El ingl¨¦s impreso en el pecho
Las camisetas veraniegas se han sumado a esa general fascinaci¨®n que nos hace parecer pol¨ªglotas
El buen tiempo atrae a las camisetas de manga corta y cuello redondo. Gente de todas las edades las compra en los mercadillos pero tambi¨¦n en las tiendas de lujo, es de suponer que con distintos precios. Los d¨ªas de sol constante arrojan a las calles espa?olas esas prendas desenfadadas a las que suele acompa?ar un atuendo m¨¢s bien deportivo.
Rara vez se repiten en ellas el dise?o o la combinaci¨®n de colores, cuando se trata de tejidos policromados; ni las im¨¢genes que llevan estampadas por delante o por detr¨¢s. Cada cual elige el modelo que m¨¢s le gusta, as¨ª como el mensaje que desea transmitir a quienes se crucen en su camino y no circulen mirando al suelo o hablando por tel¨¦fono, o las dos cosas.
La disparidad est¨¦tica de las camisetas alegra estos primeros d¨ªas de calor. Pero esa variedad de tonos, dibujos, fotograf¨ªas y frases que se ven sobre la prenda confluyen en una cierta homogeneidad cuando uno intenta leer lo que llevan escrito: casi todos los mensajes est¨¢n expresados en ingl¨¦s.
Solamente el 27,7% de los espa?oles sabe hablar, leer y escribir en esa lengua, si nos fiamos de las respuestas que los encuestados le dieron al Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) a finales de 2016. Sin embargo, nos encanta simular que todos lo hacemos. La publicidad se llena de t¨¦rminos en ingl¨¦s, las revistas de moda disfrutan con inundar sus p¨¢ginas de anglicismos, los diarios se olvidan a menudo de traducir los suyos, los comercios de las ciudades eligen nombres y r¨®tulos en aquella lengua. Y qu¨¦ contentos nos quedamos.
?ltimamente se han sumado las camisetas veraniegas a esa general fascinaci¨®n que nos hace parecer pol¨ªglotas. En ellas leemos: ¡°All power to the people¡±, ¡°Air needed¡±, ¡°Better tan yesterday¡±, ¡°Keep calm and happy goat¡±, ¡°Big smile, deep breathe¡±, ¡°Good music, dark chocolate¡±, ¡°Happy hour¡±, ¡°Future important woman¡±, ¡°Everythink I like is either expensive, illegal or won¡¯t text me back¡±¡ La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, luci¨® hace poco en p¨²blico este lema, m¨¢s deducible: ¡°Yes, I¡¯m a feminist¡±.
Ninguno de ustedes necesita la traducci¨®n de esa selecci¨®n de frases, porque todos saben ingl¨¦s, igual que quienes visten esas camisetas, pero el apartado 2.23 del Libro de estilo de este peri¨®dico obliga a aclarar las citas expresadas en otras lenguas. As¨ª que ah¨ª van unas equivalencias: ¡°Todo el poder para la gente¡±, ¡°Se necesita aire¡±, ¡°Mejor que ayer¡±, ¡°Mant¨¦n la calma y feliz cabra¡± (yo tampoco lo entiendo), ¡°Gran sonrisa, respira hondo¡±, ¡°Buena m¨²sica, chocolate negro¡±, ¡°Hora feliz¡±, ¡°Futura mujer importante¡±, ¡°Todo lo que me gusta es caro, ilegal o no me devolver¨¢ el mensaje de texto¡±... y ¡°S¨ª, soy feminista¡±.
Est¨¢n en su libertad quienes portan tales carteles ambulantes, claro. Ante ello, uno apenas puede preguntarse si en realidad desear¨¢n comunicar algo, o simplemente les gustar¨¢ la est¨¦tica de la tipograf¨ªa estampada en la camiseta. Imagino que m¨¢s bien lo segundo, pues en el primer caso se topar¨¢n con que gran parte de los transe¨²ntes con quienes se cruzan no saben qu¨¦ significan las palabras impresas. Y como generalmente transmiten buen humor, se perder¨¢n el chiste y seguir¨¢n en su tristeza.
Con todo eso, lo original ahora es el espa?ol. Una vez vi a una mujer con una camiseta cuya inscripci¨®n se le¨ªa en castellano (¡°No hay pan para tanto chorizo¡±), y me entraron ganas de darle un abrazo. Me cort¨¦, por si acaso se trataba de una inglesa.
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