¡°Los ¨¢lbumes ilustrados mudos son gimnasia para el cerebro y fomentan la creatividad¡±
Los libros sin palabras obligan a los lectores ¡°a construir un relato"
Apenas unas semanas antes del inicio de la Feria del Libro de Madrid la editorial N¨®rdica lanzaba al mercado dentro de su cat¨¢logo infantil una nueva adaptaci¨®n de uno de los grandes cl¨¢sicos de la literatura universal, Caperucita roja, una historia que proviene de la tradici¨®n oral medieval y que ha sido reinterpretada, entre otros, por Charles Perrault (1697) y los hermanos Grimm, que dieron en 1812 forma a la versi¨®n que casi sin modificaciones ha llegado hasta nuestros d¨ªas.
La revisi¨®n de Caperucita Roja de Adolfo Serra publicada por N¨®rdica tiene un valor diferencial: es muda. Est¨¢ construida solo a base de im¨¢genes en tres tonos: negro, rojo y naranja. No hay espacio para el texto. ¡°Su visi¨®n sobre el cuento cl¨¢sico es fascinante. Las im¨¢genes son muy potentes, hablan por s¨ª solas y nos conectan con nuestros miedos de una forma espectacular. Hay mucho simbolismo en la narraci¨®n, es una aut¨¦ntica belleza¡±, sostiene Susana S¨¢nchez, responsable de la colecci¨®n infantil de N¨®rdica. Para su autor, Adolfo Serra, esta particular versi¨®n de Caperucita Roja permite que sean los ni?os o adultos, ¡°a trav¨¦s de la lectura de im¨¢genes y jugando con met¨¢foras o s¨ªmbolos visuales, los que construyan su propio relato basado en el recuerdo del cuento y sus propias experiencias, emociones o ideas¡±.
Con tantas ediciones de Caperucita Roja en las librer¨ªas, publicar una sin palabras impresas sobre las p¨¢ginas entra?a sus riesgos. Lo confirma S¨¢nchez, que considera que un libro mudo ¡°es un riesgo para el editor y el librero porque requiere de una atenci¨®n especial por parte del lector/comprador, de dedicarle m¨¢s tiempo cuando lo encuentra por primera vez en una librer¨ªa¡±.
Para Irene Amador, editora de Narval, ese supuesto ¡°riesgo¡± que conlleva apostar por un ¨¢lbum ilustrado mudo se debe m¨¢s a los adultos, quienes compran los libros, que a los ni?os, que seg¨²n su experiencia ven en estos libros ¡°un medio expresivo cercano¡±, cuya t¨¦cnica narrativa comprenden ¡°perfectamente¡± al ser un lenguaje, el visual, al que est¨¢n acostumbrados. ¡°Suelen ser los adultos los que muestran reticencias porque a ciertas edades consideran que los ni?os deben "leer" y la lectura est¨¢ unida en su imaginario a las letras. No conciben que tambi¨¦n se pueda leer con im¨¢genes¡±, argumenta. La realidad, sin embargo, acaba desmintiendo esta visi¨®n reduccionista: ¡°Es emocionante comprobar una y otra vez c¨®mo gustan estos libros a las chicas y chicos a los que sus padres tildan de no lectores. Es como si pusieras en sus manos y ante sus ojos un objeto m¨¢s cercano y al mismo tiempo susceptible de ser explorado. Casi de inmediato se genera el deseo de hacerlo propio¡±.
Narval tiene en su cat¨¢logo tres espectaculares libros mudos firmados por el ilustrador barcelon¨¦s Daniel Piqueras Fisk, Homo, Glupe ?O. Tres t¨ªtulos que se mueven a medio camino entre el ¨¢lbum ilustrado, el c¨®mic y el lenguaje cinematogr¨¢fico y de los que Irene Amador destaca ¡°el uso magistral de las met¨¢foras, el humor y la mirada de Daniel sobre la infancia, un tiempo de experimentaci¨®n y un lugar para el asombro¡±.
