El suicidio de Ciudadanos
El salto de Rivera a la pol¨ªtica espa?ola desde la plataforma de la defensa del unionismo en Catalu?a se hizo desde la radicalizaci¨®n tanto del discurso como de las formas
Si Ciudadanos fuera lo que un d¨ªa dijo ser ¡ªun partido liberal con vocaci¨®n centrista¡ª hoy tendr¨ªa una oportunidad excepcional para hacerse con importantes cuotas de poder en el ¨¢mbito institucional. Podr¨ªa compartir con el PSOE el Gobierno de Espa?a y podr¨ªa participar en otras muchas instancias de poder auton¨®mico y local incluso con alianzas de per¨ªmetro variable. De momento tiene que contentarse con un papel de complemento del poder del PP, en vergonzante asociaci¨®n con Vox. Rivera y Ciudadanos se lo han ganado a pulso.
De hecho, el desencadenante de la situaci¨®n actual est¨¢ en su origen. Ciudadanos irrumpe en el Parlamento de Catalu?a como un partido monotem¨¢tico: la defensa del castellano frente a las pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas de la Generalitat. En la dificultad de la lucha contra un tema de amplio consenso en Catalu?a desarrollar¨¢ una estrategia t¨ªpicamente reactiva. Actitud que elevar¨¢ al estado de bronca permanente cuando, a medida que el proceso independentista catal¨¢n va tomando fuerza, Ciudadanos apueste por el liderazgo de la lucha contra el soberanismo en Catalu?a, de la que obtendr¨¢ r¨¦dito al quedar en primer lugar en las elecciones auton¨®micas del 21-D. El estilo qued¨® definido y los l¨ªderes de Ciudadanos lo llevan puesto en el rostro: siempre enfadados, siempre en la din¨¢mica de la polarizaci¨®n y la rabia, centrados en la batalla identitaria, mientras van decayendo otros rasgos ideol¨®gicos del grupo.
El salto de Rivera a la pol¨ªtica espa?ola desde la plataforma de la defensa del unionismo en Catalu?a se hizo desde la radicalizaci¨®n tanto del discurso como de las formas. Y fue entonces, ante el perfil plano del Gobierno de Rajoy, acorralado por la cuesti¨®n catalana y por los grandes juicios de la corrupci¨®n del PP, que Rivera entr¨® en la fantas¨ªa de que ten¨ªa la presidencia del Gobierno al alcance de la mano. Si la polarizaci¨®n ideol¨®gica tiene efectos destructivos, la p¨¦rdida de sentido de la realidad es letal en pol¨ªtica. Y, con la sentencia de la G¨¹rtel, Pedro S¨¢nchez pill¨® a Rivera distra¨ªdo saboreando ya su sue?o y le rob¨® la cartera. Present¨® la moci¨®n de censura. Y el presidente fue ¨¦l. Despu¨¦s, el fracaso en el sorpasso cerr¨® definitivamente el ciclo triunfal de Ciudadanos.
Firme en sus dos l¨ªneas estrat¨¦gicas: polarizaci¨®n y recurso permanente a los juzgados; atrapado en el bloque de la derecha, con rid¨ªculos episodios de negaci¨®n de lo evidente (la alianza con Vox); y celebrando su estrategia de provocaciones a los enemigos para presentarse como v¨ªctima, para obtener r¨¦ditos en los medios y en las redes, el partido de Rivera ha entrado en el extrav¨ªo. Es v¨ªctima de su car¨¢cter. Que si, en su d¨ªa, le convirti¨® en la esperanza blanca, hoy genera achicamiento de su espacio pol¨ªtico, p¨¦rdida de horizonte de futuro, un reguero de fugas y un l¨ªder ensimismado que impone el cierre de filas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.