Seis islas perfectas para olvidarse del mundo y desestresarse
?Harto de los atascos, del estr¨¦s, del jefe, de la lucha diaria en la irritante ciudad? Aqu¨ª van seis islas, de precios muy variados, con mejor efecto terap¨¦utico contra la ansiedad que cualquier tranquilizante
1. Bocas del Toro (Panam¨¢)
Bocas es un archipi¨¦lago paname?o en el mar Caribe, cercano a la frontera con Costa Rica. Es el destino de playa m¨¢s famoso y conocido de Panam¨¢, y con raz¨®n: sus cayos e islas tienen playas excelentes, las aguas son c¨¢lidas y transparentes y tiene una excelente infraestructura tur¨ªstica. Si quieres algo de vidilla y un poco de marcha, al¨®jate en Bocas Town, la capital del archipi¨¦lago, un pueblo con un toque bohemio y mochilero, y con hoteles de todo tipo desde el que puedes ir en bicicleta hasta playas incre¨ªbles y muy cercanas, como Big Creek, Bluff o playa de las Estrellas. Pero si quieres el colmo del retiro y la tranquilidad, alquila alguna de las caba?as tipo palafito que hay sobre el arrecife coralino en cayo Coral, a 20 minutos en lancha de Bocas Town. No hay electricidad en el islote. Y cuando a media tarde se vayan las ¨²ltimas embarcaciones que traen turistas a comer en el ¨²nico restaurante del islote, te creer¨¢s que est¨¢s en el para¨ªso terrenal. O al menos, en un trocito de ¨¦l que ha reservado solo para ti.
M¨¢s informaci¨®n en la oficina de Turismo de Panam¨¢.
2. Sal (Cabo Verde)
Cabo Verde no es un cabo ni es verde. Es un archipi¨¦lago de 10 islas de color marr¨®n que parecen un trozo del S¨¢hara varado en medio del oc¨¦ano. Un pa¨ªs acogedor, de buena gente y seguro para quienes busquen una primera inmersi¨®n viajera en esa dura y atrayente realidad que es ?frica. El aeropuerto internacional est¨¢ en la isla de Sal, y en ella se ha desarrollado la principal industria tur¨ªstica del pa¨ªs. Unos d¨ªas en Sal son un ant¨ªdoto contra el estr¨¦s porque la isla rezuma morabeza (palabra caboverdiana que significa morri?a, nostalgia). Hay muchos hoteles de todo tipo y actividades que hacer, sobre todo n¨¢uticas. Pero conviene avisar de que Sal tiene poco de isla verde y exuberante: es un trozo de desierto. A alguno le defraudar¨¢, pero a m¨ª me pareci¨® un lugar encantador, con no demasiadas construcciones tur¨ªsticas y una sola ciudad, Santa Mar¨ªa, de casas de una sola planta, pintadas de colores chillones (rosas, rojos, verdes y amarillos).
M¨¢s informaci¨®n en la oficina de Turismo de Cabo Verde.
3. Madeira (Portugal)
Ir a una isla y no tocar la playa. Parece extra?o, pero ese es el plan en Madeira. Un rinc¨®n de Portugal muy singular. Volc¨¢nica, monta?osa, vertical y con una fuerte cultura propia, en Madeira apenas hay playas, pero sin embargo tienes un mont¨®n de cosas que hacer tierra adentro. En especial si buscas tranquilidad, disfrutar la naturaleza, dar largos paseos y relajarte por unos d¨ªas. La capital es Funchal, con un encantador barrio antiguo lleno de terrazas, restaurantes y ambiente, especial por la noche. Hay muchos telef¨¦ricos (la isla es un puro barranco); con el del Monte puedes subir hasta el mirador del mismo nombre, vista privilegiada sobre el ¨¢rea de Funchal. Con el de la Faj? dos Padres puedes bajar un acantilado de 350 metros y comer en un delicioso chiringuito en una franja de arena y cantos rodados a la que antiguamente solo se pod¨ªa acceder en barco; es uno de los lugares m¨¢s encantadores de la isla. Tambi¨¦n debes subir al mirador del pico Areiro, el top one de las vistas panor¨¢micas en una isla llena de miradores espectaculares. Y darte un ba?o en las piscinas naturales de Moniz, entre piedras volc¨¢nicas. O sencillamente deleitarte con la cocina madeirense en restaurantes como la Quinta do Fur?o o la Adega da Quinta, en Camara de Lobos, la mejor espetada de la isla, en una casa tradicional entre huertas y jardines. Imprescindible alquilar un coche.
M¨¢s informaci¨®n en la oficina de Turismo de Madeira.
