El impulso de Bolivia contra la violencia sobre mujeres y ni?os
El pa¨ªs latinoamericano avanza a la hora de frenar esta lacra con programas para fomentar la conciencia de g¨¦nero y reforzar los lazos familiares
Un pa?uelo y el contacto visual son los dos ¨²nicos elementos necesarios para empezar a atajar la violencia en un pa¨ªs. Puede que dicho as¨ª suene un poco ambicioso, pero el juego de esconderse y aparecer tras un trapo se ha convertido en una de las t¨¦cnicas m¨¢s exitosas dentro de un programa desarrollado en Bolivia para mejorar las relaciones entre padres e hijos. "Cu-cu tas-tas", bromea Virginia P¨¦rez, jefa de protecci¨®n de Unicef en el pa¨ªs latinoamericano, imitando el sonido que hacen los progenitores al divertirse con sus beb¨¦s.
El proyecto se llama Cuidados amorosos y sensibles y comprende una serie de acciones encaminadas a fortalecer los lazos familiares y a que los padres varones se impliquen m¨¢s en el cuidado de los peque?os.?Otro de las iniciativas consiste en la implataci¨®n de una especie de parques infantiles en los mercados para que las familias que tienen un puesto tengan tiempo a final del d¨ªa para dedicar a los ni?os. "En una sesi¨®n que mantuve una vez con adolescentes encarcelados le pregunt¨¦ a uno de ellos: '?Qu¨¦ te habr¨ªa hecho falta para no verte en esta situaci¨®n?'. Y ¨¦l lo ten¨ªa clar¨ªsimo: 'Sentir que le importo a mi familia", relata P¨¦rez. En el proyecto participan otras organizaciones como la OMS o la Red de Acci¨®n por el Desarrollo en la Primera Infancia y se present¨® en la Asamblea Mundial de la Salud en mayo del 2018.?
La metodolog¨ªa est¨¢ fundamentada en estudios cient¨ªficos y pretende servir tambi¨¦n para recabar datos, tan necesarios para perfilar mejor los planes de acci¨®n. "Hemos realizado un test al inicio y la idea es realizar otro dentro de un tiempo para analizar la evoluci¨®n", indica P¨¦rez. La iniciativa se centra especialmente en las familias con menos recursos.
En solo dos a?os Bolivia ha escalado de la quinta a la segunda posici¨®n en la lista de los pa¨ªses m¨¢s seguros en la regi¨®n sudamericana. "La percepci¨®n entre los ciudadanos tambi¨¦n ha cambiado, pero la violencia que se ejerce contra la mujer y los ni?os era la cuenta pendiente de este pa¨ªs", afirma. Seg¨²n datos de la organizaci¨®n, de cada cuatro ni?os que ha sufrido malos tratos en Bolivia, tres los han padecido dentro del ¨¢mbito familiar. Padre, madre y padrastro son los agresores m¨¢s habituales.
Por eso, las estrategias que est¨¢ emprendiendo el Gobierno de la mano de entidades como Unicef pasan por romper el c¨ªrculo vicioso de familias desestructuradas que se hereda de generaci¨®n en generaci¨®n. Y uno de los focos fundamentales es fomentar los lazos sentimentales. "Es que yo ni sab¨ªa que hab¨ªa que jugar con el ni?o, que ten¨ªa que tocarle...", cuenta la representante de Unicef que le dijo una madre. Esta falta de apego se acent¨²a especialmente en el caso de los padres varones. Seg¨²n un estudio elaborado por Unicef en Am¨¦rica Latina y el Caribe el a?o pasado, s¨®lamente 3 de cada 10 se involucran en la crianza de sus hijos. "He visto a padres romper a llorar cuando sus ni?os les abrazan".
El Gobierno aprob¨® recientemente un decreto con el que se obliga a todos los funcionarios, empleados p¨²blicos y de empresas que trabajan para el Estado a realizar un curso de formaci¨®n en g¨¦nero de 50 horas.
Seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas, el 17% de la poblaci¨®n vive con ¨ªndices de pobreza absoluta, pero a P¨¦rez no le gusta culpar a la escasez como causante de la violencia. "La pobreza solo acent¨²a factores que ya est¨¢n ah¨ª y que son m¨¢s prefundos. El machismo lo impregna todo y hay una desproporci¨®n enorme entre el poder del hombre y el de la mujer y los ni?os". Por eso los esfuerzos se centran en luchar contra esta cultura machista. "Ahora se est¨¢ empezando a hablar de ellos. Las instituciones, los medios, el Gobierno... Se est¨¢ generando conciencia de que hay un problema. Las mujeres est¨¢n comenzando a denunciar, pero en el caso de los ni?os sigue siendo todav¨ªa dif¨ªcil".
El Gobierno aprob¨® recientemente una norma en forma de Decreto supremo (los que vienen directamente del presidente) con el que se obliga a todos los funcionarios, empleados p¨²blicos y de empresas que trabajan para el Estado a realizar un curso de formaci¨®n en g¨¦nero de 50 horas. "Hay que tener en cuenta que ya solo la polic¨ªa tiene 40.000 oficiales. Y el Ej¨¦rcito son 13.000. Gracias a esta norma todos ellos van a pasar por este curso", detalla P¨¦rez. La oficina de Unicef ha calculado que teniendo en cuenta el texto del decreto, al menos 800.000 personas tendr¨¢n que recibir esta formaci¨®n, en un pa¨ªs con cinco millones de adultos. La letra peque?a est¨¢ en los recursos. "El decreto establece que el Gobierno no puede aportar dinero, que cada instituci¨®n tendr¨¢ que dedicar parte de su presupuesto a esta formaci¨®n". El programa de estudios deja de lado el tema normativo y se centra en trabajar "los roles de g¨¦nero y las masculinidades t¨®xicas".
Si el curso llegara a impartirse, se convertir¨ªa en un pa¨ªs puntero en la regi¨®n en cuanto a defensa de derechos de mujeres y ni?os, pero la falta de recursos ser¨¢ un bache que habr¨¢ que esquivar o reparar, concluye.
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