Siglos de historia se esconden en el barro del T¨¢mesis
Lara Maiklem es una 'mudlark'. As¨ª llaman en Londres a los que rebuscan en las riberas del r¨ªo restos antiguos: de f¨®siles a pipas del siglo XVI
LONDRES no existir¨ªa sin el T¨¢mesis. Los romanos fundaron Londinium por ¨¦l; surc¨¢ndolo llegaron los invasores sajones y vikingos; de su puerto fluvial salieron el Mayflower y las principales flotas de corsarios y esclavistas; fue centro del comercio mundial y piedra angular del Imperio Brit¨¢nico, y en sus muelles se cebaron los bombarderos nazis en el blitz de la II Guerra Mundial. Si el T¨¢mesis es el eje geogr¨¢fico de Londres, tambi¨¦n es el cronol¨®gico de la historia occidental. En las riberas de Wapping, antiguo centro portuario al este de Tower Bridge y la City, se adivina una figura femenina de flequillo rubio doblada sobre sus ri?ones, afan¨¢ndose en recoger objetos del barro. Se llama Lara ?Maiklem y es mudlark, t¨¦rmino acu?ado tras la revoluci¨®n industrial para referirse a aquellos que rebuscaban en el lecho del r¨ªo para vender carb¨®n o metales. Hoy es un hobby. Maiklem, editora de profesi¨®n, lleva 15 a?os recolectando todo aquello que encuentra en las mareas bajas que soporta el T¨¢mesis, de f¨®siles prehist¨®ricos a piezas victorianas, pasando por broches romanos y cer¨¢micas medievales. Botellas, mon¨®culos, botones y hasta calaveras, arqueolog¨ªa a ras de suelo. ¡°Es adictivo. Cuando empiezas no sabes lo que te vas a encontrar, y no paras¡±, cuenta, vestida con botas de agua y guantes de l¨¢tex.
Hasta la construcci¨®n del alcantarillado, en 1865, los desechos de los londinenses acababan en el r¨ªo. Hoy est¨¢ limpio, aunque sigue marr¨®n, por las mareas, las corrientes y el barro, que son los que permiten encontrar, sin cavar, fragmentos de la vida privada de todas las ¨¦pocas. ¡°Oh, mira qu¨¦ zona m¨¢s buena, est¨¢ llena de cosas¡±, dice sobre un trozo de tierra anodino. Al ara?ar la superficie, salen alfileres y monedas de siglos pasados. ¡°El metal atrae al metal¡±, asegura. Maiklem ha encontrado aqu¨ª monedas espa?olas, huesos de ballenas de Groenlandia, corales del Caribe. Y pipas de arcilla, que se ven a cada paso, inventadas cuando se populariz¨® el tabaco, en el siglo XVI.
¡°Cuando encuentro un objeto pienso que soy la primera que lo toc¨® desde que alguien lo tir¨® al r¨ªo. Ese es su valor, hist¨®rico, porque las cosas rara vez tienen valor mone?tario¡±. Aun as¨ª, la actividad est¨¢ reglada por la autoridad portuaria, que expide permisos anuales de pago. Adem¨¢s, los mudlarks est¨¢n obligados a informar al Museo de Londres si hallan cualquier pieza de m¨¢s de 300 a?os. Maiklem publica en agosto el libro Mudlarking, Lost and Found on the River Thames, despu¨¦s de que sus redes sociales hayan popularizado la actividad, al menos virtualmente. Miles de personas la siguen en Instagram, pero esta ma?ana apenas hay tres haciendo lo mismo alrededor. Mientras ordena la cosecha de tres horas de colecta, Lara ?Maiklem insiste en pedir ¡°responsabilidad¡± para una actividad que es patrimonio de ?Londres y, por tanto, del mundo ?entero.
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