Todo era mentira
La se?ora P encarnaba el catalanismo cat¨®lico, burgu¨¦s y conservador de CiU. Me pregunto a cu¨¢ntos como ella enga?aron los pol¨ªticos del proc¨¦s
EL PRIMER DINERO que gan¨¦ en mi vida lo gan¨¦ trabajando para Converg¨¨ncia i Uni¨®, la coalici¨®n de Jordi Pujol. Fue hace justo 40 a?os, durante la campa?a de las primeras elecciones municipales democr¨¢ticas. Por aquella ¨¦poca yo estaba a punto de cumplir los 17, y el trabajo, apasionante, consist¨ªa en ensobrar propaganda electoral; por suerte me acompa?aban mis amigos del barrio. Nos conoc¨ªamos de toda la vida, de la Devesa, en Girona, un suburbio de clase media donde conviv¨ªan familias de emigrantes y familias de catalanes de pura cepa, aunque en el colegio donde estudi¨¢bamos se ense?aba en castellano y la lengua predominante en el grupo era el castellano. Ninguno de nosotros era nacionalista. En realidad, ¨¦ramos m¨¢s o menos ¨¢cratas, pero sobre todo pasotas, rockeros, porreros y cerveceros, as¨ª que, entre nosotros, CiU y todo lo que CiU representaba ¡ªel catalanismo burgu¨¦s, cat¨®lico y conservador¡ª era objeto de general pitorreo. Cuando termin¨¢bamos de trabajar, ¨ªbamos a gastarnos en libros el dinero ganado.
Fue la se?ora P la que nos consigui¨® aquel trabajo. La se?ora P era la madre de uno de mis amigos del barrio; tambi¨¦n era catalana de pura cepa, como su marido, y militaba y trabajaba en Converg¨¨ncia (o en Uni¨®: ya no me acuerdo). Era una mujer peque?ita y risue?a, que siempre ten¨ªa una palabra amable para todo el mundo y siempre iba corriendo a todas partes, porque, adem¨¢s de trabajar fuera de casa, ten¨ªa que sacar adelante a sus cuatro hijos y a su marido (las mujeres de aquella ¨¦poca tambi¨¦n sacaban adelante a sus maridos). No recuerdo haber hablado jam¨¢s con ella de pol¨ªtica, porque la se?ora P no hac¨ªa proselitismo, pero para m¨ª fue siempre la encarnaci¨®n del catalanismo burgu¨¦s, cat¨®lico y conservador que CiU represent¨® desde su creaci¨®n; en todo caso, durante a?os fui incapaz de verla sin asociar su amabilidad sin impostura y su sonrisa diligente a la energ¨ªa de unos catalanes que, al principio de la democracia, pelearon por recuperar la dignidad de ser catalanes, de hablar su lengua y recuperar su cultura y sus instituciones de autogobierno tras la devastaci¨®n del franquismo. Kurt Vonnegut escribi¨® que la calidad moral de una persona se mide por la opini¨®n que tienen de ella sus vecinos; si esto es as¨ª (y yo estoy seguro de que lo es), la se?ora P era, b¨¢sicamente, una buena persona, que es lo m¨¢s dif¨ªcil que se puede ser. Muri¨® hace unas semanas. Cuando me enter¨¦ de la noticia estaba de viaje, y, como mis mejores amigos siguen siendo mis amigos del barrio, llam¨¦ por tel¨¦fono a su hijo; entonces, mientras le daba el p¨¦same, me acord¨¦ de la ¨²ltima vez que hab¨ªa visto a la se?ora P. Fue en el barrio, un domingo en que ella hab¨ªa salido a pasear con mi amigo y yo iba a comer con mi madre. Para entonces hac¨ªa un tiempo que estaba en marcha el proc¨¦s, y la se?ora P, que a pesar de su edad se conservaba f¨ªsica y mentalmente muy bien, ya no militaba en CiU. Nos saludamos y de repente, sin previo aviso, la se?ora P se lanz¨® a hablar de pol¨ªtica. Estaba muy agitada, y al principio s¨®lo entend¨ª que hablaba de lo que pasaba en Catalu?a, de su partido o del que hab¨ªa sido su partido, mientras su hijo, mi amigo, intentaba calmarla. ¡°Todo era mentira, Javier¡±, entend¨ª por fin: la se?ora P gesticulaba mucho, parec¨ªa furiosa, ten¨ªa los ojos muy abiertos. ¡°Son una pandilla de ladrones. Eso es lo que son: una pandilla de ladrones. Cr¨¦eme, Javier, todo era mentira¡±.
Todo era mentira. ?Lo era? Con los a?os yo tambi¨¦n me hice catalanista, como la se?ora P y como mis amigos del barrio ¡ªtodos cre¨ªmos que era bueno que Catalu?a tuviera una lengua, una cultura y unas instituciones fuertes¡ª, pero ahora ya no s¨¦ si lo soy, porque no s¨¦ si el catalanismo es viable sin el nacionalismo, que ha demostrado ser incompatible con la democracia. Por lo dem¨¢s, la melancol¨ªa no me alcanza para a?orar el catalanismo cat¨®lico, burgu¨¦s y conservador de CiU, pero s¨ª para preguntarme c¨®mo es posible que se haya podrido tan pronto el idealismo generoso y razonable de tantos catalanistas honestos, a cu¨¢ntos catalanes de pura cepa como la se?ora P enga?aron los pol¨ªticos del proc¨¦s. Y d¨®nde est¨¢n.
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