Skid Row, el barrio de Los ?ngeles que Naciones Unidas compara con un campamento de refugiados
El popular y desolador distrito de Los ?ngeles ejemplifica el creciente drama de los 'sin techo' en Estados Unidos
Los ?ngeles puede ser las estrellas de Hollywood, melenas rubias en lujosos descapotables y monopatines avanzando por Venice Beach. Pero Los ?ngeles es tambi¨¦n Skid Row. Estamos en el epicentro de la crisis de las personas sin techo que azota Estados Unidos. En las aceras de sus dos kil¨®metros cuadrados escasos viven cerca de 12.000 almas sin agua potable ni aseos. La esperanza media de vida aqu¨ª se sit¨²a en los 48 a?os. La de un californiano medio es de 80. Skid Row es una desgracia desmesurada que Naciones Unidas compara con un campamento de refugiados. Y creciendo. Las cifras m¨¢s recientes constatan que, en el ¨²ltimo a?o, el n¨²mero de personas sin techo en la ciudad de Los ?ngeles ha aumentado un 16%. Hay que recordar que el Estado de California es la quinta econom¨ªa m¨¢s potente del mundo, superando el PIB del Reino Unido o Francia.
Las im¨¢genes de este barrio son desgarradoras: calles alineadas de tiendas de campa?a, jeringuillas tiradas y un olor a orina penetrante y persistente. Con apenas nueve aseos p¨²blicos, una cantidad inferior a la que se encontrar¨ªa en un campo de refugiados, los habitantes de Skid Row se las ingenian como pueden, normalmente con cubos de pl¨¢stico. No son de extra?ar los brotes de tuberculosis y hepatitis. Las autoridades hacen limpieza a fondo del pavimento cada dos semanas con agua a presi¨®n y desinfectante para controlar esta bomba de relojer¨ªa que amenaza la salud p¨²blica de la ciudad.
Un refr¨¢n local reza: ¡°Uno piensa que ha tocado fondo hasta que se encuentra viviendo en Skid Row¡±. El culpable principal es el aumento desorbitado del precio de los alquileres y el estancamiento de los salarios. Cada vez son m¨¢s los que no pueden pagarse un techo bajo el que dormir en Los ?ngeles. A esto se a?aden otros factores como las drogadicciones, en particular la crisis de opioides que azota el pa¨ªs; los problemas de salud mental y los j¨®venes reci¨¦n salidos de programas de acogida sin ning¨²n lugar adonde ir. Muchos sit¨²an el origen del problema en las pol¨ªticas introducidas por Ronald Reagan, que privatizaron los hospitales psiqui¨¢tricos y redujeron en un 77% los fondos dedicados a la vivienda de personas vulnerables. Pero la medida m¨¢s decisiva fue la pol¨ªtica de contenci¨®n introducida en 1976 por el Ayuntamiento. Autoridades y activistas acordaron una zona delimitada donde concentrar a las personas sin techo. El objetivo era doble: evitar que se desperdigasen por la ciudad y a la vez protegerlos del auge inmobiliario de la zona.?
Los angelinos est¨¢n hastiados de la situaci¨®n que vive la ciudad y votaron de forma abrumadora en favor de nuevos impuestos para construir alojamientos mediante la Proposici¨®n HHH y para instaurar m¨¢s servicios sociales con la Medida H. Pero el camino por recorrer es largo y las ¨²ltimas cifras muestran que por cada 133 personas que se consiguieron alojar en 2018 hubo otras 150 que se encontraban sin techo.
Los residentes de Skid Row forman un grupo heterog¨¦neo que incluye a madres solteras, medallistas de oro ol¨ªmpico, antiguos CEO, m¨²sicos y otrora millonarios que lo perdieron todo. No faltan quienes eligen el barrio para vivir al margen de la sociedad, sin impuestos ni facturas que pagar, personificando el esp¨ªritu errante del Oeste americano plasmado en la obras de Jack Kerouac. Pero son la minor¨ªa.
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