¡®Modidad¡¯

El triunfo mayoritario de Narendra Modi en las recientes elecciones indias ha roto esquemas en las din¨¢micas pol¨ªticas del pa¨ªs. Su partido, el BJP, gan¨® posiciones en el sur y el noreste. Tambi¨¦n trascendi¨® las barreras de clase, casta, campo/ciudad, g¨¦nero y generaci¨®n que hasta ahora determinaban la aritm¨¦tica de las coaliciones. Seg¨²n una encuesta realizada por The Hindu, su partido ha sido el m¨¢s votado por los j¨®venes, y en concreto por las mujeres. Considerada una formaci¨®n de las castas superiores, capt¨® el voto de las castas atrasadas, que abandonaron sus partidos hist¨®ricos. Otra presunci¨®n que fall¨®, su car¨¢cter urbano. Recibi¨® m¨¢s apoyo que en elecciones anteriores entre los j¨®venes de las zonas rurales. Por el contrario, perdi¨® peso entre las minor¨ªas no hind¨²es, en concreto la poblaci¨®n musulmana, s¨ªntoma inquietante de la erosi¨®n comunal.

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El resultado inaugura un nuevo periodo de estabilizaci¨®n con un partido claramente dominante, y un l¨ªder fuerte, Modi, capaz de aglutinar en torno a su persona las fuerzas divergentes. No es la primera vez. Indira Gandhi tambi¨¦n lo logr¨® en su momento. Se cierra as¨ª un ciclo de la democracia india en tres fases: de la hegemon¨ªa del nacionalismo socialista y secular del Partido del Congreso se pas¨®, en los a?os noventa, a tres d¨¦cadas de coaliciones presididas por la pol¨ªtica de identidades y la fragmentaci¨®n del voto. Ahora la confluencia hacia el nacionalismo hind¨² concluye un movimiento pendular que sit¨²a al BJP como contrario especular de lo que fue el Congreso.

?C¨®mo se explica? Si bien Modi en su anterior mandato no resolvi¨® los problemas m¨¢s acuciantes adopt¨® medidas dirigidas a cubrir los d¨¦ficits b¨¢sicos de la poblaci¨®n m¨¢s pobre, como instalar retretes en las aldeas o facilitar la apertura de cuentas bancarias. Medidas que aunque han sido calificadas de populistas ponen de manifiesto el grado de negligencia de sus predecesores. Tambi¨¦n cont¨® con la inestimable ayuda de los yihadistas paquistan¨ªes que orquestaron el atentado de Pulwama en ¨®ptima sincron¨ªa con la campa?a, desviando el debate a la amenaza de una guerra.

Pero sin duda el factor determinante fue la propia figura carism¨¢tica de Modi, convertido en emblema de transici¨®n de la pol¨ªtica de identidades hacia el individualismo. Hoy el premier ¡°representa el arquetipo magnificado de individuo¡± (seg¨²n Shruti Kapila) que busca liberarse de la identidad de casta, trabajar y enriquecerse. Conectado por las redes y orientado a un capitalismo de mercado endulzado por los valores espirituales de un hinduismo soft. El nacionalismo hind¨² de su cu?o, la modidad, moditva, ha reemplazado al esp¨ªritu hindutva, la hinduidad beligerante, y se instala para llevar a cabo una revoluci¨®n conservadora.

Liberado de las ataduras de las alianzas, de la dependencia del RSS ¡ªel n¨²cleo duro ideol¨®gico del nacionalismo hind¨²¡ª, e incluso de su partido, superados todos por su ¨¦xito, falta por ver c¨®mo interpretar¨¢ Modi este triunfo. En los pr¨®ximos cinco a?os se desvelar¨¢ el significado real de la modidad.