La moda masculina recupera el equilibrio en Mil¨¢n

En los ¨²ltimos a?os la moda dirigida al hombre se ha basado en la disyuntiva entre lo formal y lo deportivo. Sin embargo, la Semana de la Moda Masculina de Mil¨¢n, que concluy¨® el pasado lunes, ha servido para establecer que, al menos en verano de 2020, la reconciliaci¨®n es la principal tendencia. Las firmas han sabido sustraerse a los movimientos pendulares para asumir que tanto el traje de oficina como la camiseta con logo han llegado a la industria para quedarse, porque la expansi¨®n geogr¨¢fica, generacional y cultural de la moda ha tra¨ªdo p¨²blicos para todos los gustos. Y la soluci¨®n no pasa por los extremos, sino por la convivencia. Incluso en el mismo hombre y el mismo momento.

Resulta sintom¨¢tico que sea Emporio Armani la firma que defiende con m¨¢s ah¨ªnco esta posici¨®n. Giorgio Armani revolucion¨® la moda de los ochenta al introducir en el armario masculino sustantivos ¨Ccomodidad, flexibilidad, ergonom¨ªa, sobriedad¨Cm¨¢s all¨¢ de la elegancia. Su nueva colecci¨®n recupera sus c¨¦lebres trajes blandos y los llena de referencias al paracaidismo mediante correajes y tejidos ligeros y finos, casi flotantes. Los trajes, tratados para adoptar texturas arrugadas o brillantes, conviven con la etiqueta y el deporte sin necesidad de m¨¢scaras. La atm¨®sfera japonesa que plane¨® sobre el desfile alcanz¨® su cl¨ªmax cuando parte del equipo ol¨ªmpico y paral¨ªmpico de Italia desfil¨® estrenando en primicia la equipaci¨®n que Armani ha dise?ado para los Juegos de Tokio 2020.

En Dolce & Gabbana, prendas lim¨ªtrofes como la sahariana (armada pero relajada, t¨¦cnica pero veraniega) articulan una fusi¨®n imaginaria entre Sicilia y el tr¨®pico, con pasarela de estampado animal incluida. Su amplia colecci¨®n incluye apuestas claras por tendencias concretas como el encaje, que ellos emplean en camisetas de rugby, o los amplios pantalones de pinzas, que en sus manos se transforman casi en drapeados. En la conciliaci¨®n de contrarios que domina la temporada, los heterodoxos de siempre llevan ventaja al resto. As¨ª le sucede a Versace en su homenaje a Keith Flint, el cantante de The Prodigy, fallecido recientemente. Los pantalones de cuero, las texturas met¨¢licas, los estampados ¨¢cidos, las camisas de seda y las tachuelas forman parte de la herencia de la firma por derecho propio, as¨ª que el desfile tuvo aire de reencuentro.

En Dsquared2 tambi¨¦n hubo energ¨ªa y endorfinas, pero de otro tipo. Inspirada en Bruce Lee y, por extensi¨®n, en el mundo de las artes marciales, la colecci¨®n abunda en juegos sem¨¢nticos muy del gusto de los canadienses, con cordonaduras que recuerdan tanto a un saco de boxeo como a un cors¨¦ femenino, prendas reflectantes, gozosos estampados orientales y, por supuesto, un protagonismo absoluto de la anatom¨ªa. En tiempos inciertos y saturados de mensajes conceptuales, los hermanos Caten saben que una prenda favorecedora sin rodeos es un argumento de venta todav¨ªa vigente.

Curiosamente, tambi¨¦n hubo referencias pop literales en Etro, cuya nueva colecci¨®n se inspira en la saga Star Wars, pero solo lo justo, porque las camisetas serigrafiadas no eclipsan los estampados ex¨®ticos y los tejidos suntuosamente hippies firma de la casa. Su propuesta concluy¨® con una demostraci¨®n de sana ecolog¨ªa visual mediante amplias camisas a rayas con bermudas a juego. Tambi¨¦n ecol¨®gica, aunque en otro sentido, fue la presentaci¨®n de Marni, con prendas deconstruidas que aluden a una hipot¨¦tica cat¨¢strofe medioambiental.

Una vez superado el trauma del nido vac¨ªo que ha aquejado a la pasarela italiana tras el abandono de importantes firmas en las ¨²ltimas temporadas (Gucci o Prada han presentado sus colecciones fuera del calendario oficial), la serenidad impera en Mil¨¢n. Calmada e introvertida es la colecci¨®n de la joven firma Sunnei, con colores progresivos, estampados cuadriculados, cortes amplios (y, por tanto, unisex) y superposiciones de prendas.

Tambi¨¦n respira la misma sensatez la colecci¨®n masculina de Fendi, en la que la inspiraci¨®n jardinera afecta a los colores (verdes, tierra, beis) pero tambi¨¦n a la propia naturaleza de las piezas: lujosos monos de trabajo, jers¨¦is ligeros y bolsos troquelados que recuerdan a celos¨ªas. Al fin y al cabo, esta nueva elegancia no se basa en prendas concretas y excluyentes, sino en la armon¨ªa de los colores, los detalles y las texturas. Muestra de ello dio Alessandro Sartori con su colecci¨®n para Ermemegildo Zegna XXX en una vieja sider¨²rgica: el entorno se trasladaba a las prendas mediante tonos oxidados y desiguales, borrosos, crepusculares, en los que el brillo de la seda se confunde con el tornasolado de los cortavientos y los trajes se contaminan, se llenan de bolsillos, se desgastan y se inclinan a la melancol¨ªa. Puede que ahora se lleve todo a la vez, pero la emoci¨®n no pasa de moda.