La necesidad de un ministerio
El Ejecutivo debe mantener una cartera para Universidad separada de la encargada de la educaci¨®n obligatoria
El pasado 6 de junio, las rectoras y rectores de las 76 universidades ¡ªp¨²blicas y privadas¡ª de Crue Universidades Espa?olas decidimos en nuestra ¨²ltima Asamblea General solicitar al futuro Gobierno de Espa?a que mantenga bajo el mismo ministerio los ¨¢mbitos de Ciencia, Innovaci¨®n y Universidades. Los nuevos desaf¨ªos de la globalizaci¨®n requieren que las universidades tengamos un interlocutor dedicado en exclusiva a esas tres ¨¢reas clave en la construcci¨®n de una econom¨ªa del conocimiento para, as¨ª, poder colaborar y alinear con mayor eficiencia las pol¨ªticas de Universidad e investigaci¨®n, tal y como sucede en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados. Necesitamos garantizar una ¨®ptima coordinaci¨®n con otros ministerios para la elaboraci¨®n de cualquier normativa que afecte al sistema universitario espa?ol.
La experiencia nos dice que cuando la educaci¨®n terciaria ha compartido cartera ministerial con la educaci¨®n obligatoria, el peso pol¨ªtico de esta ¨²ltima ha jugado en detrimento de las universidades. Y son muchos, y urgentes, los asuntos de la Academia que no pueden sufrir m¨¢s demoras, riesgo que se corre si se diluye la atenci¨®n que este Gobierno nos ha dedicado a trav¨¦s del Ministerio de Ciencia, Innovaci¨®n y Universidades.
En estas cuatro d¨¦cadas de democracia, las universidades hemos sido un potente motor de progreso y el principal ascensor social de muchos espa?oles. Para entender el milagro espa?ol es imprescindible mirar la aportaci¨®n de las universidades y, sin embargo, sufrimos desde hace ya demasiados a?os una insuficiente financiaci¨®n que pone en riesgo nuestro compromiso con la igualdad de oportunidades, como ya nos indican los ¨²ltimos estudios que alertan sobre el creciente peso de los condicionantes socioecon¨®micos en el acceso a la Universidad. Tambi¨¦n pone en riesgo la transformaci¨®n de un modelo basado en el conocimiento, absolutamente necesario. La falta de recursos pasa factura a las pol¨ªticas de becas y ayudas, a la captaci¨®n y retenci¨®n de talento y a la internacionalizaci¨®n de nuestros estudios.
Necesitamos un Ministerio de Ciencia, Innovaci¨®n y Universidades que nos permita abordar sin interferencias la educaci¨®n superior universitaria
Si queremos seguir mejorando el sistema universitario espa?ol, que est¨¢ entre los 10 m¨¢s productivos y equitativos del mundo, debemos mantener un di¨¢logo cada d¨ªa m¨¢s constructivo con los responsables del dise?o de leyes y reglamentos cuyo fin sea mejorar la educaci¨®n superior. El Estatuto del Personal Investigador en Formaci¨®n, la Ley de Contratos del Sector P¨²blico o el RDL de pr¨¢cticas acad¨¦micas externas son ejemplos de medidas que, pese a su buena filosof¨ªa de fondo, ahora exigen un desarrollo y aplicaci¨®n quir¨²rgicas si no queremos acabar perjudicando a la comunidad universitaria, empezando por los propios estudiantes. Con un ministerio volcado en resolver con nosotros estos temas, es factible llegar a una soluci¨®n sensata en un tiempo razonable. Si el ministerio ha de atender paralelamente estos asuntos y el sempiterno pacto de Estado por la educaci¨®n [no universitaria] o la en¨¦sima ley escolar las posibilidades se reducen considerablemente.
Es en la Universidad donde se produce casi el 70% de la investigaci¨®n que despu¨¦s dar¨¢ lugar a soluciones que mejorar¨¢n la vida de todos y es en nuestros campus donde el impulso al cumplimiento de la Agenda 2030 est¨¢ consiguiendo que el compromiso de Espa?a con los Objetivos de Desarrollo Sostenible se reconozca a nivel internacional. Nuestro deseo de seguir devolviendo a la sociedad la confianza depositada es lo que nos mueve a pedir constantes mejoras; es esa misma vocaci¨®n de servicio la que nos llev¨® el pasado 26 de septiembre a reclamar en el Congreso de los Diputados una nueva Ley de Universidades que nos dote de los recursos necesarios para conducir a este pa¨ªs hacia un verdadero Estado del bienestar. No hay otro camino. La educaci¨®n debe dejar de verse como un gasto y considerarse una inversi¨®n fundamental. Y rentable. No tanto porque por cada euro de financiaci¨®n a las universidades espa?olas se generen cuatro, sino porque invertimos para que nuestro futuro est¨¦ en las mejores manos. Las rectoras y rectores queremos seguir cumpliendo con nuestra misi¨®n, en may¨²sculas, y contribuir al progreso de la sociedad a trav¨¦s de la mejora de la educaci¨®n superior. Pero pese al principio de autonom¨ªa universitaria que recoge la Constituci¨®n, nuestra capacidad real de decisi¨®n es m¨ªnima una vez que hemos pagado n¨®minas y gastos corrientes. Es cierto que necesitamos grandes cambios para seguir cumpliendo satisfactoriamente nuestra misi¨®n. Pero tambi¨¦n necesitamos algo tan sencillo como mantener un Ministerio de Ciencia, Innovaci¨®n y Universidades que nos permita abordar sin interferencias las cuestiones relativas a la educaci¨®n superior universitaria. No hacerlo implicar¨ªa un retroceso estrat¨¦gico en el objetivo compartido de hacer avanzar a nuestros ciudadanos hacia un mundo mejor. Estamos convencidos de que no es ese el deseo del futuro Gobierno de Espa?a.
Jos¨¦ Carlos G¨®mez Villamandos es presidente de Crue Universidades Espa?olas y rector de la Universidad de C¨®rdoba.
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