Adriana Ozores y Carlos Hip¨®lito: los cl¨¢sicos amigos modernos
ES POSAR el tac¨®n sobre los mosaicos del vest¨ªbulo del Teatro de la Comedia de Madrid, sede de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, y brotarles los recuerdos. El borbot¨®n enseguida desborda palabras, emociones, complicidad expresada en gui?os y gestos. Y, sobrevol¨¢ndolos, una carcajada que no cesa. Adriana Ozores y Carlos Hip¨®lito no pueden dejar de coincidir, en medio de mil an¨¦cdotas, en que dentro de estas cuatro paredes transcurrieron algunos de los mejores y m¨¢s ¡°trascendentales¡± a?os de sus vidas. Ah¨ª, subidos en el escenario donde durante los a?os ochenta y noventa representaron funciones como El mis¨¢ntropo o El m¨¦dico de su honra bajo la batuta del gran renovador del teatro del Siglo de Oro, Adolfo Marsillach. Y m¨¢s all¨¢, en los camerinos, donde forjaron su amistad mutua y con compa?eros como Emilio Guti¨¦rrez Caba o Jos¨¦ Mar¨ªa Pou. ¡°No par¨¢bamos de re¨ªrnos¡±, se sigue desternillando Ozores. ¡°Fue una etapa maravillosa. Nos hicimos hermanitos para siempre¡±, agrega Hip¨®lito. Aqu¨ª alimentaron su amor por la interpretaci¨®n en vivo y en verso, con textos antiguos transportados a una perspectiva moderna, aupados sobre las tablas, ese espacio donde nada es real y todo es absolutamente verdadero.
El tiempo transcurre y recientemente, en 2018, Hip¨®lito se alza con el Premio Corral de Comedias del Festival de Almagro, dedicado al teatro cl¨¢sico y, sobre todo, al de los siglos XVI y XVII en Espa?a. El de aquellos inicios profesionales: Lope, Tirso, Calder¨®n de la Barca. En esta 42? edici¨®n, que arranca el 4 de julio, el destino ha conspirado para volver a unirles por medio del mismo galard¨®n, que en esta ocasi¨®n se entregar¨¢ a Ozores. ¡°Lo recibo con much¨ªsima ilusi¨®n. Por no decirte de los que m¨¢s¡±, asegura. ¡°A m¨ª me pas¨® lo mismo¡±, le da la r¨¦plica Hip¨®lito. ¡°Cuando me llamaron, lo primero que les pregunt¨¦ fue: ¡®?Por qu¨¦ a m¨ª, si hace 14 a?os que no hago teatro cl¨¢sico?¡¯. E Ignacio Garc¨ªa [director del Festival de Almagro] me respondi¨® una de las cosas m¨¢s bonitas que me han dicho: ¡®Hace 14 a?os que no haces teatro cl¨¢sico, pero lo que hiciste marc¨® huella. Dejaste un buen recuerdo y por eso se te premia¡¯. Eso es lo m¨¢s bonito que te pueden decir, porque el teatro es algo tan ef¨ªmero que, cuando alguien que lo vio te cuenta que lo recuerda con cari?o, es maravilloso¡±.
El mismo Ignacio Garc¨ªa ronda esta ma?ana por el teatro. No es el ¨²nico personaje que se acerca a saludar al d¨²o afectuosamente; tambi¨¦n entra en escena el actor y director Mario Gas, que representa estos d¨ªas en la Comedia La hija del aire, de Calder¨®n, funci¨®n que participar¨¢ en Almagro. El tono de las salvas, de los di¨¢logos, de las chanzas, parece un jolgorio. Cuando los dos protagonistas vuelven a hablarle a la grabadora, Ozores saca su m¨®vil para ense?ar una foto. Es Hip¨®lito, con una peluca de rizos rubios y una expresi¨®n divertidamente lastimera, que ella confiesa usar como imagen de perfil en el tel¨¦fono. ¡°Claro, ?as¨ª cada vez que te llamo te r¨ªes!¡±, descubre el actor ante la carcajada de su interlocutora.
Aquella foto la tomaron grabando La duquesa, un telefilme sobre la vida de Cayetana de Alba en el que tambi¨¦n coincidieron encarnando los papeles principales. ¡°Siempre que nos juntan nos ponemos muy contentos porque nos da la posibilidad de pasar muchos ratos juntos¡±.
?Y volver¨¢n a hacer teatro cl¨¢sico?
¡ªOjal¨¢, a m¨ª me encantar¨ªa ¡ªresponde Hip¨®lito.
¡ªS¨ª ¡ªafirma rotunda Ozores.
¡ªIgual esto de los dos a?os seguidos con el Premio del Corral es una se?al.
¡ªYa ver¨¢s como s¨ª.
¡ªYa que fuimos el chico y la chica en un mont¨®n de funciones aqu¨ª, en la Compa?¨ªa Nacional, ahora seremos el se?or y la se?ora.
¡ªLos yayos.
¡ªNo, ?qu¨¦ va! A¨²n estamos estupendos para estos personajes.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.