Los cuadros perdidos de Caravaggio
Muchas obras del gran pintor del barroco han sido engullidas por la historia

Existen muy pocas obras de Michelangelo Merisi Caravaggio (1571-1610) ¡ª68 cuadros desperdigados en museos e iglesias de medio mundo, 22 de ellos en Roma¡ª, lo que no impide que los lienzos de este pintor del Barroco, que algunos cr¨ªticos consideran el m¨¢s importante de la historia, tengan la mala costumbre de desaparecer de manera reiterada a lo largo de los siglos. Aunque, lo que resulta todav¨ªa m¨¢s extra?o, tambi¨¦n reaparecen de vez en cuando. Eso es lo que ocurri¨® en 2014 cuando en un desv¨¢n de la ciudad francesa de Toulouse una familia descubri¨®, debajo de un colch¨®n polvoriento, un cuadro que llevaba all¨ª al menos 150 a?os. Nadie ten¨ªa muy claro c¨®mo hab¨ªa llegado hasta ese lugar, pero s¨ª que pod¨ªa alcanzar un precio astron¨®mico, incluso aunque los especialistas no acabasen de ponerse de acuerdo sobre su autenticidad. Finalmente, la obra Judith y Holofernes, se vendi¨® recientemente por m¨¢s de 100 millones de euros a un rico financiero, que anunci¨® que se expondr¨¢ en un importante museo.
Muchos otros cuadros de Caravaggio han tenido menos suerte que este y se los ha tragado la historia: tres se destruyeron durante la batalla de Berl¨ªn al final de la Segunda Guerra Mundial (o quedaron en manos de alg¨²n soldado y aparecer¨¢n en un desv¨¢n), otro desapareci¨® en Palermo en los sesenta, un robo que se atribuye a la Mafia. Diferentes hip¨®tesis sobre el destino de este cuadro se lanzan de manera recurrente: pudo ser vendido a trozos, comido por los cerdos o presidir las reuniones de la c¨²pula de la Cosa Nostra. Tambi¨¦n se trag¨® el destino las obras con las que viajaba el propio pintor cuando trataba de volver a Roma desde N¨¢poles y que pretend¨ªa utilizar para sobornar a un poderoso cardenal para que le perdonase el asesinato que le oblig¨® a huir.
Caravaggio pint¨® en uno de los momentos m¨¢s peligrosos de la historia de Europa y fue adem¨¢s un delincuente (casi los ¨²nicos documentos que se conservan de ¨¦l son judiciales). Se meti¨® en tantos l¨ªos que es un milagro que haya llegado alg¨²n lienzo suyo hasta nosotros. Al final, el destino de muchas de sus obras sirve como recordatorio de que la supervivencia del arte siempre tiene algo de azaroso: que objetos tan fr¨¢giles hayan logrado superar siglos de guerras y desastres es una demostraci¨®n de la resiliencia de la belleza.
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