Estado de excepci¨®n
Cabe albergar la esperanza de que lo sucedido esta semana sea s¨®lo una traca final efectista para movilizar al electorado para el domingo
Todo apunta a otra legislatura endiablada. Claro que despu¨¦s de lo sucedido este curso, desde la moci¨®n, ?por qu¨¦ ahora iba a ser diferente? S¨ª, por supuesto hay un buen argumento: las urnas del 28A acabaron con el relato del Gobierno ileg¨ªtimo, que hab¨ªa usurpado el poder con una moci¨®n fraudulenta apoyado en los enemigos de Espa?a para mandar desde una minor¨ªa insoportable de 84... Ese relato no fue sancionado, sino refutado, por la sociedad espa?ola. Pero la din¨¢mica de la polarizaci¨®n no decae, y adem¨¢s con una competici¨®n interna en el bloque de la derecha, a cara de perro, donde van a golpearse entre s¨ª tan duro como puedan¡ pero en el culo del presidente.
Claro que a¨²n cabe albergar la esperanza de que lo sucedido esta semana sea s¨®lo una traca final efectista por el calendario electoral, para movilizar a sus electorados para el 26M, y no el anticipo de lo que va a suceder despu¨¦s durante la XIII Legislatura.
Es dif¨ªcil, en todo caso, confiar en un reajuste racional tras el enredo de la suspension de los diputados presos. La escandalera con la estrategia discutible Batet, pidiendo su cabeza ¨¢speramente a las 24h de su elecci¨®n, parece un claro anticipo de una hoja de ruta de tierra quemada. Convertir el informe de los letrados de la C¨¢mara en una ¡°humillaci¨®n a Espa?a¡± prolonga el tremendismo apocal¨ªptico. El mi¨¦rcoles amaneci¨® la prensa conservadora con titulares tipo ¡°Rebeli¨®n en las Cortes¡± [a nadie se le oculta que el t¨¦rmino pretend¨ªa asociar el circo de los juramentos al golpismo directamente] y nuevas acusaciones de entreguismo en los editoriales. Pocas horas despu¨¦s, la hemeroteca rescataba juramentos similares de diputados y senadores indepes (por los presos pol¨ªticos, por los exiliados, por la Rep¨²blica catalana¡) bendecidos por Ana Pastor o P¨ªo Garc¨ªa Escudero. ?D¨®nde estaba entonces la prensa conservadora? ?D¨®nde esos savonarolas de p¨²lpito medi¨¢tico que razonan con la antorcha encendida?
S¨®lo queda, a pesar de todo, confiar en que este cinismo imp¨²dico ¨Cque no desmemoria¨C sea la ¨²ltima bala electoralista antes de relajar el clima pol¨ªtico para encarar cuatro a?os sin elecciones trascendentales, por fin, salvo Catalu?a.
Entretanto se entienden, hasta cierto punto, algunos excesos ante la cita de ma?ana, porque las urnas van a impulsar la aritm¨¦tica de los pactos, la capacidad negociadora, los pesos en los bloques, y tambi¨¦n los contrapesos. Todas las batallas la batalla¡ se podr¨ªa titular parafraseando aquel ¡®Todos los fuegos el fuego¡¯ de Cort¨¢zar, porque todas las batallas de ma?ana, todas, Europa, las comunidades en liza, cada uno de las miles de batallas municipales, van a computar en el resultado de la batalla del 28A con la investidura pendiente. El desenlace de Madrid, la suerte de Podemos, Barcelona, el poder institucional conservado por el PP, las opciones para C¡¯s, todo estar¨¢ en la ecuaci¨®n final.
?Y entonces?
El ¨²ltimo a?o se ha vivido en Espa?a en Estado de excepci¨®n. Tal vez el domingo se pueda poner fin a esto. Habr¨¢ que confiar en que quienes creyeron que el ¨¦xito vendr¨ªa de no dar respiro a la sociedad hayan aprendido la lecci¨®n. Nada avala esa confianza, eso s¨ª, salvo los s¨ªntomas de cansancio.
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