La ortograf¨ªa es el term¨®metro
Hoy en d¨ªa salimos a la plaza p¨²blica m¨¢s con la palabra escrita que con la expresi¨®n oral.
Quien tiene un problema de ortograf¨ªa no sufre solamente ese problema. Los errores con la puntuaci¨®n o las letras van siempre asociados a una deficiente expresi¨®n sint¨¢ctica y a un vocabulario pobre. La ortograf¨ªa es el mercurio que sirve para se?alar la fiebre. Se podr¨¢n abolir las haches y las tildes, como propuso Garc¨ªa M¨¢rquez, pero no por romper el term¨®metro bajar¨¢ la temperatura.
Las personas acostumbradas a leer buenos libros y buenos peri¨®dicos no suelen cometer faltas cuando escriben, porque su memoria inconsciente ha ido almacenando las palabras exactas y ha deducido las relaciones gramaticales que mantienen entre s¨ª. Y cuando las necesiten para expresar una idea, brotar¨¢n casi sin esfuerzo.
Frente a eso, las faltas involuntarias afloran en quienes no quisieron o no pudieron recibir una ense?anza de calidad y no han enriquecido luego su pensamiento con las cuidadas lecturas que conducen siempre a cuidadas reflexiones.
Hoy en d¨ªa salimos a la plaza p¨²blica m¨¢s con la palabra escrita que con la expresi¨®n oral. Redactamos mensajes de WhatsApp, de correo, escribimos en Twitter¡ Y paseamos por esa calle de multitudes vestidos solamente con nuestra ortograf¨ªa y nuestra sintaxis. As¨ª nos mostramos a los dem¨¢s, que se formar¨¢n una opini¨®n al respecto del mismo modo que se establece una impresi¨®n general ante quien lleva siempre lamparones en el traje.
En definitiva, la ortograf¨ªa es sobre todo un indicio.
Se supone que quien escribe con correcci¨®n ha le¨ªdo y ha incorporado a su pensamiento una estructura gramatical que le permite ordenar mejor las ideas y analizar con m¨¢s competencia tanto lo que oye como lo que piensa. La buena ortograf¨ªa ayuda adem¨¢s a relacionar unos vocablos con otros (y tambi¨¦n a distinguir unos conceptos de otros).
Por el contrario, cabe suponer que quien comete faltas de ortograf¨ªa no dispone de esas herramientas; que tal vez disfrute as¨ª de menor capacidad para la argumentaci¨®n y la seducci¨®n, y que probablemente sea, por todo ello, una persona m¨¢s manipulable.
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