Nuevo bloqueo

El fracaso de la ¨²ltima reuni¨®n entre el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, y el l¨ªder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, hace m¨¢s veros¨ªmil la hip¨®tesis de la repetici¨®n electoral. Para llegar a esta descorazonadora situaci¨®n han tenido que sucederse en el tiempo la renuncia de Ciudadanos a respetar el papel que le asignaron las urnas como tercera fuerza parlamentaria y las ambiciones de Unidas Podemos, tambi¨¦n sobredimensionadas con respecto a su resultado electoral. El partido socialista, por su parte, es responsable de haber reproducido desde el mes de abril la estrategia del expresidente Rajoy, quien en dos elecciones sucesivas reclam¨® la abstenci¨®n de la principal fuerza de oposici¨®n con el argumento de que no era posible una mayor¨ªa alternativa. Como qued¨® fehacientemente demostrado con la aprobaci¨®n de los Presupuestos todav¨ªa en vigor ¡ªy que deber¨¢n ser objeto de una nueva pr¨®rroga¡ª, esa mayor¨ªa exist¨ªa, de modo que la aparente par¨¢lisis del sistema estaba en realidad deliberadamente inducida.

Este vuelve a ser el caso, apenas tres a?os despu¨¦s, demostrando no que las previsiones constitucionales son necesariamente insuficientes en un parlamento fragmentado, sino que los partidos y sus l¨ªderes siguen sacrificando sus inexcusables responsabilidades a la realizaci¨®n de ambiciones electoralistas sin importar el coste. La pretensi¨®n de liderar el espacio pol¨ªtico de la derecha, expresada por Ciudadanos, y la de integrarse en un Gobierno de coalici¨®n, seg¨²n busca Unidas Podemos, son leg¨ªtimas siempre que la situaci¨®n de minor¨ªa desde la que se persiguen no se utilice como instrumento de chantaje frente al mandato inequ¨ªvoco de la totalidad de los ciudadanos, y no solo frente a la fuerza m¨¢s votada. Lo que las urnas ordenan en cada elecci¨®n no es que el partido con m¨¢s esca?os pacte en una u otra direcci¨®n, ni tampoco que se articule una u otra f¨®rmula de Gobierno, sino que el concreto Legislativo elegido por los ciudadanos articule un Ejecutivo en torno a un programa para cuatro a?os de legislatura, sea en solitario o con el apoyo de uno o m¨²ltiples partidos.

Ciudadanos ha rechazado cumplir con esta obligaci¨®n por la ins¨®lita v¨ªa de expedir certificados de constitucionalismo hacia su izquierda pero no hacia su derecha, e intentando provocar con su enrocamiento que los independentistas sean decisivos en una mayor¨ªa en la que tambi¨¦n participe Unidas Podemos. Esta fuerza, por su parte, est¨¢ anteponiendo la composici¨®n del Ejecutivo al programa, incurriendo en la contradicci¨®n de rechazar las medidas que defiende el partido socialista y simult¨¢neamente exigirle carteras para desarrollarlas en una coalici¨®n minoritaria que, en efecto, necesitar¨ªa a los independentistas. El Partido Popular, por ¨²ltimo, se limita a sugerir reformas constitucionales para que gobierne la fuerza m¨¢s votada, una idea en la que tambi¨¦n han coincidido algunos dirigentes del partido socialista. Hablar ahora de reformas constitucionales que podr¨ªan considerarse en el futuro no sirve para evitar un nuevo bloqueo, si bien presenta como debilidades institucionales en situaciones de multipartidismo lo que en realidad son irresponsabilidades pol¨ªticas en toda circunstancia.

Si estas irresponsabilidades no cesan antes de cumplirse el plazo para volver a las urnas, la revisi¨®n de la investidura no ser¨¢ una soluci¨®n, sino un sue?o irrealizable.