Incipiente paralelismo
Es posible trazar comparaciones entre la deriva pol¨ªtica de Albert Rivera y la del primer ministro h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n
Hace un tiempo que me ronda la cabeza un paralelismo ¡ªque, soy consciente, resultar¨¢ arriesgado para unos y exagerado para otros¡ª entre la trayectoria del mandatario h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n y la actual l¨ªnea pol¨ªtica del l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera. La idea surge de una entrevista que realic¨¦ el a?o pasado con motivo de las elecciones generales h¨²ngaras a una amiga periodista h¨²ngara, Szilvia Malik, sobre el tr¨¢nsito del pa¨ªs magiar desde el comunismo hasta la democracia iliberal, condensado en la trayectoria de Orb¨¢n quien, en palabras de Malik, ¡°pas¨® de ser un ¡®joven dem¨®crata¡¯ liberal a un populista de derechas en una suerte de maniobra napole¨®nica¡±.
Orb¨¢n fue uno de los fundadores de la Alianza de J¨®venes Dem¨®cratas (Fidesz), movimiento que luch¨® en la clandestinidad contra el r¨¦gimen comunista y a favor de los derechos humanos, galardonado en 1989 con el Premio Rafto. Ante la celebraci¨®n de las primeras elecciones libres h¨²ngaras en 1990, el joven activista Orb¨¢n interrumpi¨® sus estudios de filosof¨ªa pol¨ªtica en la Universidad de Cambridge, financiados con una beca de la Fundaci¨®n George Soros (contra la que ahora lanza campa?as hostiles), para concurrir a ellas. Fidesz obtuvo 22 parlamentarios. Liderados por Orb¨¢n, en 1992 se unieron a la Internacional Liberal.
El partido logr¨® unos resultados mediocres en 1994. A partir de ese momento, comenz¨® a virar gradualmente hacia posiciones m¨¢s conservadoras que terminaron por ahuyentar al c¨ªrculo de intelectuales que rodeaba a Orb¨¢n ¡ªel ¨²nico grupo capaz de hacerle contrapeso dentro de la organizaci¨®n, explica uno de sus antiguos colaboradores al Financial Times¡ª. Orb¨¢n logr¨® alcanzar el poder en 1998, gobernando en coalici¨®n y convirti¨¦ndose en el primer ministro m¨¢s joven de Europa. Pero volvi¨® a perder en 2002 contra los socialistas. Ya entonces Fidesz hab¨ªa abandonado la Internacional Liberal, ingresando en el Partido Popular Europeo.
Para Malik, que en esos a?os resid¨ªa en el extranjero, la celebraci¨®n de la fiesta nacional h¨²ngara en Budapest en 2002 fue una experiencia reveladora de la metamorfosis pol¨ªtica de su pa¨ªs: ¡°Hombres vestidos de indumentaria militar y ni?os envueltos en banderas marchaban con carteles de la Gran Hungr¨ªa, gritando ¡®?Trian¨®n!¡±, en alusi¨®n al Tratado de Trian¨®n de 1920, que conllev¨® la p¨¦rdida para Hungr¨ªa de dos tercios de su territorio. ¡°Me di cuenta de que la alfombra roja del comunismo hab¨ªa ocultado problemas como el nacionalismo¡ La multitud que vi aquel d¨ªa se me antoj¨® un caballo indomable; intu¨ªa que alg¨²n pol¨ªtico populista saltar¨ªa sobre su lomo y lo espolear¨ªa en la direcci¨®n que quisiera¡±. Quienes han conocido a Orb¨¢n coinciden en su inteligencia, energ¨ªa, coraje y gran capacidad para detectar lo que la gente quiere escuchar. Tambi¨¦n en sus desmesuradas ansias de poder y falta de escr¨²pulos.
Captar el estado emocional de la sociedad y ¡®espolearla¡¯ en una direcci¨®n beneficiosa es m¨¢s estrat¨¦gico que mantenerse en unos principios
Hicieron falta otras dos legislaturas antes de que el pol¨ªtico lograra salir nuevamente victorioso de las elecciones. Fue en 2010. Para entonces Fidesz hab¨ªa ganado las municipales de 2006 y las europeas de 2009, consolidando su presencia en las instituciones. Desde 2010, Orb¨¢n se mantiene en el poder, copando titulares internacionales por la deriva autocr¨¢tica, ultranacionalista y xen¨®foba de su Gobierno. Su presencia en las instituciones comunitarias resulta cada vez m¨¢s inc¨®moda y su permanencia en el Partido Popular Europeo (ha sido suspendido, pero no expulsado) es objeto de cr¨ªticas crecientes.
A primera vista, el contexto h¨²ngaro y espa?ol tienen poco en com¨²n. Pero la pulsi¨®n nacionalista a ra¨ªz de conflictos territoriales pasados, en el caso h¨²ngaro, y presentes, en el caso espa?ol, podr¨ªa verse como un elemento com¨²n. El liberalismo tiende a casar mal con el nacionalismo y resulta dif¨ªcil mantener un equilibrio coherente en el tiempo cuando, como Orb¨¢n o Rivera, se pretende abrazar ambos. Tarde o temprano, como le sucedi¨® a Fidesz, estas formaciones acaban decant¨¢ndose del lado de la balanza que su l¨ªder intuye pol¨ªticamente m¨¢s lucrativo. Captar el estado emocional de la sociedad y espolearla en la direcci¨®n que les beneficia resulta m¨¢s estrat¨¦gico que mantenerse en el tiempo en unos principios y una vocaci¨®n razonada.
Si bien es improbable que Albert Rivera est¨¦ siguiendo conscientemente la hoja de ruta de Viktor Orb¨¢n, no est¨¢ de m¨¢s recordar que el tr¨¢nsito del liberalismo progresista al iliberalismo reaccionario no es tan descabellado como suena. Para el Financial Times, el viaje de Orb¨¢n es ¡°una de las transformaciones recientes m¨¢s llamativas de la pol¨ªtica europea¡± y suponemos que no le faltan admiradores que, sin necesariamente compartir todo su ideario, intentan imitar su estrategia para llegar al poder.
Olivia Mu?oz-Rojas es doctora en Sociolog¨ªa por la London School of Economics e investigadora independiente. www.oliviamunozrojasblog.com
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