Ya toca una presidenta en la Casa Blanca
El final de la pesadilla Trump pudiera lograrlo Elizabeth Warren o alguna de las otras mujeres aspirantes
Una mujer en la Casa Blanca en 2021? Tendr¨ªa sentido. Por encima de la pol¨ªtica, que en ¨²ltima instancia aportar¨¢ la soluci¨®n, significar¨ªa un acto de justicia moral y el reconocimiento de la igualdad. Porque son ellas las que m¨¢s han hecho por hacer frente a Trump, aunque el 44% de las mujeres, en su inmensa mayor¨ªa blancas, votaron por un presidente que ha demostrado el menosprecio por el segundo sexo. Su presidencia ha coincidido con una fuerte oleada feminista, uno de los signos definitorios de nuestra ¨¦poca.
Una mujer puede evitar la reelecci¨®n en noviembre de 2020 de Trump. Una buena opci¨®n para restaurar el prestigio de la democracia estadounidense y acabar con la imagen del americano feo. Para los aliados de EE?UU, especialmente en Europa, un alivio tras el desconcierto provocado por el magnate devenido en presidente. Una mujer facilitar¨ªa la vuelta a la serenidad perdida. Pero su cristalizaci¨®n no ser¨¢ f¨¢cil y depender¨¢ de unas primarias en las que se enfrentar¨¢n 23 aspirantes dem¨®cratas. Y Trump conserva armas para ser reelegido: el paro inferior al 4%, el prolongado ciclo de crecimiento y la paradoja de que sus bases, sobre todo hombres blancos, trabajadores, sin estudios universitarios, en su gran mayor¨ªa a¨²n creen en ¨¦l, no detectan que solo trabaja a favor de los m¨¢s ricos.
Trump debe evitar una nueva guerra en Oriente Pr¨®ximo que enterrar¨ªa su reelecci¨®n. El juego del gallina que practica insensatamente con Teher¨¢n: suspende en ¨²ltima instancia un ataque armado, para a continuaci¨®n lanzar un golpe cibern¨¦tico contra los ordenadores que controlan el lanzamiento de misiles iran¨ªes, arriesga un incendio en la regi¨®n m¨¢s vol¨¢til del mundo y amenaza la econom¨ªa global. Tampoco puede llegar a las elecciones sin poner fin al choque comercial y por la hegemon¨ªa tecnol¨®gica con la China de Xi.
Los dem¨®cratas se debaten sobre su posicionamiento ideol¨®gico para recobrar la Casa Blanca. Dudan sobre qui¨¦n ser¨¢ m¨¢s elegible frente a un presidente que desborda el molde cl¨¢sico. El final de la pesadilla Trump pudiera lograrlo Elizabeth Warren, senadora dem¨®crata por Massachusetts. O alguna de las otras mujeres aspirantes que, sin embargo, tendr¨¢n que superar la empinada pendiente del sesgo sexista de los votantes, hoy dominante.
Warren, que acaba de cumplir 70 a?os, basa su campa?a en la defensa de las clases medias y ha cimentado su carrera pol¨ªtica en denunciar las trampas de los grandes bancos. Tiene car¨¢cter, es una luchadora persistente. Apela, como Trump, a la gente corriente a la que no le alcanza para vivir dignamente. Progresista pero pragm¨¢tica.
Esta columna no es una predicci¨®n. Solo la esperanza de una opci¨®n razonable sobre algo que debi¨® ocurrir hace tiempo y que sin duda ocurrir¨¢. EE?UU ha tenido 45 presidentes varones. Ya toca una presidenta en la Casa Blanca.
fgbasterra@gmail.com
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