Erosi¨®n del libre albedr¨ªo
El uso de nuestros datos y perfiles digitales para incitarnos a comprar o a votar por algo es ya parte de nuestra vida
El libre albedr¨ªo es la potestad de las personas para elegir y tomar sus propias decisiones. Tema de fil¨®sofos, te¨®logos y otros donde los haya, sin una creencia general en esta condici¨®n la sociedad no funcionar¨ªa. No habr¨ªa responsabilidad personal ni podr¨ªa sostenerse el derecho, ni mucho menos la democracia liberal. Ni siquiera podr¨ªa existir el concepto de crimen. Muchos niegan la existencia del principio. Pero suponiendo que exista ¡ªlo que es mucho suponer¡ª, los ¨²ltimos avances en inteligencia artificial, alimentada con los datos que producimos o nos extraen, junto a ense?anzas de la neurociencia, son capaces de anticipar o impulsar lo que vamos a hacer antes incluso de que lo hayamos pensado conscientemente.
Algunas tendencias en neurociencia podr¨ªan apuntar a un espejismo con el libre albedr¨ªo; otras lo mantienen. La utilizaci¨®n de nuestros datos y perfiles digitales para incitarnos a hacer, comprar algo o votar por una u otra opci¨®n es ya parte de nuestra vida. La publicidad, la propaganda, incluso con los nuevos y alarmantes pasos en fakes de todo tipo y cada vez m¨¢s sofisticados, van en esta direcci¨®n. Cambridge Analytica se bas¨® en estas t¨¦cnicas para enviar propaganda pol¨ªtica personalizada, Amazon con lo que nos recomienda o Facebook con lo que nos hace leer. Pero lo que ahora se plantea va m¨¢s lejos: se trata de adelantarse a nuestros deseos antes de que los tengamos. El buscador de Google se autocompleta antes de que hayamos terminado de escribir lo que indagamos, a veces distray¨¦ndonos hacia terrenos en los que no ¨¦ramos conscientes que quisi¨¦ramos entrar. C¨®modo, muy c¨®modo. Pero cuidado, pues ?no consideraba Nietzsche que ¡°la forma m¨¢s com¨²n de estupidez humana es olvidar lo que uno est¨¢ intentando hacer¡±?
Es lo que Shoshana Zuboff llama el poder predictivo de estas empresas de datos e inteligencia artificial, con un ¡°super¨¢vit de comportamiento¡± basado en la extracci¨®n de nuestros propios datos que, procesados, nos alimentan, no ya para responder a nuestros deseos, sino para adelantarse a lo que podamos desear. Dec¨ªa el hegeliano Alexandre Koj¨¨ve que el deseo ¡°es la presencia de la ausencia de una realidad¡±. Estamos ante un paso m¨¢s, que es la fabricaci¨®n de un deseo sin esa presencia. Es el estadio superior del marketing.
¡°Con¨®cete a ti mismo¡±, dec¨ªa el aforismo griego inscrito en el templo de Apolo en Delfos. ?Pero qu¨¦ pasa cuando unas m¨¢quinas acaban conoci¨¦ndonos mejor que nosotros mismos y prediciendo nuestro comportamiento? La propia Zuboff, en un reciente testimonio, cita un documento filtrado de Facebook de 2018 seg¨²n el cual el sistema de inteligencia artificial de la red social produce m¨¢s de seis millones de predicciones por segundo, que luego se monetizan.
Jamie Susskind, en su libro sobre el futuro de la pol¨ªtica, considera que estos avances tecnol¨®gicos har¨¢n que todo se escudri?e mucho m¨¢s que antes, lo que es positivo, aunque las grandes empresas del sector se resisten a desvelar los algoritmos con los que funcionan. Estos algoritmos no s¨®lo analizar¨¢n la realidad, sino que, a trav¨¦s de su capacidad para modelar nuestro comportamiento, acabar¨¢n determin¨¢ndola. Las personas seremos lo que los algoritmos nos digan que hemos de ser, seg¨²n este autor.
Todo ello antes de que, con la realidad virtual y la realidad aumentada, entre otras t¨¦cnicas, entremos plenamente en el terreno de la ¡°realidad mixta¡± que va a cambiar, como apuntan algunos expertos, la manera en que experimentamos la realidad f¨ªsica. En ese mundo paralelo pueden surgir normas sociales paralelas.
Ha habido intentos de negar ante los tribunales la existencia de este libre albedr¨ªo, esta voluntad libre que los anglosajones llaman free ?will. El Tribunal Supremo de EE UU en 2012, antes de este salto en la inteligencia artificial, calific¨® el libre albedr¨ªo como un fundamento ¡°universal y persistente¡± del sistema legal y del concepto de responsabilidad individual. Como decimos, necesitamos asumir que el libre albedr¨ªo sigue siendo una realidad, porque en otro caso el andamiaje de nuestras sociedades se derrumbar¨ªa. Pero est¨¢ siendo erosionado. Es descorazonador comprobar lo predecibles que somos. ?Soluciones? Para empezar, m¨¢s educaci¨®n digital, m¨¢s tiempo off line y aprender a desconectar.
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