oles est¨¢n llamados a elegir a los alcaldes que van a gobernar m¨¢s de 8.000 municipios durante los pr¨®ximos cuatro a?os. Se trata de localidades min¨²sculas, peque?as, medianas, grandes, incluso inmensas como las grandes capitales, por lo que la naturaleza de sus problemas, y la manera de enfrentarse a ellos, no pueden abarcarse de un solo trazo y analizarse de manera conjunta. Seg¨²n el tama?o, la localizaci¨®n, su historia y sus recursos, los responsables que resulten electos habr¨¢n de librar sus batallas respectivas cada uno a su manera. Hay, sin embargo, algunos elementos que permiten conformar un tel¨®n de fondo que comparten buena parte de los municipios y que tiene que ver con sus problemas de financiaci¨®n, con la brecha cada vez mayor entre campo y ciudad, con el envejecimiento de la poblaci¨®n, con el abandono de los m¨¢s j¨®venes que no encuentran oportunidades y tienen que emigrar, con las comunicaciones, con las dificultades de conexi¨®n a la Red y los desaf¨ªos de las nuevas econom¨ªas, con la protecci¨®n del medio ambiente.
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El poder local es el primer pelda?o de la Administraci¨®n, y es tambi¨¦n ah¨ª donde se establecen los v¨ªnculos m¨¢s estrechos entre la ciudadan¨ªa y sus pol¨ªticos. Esa relaci¨®n de proximidad, que podr¨ªa facilitar respuestas pragm¨¢ticas y acuerdos transversales frente a cada contingencia y facilitar proyectos, puede tambi¨¦n precipitar respuestas emocionales cuando cientos de miles de personas de las zonas m¨¢s deprimidas observan c¨®mo las cadenas de valor de la globalizaci¨®n les pasan por delante dej¨¢ndolos abandonados en la cuneta. En otros casos, la fuente de inseguridad y de miedo procede del estallido de burbujas econ¨®micas en algunas ciudades que producen crecimientos fulgurantes y ca¨®ticos, pero la respuesta es la misma: refugiarse en esas promesas de soluciones r¨¢pidas y rotundas. Esta campa?a electoral, salvo algunas proclamas gen¨¦ricas sobre la llamada Espa?a vaciada, ha vuelto a dejar en la penumbra buena parte de los problemas que atenazan a los poderes locales. La mayor¨ªa de los municipios siguen siendo invisibles. El riesgo ante tanto desentendimiento es que, ante los complejos desaf¨ªos de unas sociedades sometidas a profundas transformaciones, calen los mensajes y las soluciones simples que proponen las fuerzas populistas. La rabia y la frustraci¨®n son los ingredientes m¨¢s poderosos para fabricar liderazgos demag¨®gicos.?
Sean cuales sean los Gobiernos que surjan tras las elecciones del domingo, del ¨¢mbito local al europeo, no pueden seguirse posterg¨¢ndose las respuestas que necesitan esos pueblos y ciudades que van qued¨¢ndose a la vera del camino al hilo de las transformaciones recientes. Dejarlos a la intemperie provoca riesgos para las propias democracias. Se necesita un momentum municipal.
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