Acuerdo estable
Las reformas m¨¢s urgentes exigen un Gobierno sustentado por una mayor¨ªa
El Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) public¨® el jueves una encuesta sobre las coaliciones de Gobierno preferidas por los electores. La primera opci¨®n resultaba un pacto del partido socialista con Podemos, y solo en segundo lugar una alianza entre los primeros y Ciudadanos. Una interpretaci¨®n literal del sondeo puede desnaturalizar la se?al de fondo, que no era otra que la creciente exigencia de que los partidos con representaci¨®n parlamentaria alcancen acuerdos estables. En este sentido, el sondeo corroboraba impl¨ªcitamente que repetir las elecciones, seg¨²n ocurri¨® en 2015, no puede ser una salida. Y tambi¨¦n que la nueva legislatura no puede estar marcada por los sobresaltos y los envites parlamentarios llevados al l¨ªmite.
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La concreta f¨®rmula de Gobierno que alcancen los partidos importa menos que garantizar la estabilidad parlamentaria para una legislatura de cuatro a?os, desde la que abordar las reformas que el pa¨ªs necesita sin dilaci¨®n. Sea a trav¨¦s de un Ejecutivo monocolor sustentado por una mayor¨ªa de diputados, o sea mediante una u otra coalici¨®n, lo que importa despu¨¦s de varios a?os de inacci¨®n es que los ciudadanos conozcan el programa que enmarcar¨¢ sus esfuerzos y a cuyos objetivos son convocados. Convertir en ordinario un instrumento extraordinario de gesti¨®n como es el decreto ley no solo fuerza los l¨ªmites del sistema constitucional, dando lugar a recursos que crean una zona de indefinici¨®n hasta el momento en que se resuelven, sino que dificultan la coherencia de la acci¨®n de Gobierno. Los motivos de extraordinaria urgencia para aprobar estas normas han sido interpretados con flexibilidad por el Tribunal Constitucional, pero no hasta el extremo de conceder carta blanca para usarlas a discreci¨®n por Gobiernos en minor¨ªa.
De lo que se trata, precisamente, es de evitar esos Ejecutivos sin respaldo suficiente para desarrollar programas, por m¨¢s que la Constituci¨®n los haya previsto a fin de resolver coyunturas como la que Espa?a ha venido padeciendo desde la fragmentaci¨®n del espacio electoral, de manera que los eventuales bloqueos pol¨ªticos no se transformen en par¨¢lisis institucional. A este respecto, el pa¨ªs necesita de una mayor¨ªa estable no solo para formar gobierno sino tambi¨¦n para aprobar unos nuevos Presupuestos que pongan fin a las pr¨®rrogas encadenadas del ¨²ltimo, y consoliden un crecimiento inclusivo. Adem¨¢s, son urgentes reformas estructurales como la fiscal, la energ¨¦tica y la de las pensiones. Y todo ello unido a la necesidad de planes espec¨ªficos para reducir el desempleo juvenil y el de larga duraci¨®n, corregir la precariedad y, en el ¨¢mbito de la vivienda, plantear una ley que establezca las condiciones de inversi¨®n p¨²blica en vivienda social y en alquiler.
Uno de los efectos colaterales de la par¨¢lisis de la anterior legislatura fue el protagonismo que adquiri¨® la crisis territorial ante la ausencia de una agenda de reformas con visos de prosperar. Las amenazas del secesionismo fueron graves, pero, justo por ello, no hab¨ªa que entregarle el monopolio del escenario pol¨ªtico. Entre otras razones porque la agenda de reformas es uno de sus m¨¢s flagrantes carencias, precisamente como el C¨ªrculo de Econom¨ªa acaba de recordar a la Generalitat.
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