4. Lanzarote
Mi favorita de las Canarias para ir a perderse unos d¨ªas junto al mar es Lanzarote, la isla de fuego y lava. Un destino de acantilados y r¨ªos de lava petrificada, de isas y fol¨ªas, de gofio y tea, en el que una gota de agua es un tesoro. Una isla perfecta para descansar. Lanzarote esconde entre roques y malpa¨ªses, entre piedras bas¨¢lticas y campos de tuneras, el secreto de C¨¦sar Manrique, el artista que luch¨® por conservar la identidad canaria e integrar el paisaje, sin mancillarlo, en el desarrollo urban¨ªstico. Su obra est¨¢ repartida por toda la isla. Aunque hay muchas zonas de playa y muchos hoteles en la isla, mi consejo si busca un sitio para desconectar es la caleta de Famara. No tiene nada de especial, en apariencia, y sin embargo Famara rezuma el olor de los lugares elegidos, de las lejan¨ªas que poseen la virtud de sacarte del mundo real para transportarte a otro donde todo es paz y silencio. Las calles de esta peque?a poblaci¨®n costera son de arena; el urbanismo es ca¨®tico, digno del far-west; el viento sopla sin piedad, el azul del mar se sale del mar para envolver el caser¨ªo. En la caleta de Famara el concepto espacio adquiere otra dimensi¨®n. Porque los espacios parecen aqu¨ª infinitos, abiertos hasta la eternidad. La caleta, que en realidad es un enorme playazo, queda cercada al norte por los acantilados de Famara, una muralla negra donde se enredan los alisios que llegan del Atl¨¢ntico. Por el sur, en cambio, el arenal fuga sin que nada lo detenga hasta donde se pierde la vista. Un lugar para llegar, enamorarse y quedarse.
M¨¢s informaci¨®n en la oficina de Turismo de Lanzarote.
5. Providencia (Colombia)
Providencia es una isla caribe?a at¨ªpica. Para empezar, por azares de la Historia pertenece a Colombia aunque est¨¦ a un tiro de piedra de las costas nicarag¨¹enses. Y sus habitantes, descendientes de esclavos afrocaribe?os en su mayor¨ªa se negaron con rotundidad a que entraran cadenas hoteleras y megaproyectos tur¨ªsticos que cambien la faz de ¡°su¡± isla. Hay infraestructura para los visitantes, por supuesto, pero toda est¨¢ gestionada por los isle?os y en peque?as construcciones respetuosas con la historia del lugar. El edificio m¨¢s alto de Providencia es la torre de control del peque?o aeropuerto y solo hay una carretera, la que circunvala la isla. Tampoco hay un solo edificio moderno, todo son casas tradicionales afrocaribe?as de planta baja sobre pilotes de madera, con colores alegres y tejados de chapa pintados de rojo o verde. As¨ª es Providencia, la isla m¨¢s singular y at¨ªpica del Caribe latino. Los escasos turistas que llegan a Providencia lo hacen en busca de una naturaleza relativamente inalterada, de playas solitarias, de inmersi¨®n en la vida de una genuina comunidad afrocaribe?a o de buceos en su arrecife de coral, el tercero m¨¢s largo del mundo despu¨¦s de la gran barrera australiana y el de Belice. Y sobre todo, de tranquilidad, mucha tranquilidad. Providencia es la isla perfecta para una escapada rom¨¢ntica en pareja.
M¨¢s informaci¨®n en la oficina de Turismo de Colombia.
6. Islas Orkney (Escocia)
Para desestresarse no es imprescindible una playa de arena blanca y un cocotero. Mucha gente lo que busca son paisajes verdes y solitarios, acantilados ventosos y graznidos de gaviotas. Pues de todo eso hay ¨Cy mucho- en las islas Okney (Orcadas, en espa?ol) un remoto archipi¨¦lago brit¨¢nico en el mar del Norte, frente a las costas septentrionales de Escocia. Su aislamiento -pese a que est¨¢n a solo 16 kil¨®metros de tierra firme- y la dureza del clima no impidieron que estuvieran habitadas desde la prehistoria, lo que le ha dotado de una personalidad propia y de unos extra?os monumentos megal¨ªticos. Puedes alquilar una casita en el campo y all¨ª dedicarte a leer junto a la chimenea o contar borregos (hay miles en la isla). Tambi¨¦n puede alquilar un coche e ir a ver el anillo de Brodgar, un monumento megal¨ªtico casi tanto valor arqueol¨®gico como Stonehenge, solo que en el culo del mundo (por eso no es tan conocido). Puedes ir a ver Scapa Flow, una gigantesca bah¨ªa al sur de las Orkney donde se hundi¨® buena parte de la flota de guerra alemana al final de la I Guerra Mundial. O Skara Brae, un poblado neol¨ªtico fechado entre el 3.100 y el 2.500 a. C. Pero lo mejor que se puede hacer en las Orkney es pasear por sus acantilados. Los m¨¢s fotog¨¦nicos est¨¢n en la costa oeste. Por ejemplo, los de Yesnaby, o los de Marwick, en cuyas paredes anidan cada verano miles de araos, gaviotas y frailecillos.
M¨¢s informaci¨®n en la oficina de Turismo de Escocia.
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