Para Piqueras Fisk apostarlo todo a la imagen dificulta su trabajo. Y cuando habla de dificultad no se refiere a la t¨¦cnica o al desarrollo del concepto, sino a la publicaci¨®n del libro. Pese a que sus historias est¨¢n funcionando bien y son rentables reconoce que cada nuevo libro que propone le supone ¡°empezar de cero¡±, como si fuese un autor novel que ofrece su primera obra: ¡°las editoriales arriesgan poco y todo lo que no lleve texto genera una mueca de duda¡±
El problema, considera sin embargo el ilustrador catal¨¢n, no es exclusivo de las editoriales, sino que tambi¨¦n es un reflejo del p¨²blico y de una sociedad en la que el ocio est¨¢ en horas bajas. ¡°Nos preocupamos de formar lo mejor posible a nuestros hijos, de que sean responsables y brillantes, pero descuidamos todo lo que nos aporta ejercitar la imaginaci¨®n, la creatividad y la relajaci¨®n, ingredientes esenciales de personas mentalmente sanas, buenas y sociables. Y es que la econom¨ªa familiar est¨¢ muy mal y si un padre se decide a comprar un libro o un ¨¢lbum ilustrado a su hijo, ya aprovecha y le pilla uno con letras para que practique, no muy largo para antes de dormir, y con un mensaje pol¨ªticamente correcto para que se le quede algo¡±, afirma.
Beneficios de los ¨¢lbumes ilustrados mudos
Para Daniel Piqueras Fisk uno de los grandes beneficios de los ¨¢lbumes ilustrados mudos es su universalidad, ya que en su opini¨®n permiten conectar con cualquier lector, viva donde viva: ¡°Todos los habitantes de este planeta, al margen de nuestro idioma, entendemos la imagen. Una cara triste, alegre, el miedo o la risa la entiende todo el mundo a trav¨¦s de un dibujo. Con un ¨¢lbum mudo no leemos palabras, vemos im¨¢genes que transmiten mensajes universales¡±.
Esa universalidad de la imagen permite precisamente a los autores utilizar mucho los matices, ser ambiguos, dar espacio a los lectores para rellenar por s¨ª mismos el silencio y hacer suyas las historias. En ese sentido, para el autor de Homo, los ¨¢lbumes mudos propician una implicaci¨®n ¡°m¨¢s intensa¡± del lector, ya que al visualizar las ilustraciones ¡°proyectamos mucho de nosotros mismos en los personajes y en las historias que se cuentan¡±.
Ejercitamos, al fin y al cabo, la imaginaci¨®n. Lo sabe Susana S¨¢nchez, que antes de trabajar en N¨®rdica fue durante muchos a?os librera de infantil y no se cansaba de recomendar libros sin texto. ¡°Me parece que conectan muy bien con nuestra imaginaci¨®n, mucho m¨¢s desarrollada en los ni?os y que los adultos vamos perdiendo a medida que crecemos¡±, argumenta.
Al desarrollo de la imaginaci¨®n y a la implicaci¨®n de los lectores alude tambi¨¦n Adolfo Serra, para quien los libros sin palabras obligan a los lectores ¡°a construir un relato, a interpretar unas ilustraciones y a seguir una historia¡±, de forma que a la larga es el lector quien se acaba convirtiendo ¡°en autor de estos libros, porque les pone voz y palabras¡±. Al respecto, y en un mundo en el que, en opini¨®n del autor de Caperucita Roja, ¡°vivimos bombardeados de im¨¢genes y palabras¡± sobre las que no reflexionamos, los ¨¢lbumes ilustrados mudos ¡°son interrogantes¡± ante los que el lector debe detenerse y buscar dentro de s¨ª mismo ¡°para ver qu¨¦ siente o c¨®mo interpreta la historia¡±.
¡°Los ¨¢lbumes mudos son gimnasia para el cerebro y fomentan la creatividad, la imaginaci¨®n y la fantas¨ªa¡±, a?ade Serra, que cita a la artista checa Kv¨ºta Pacovsk¨¢ (¡°El libro ilustrado es la primera galer¨ªa de arte del ni?o¡±) antes de concluir que si un ni?o se acostumbra a ver y a mirar desde peque?o ¡°de adulto ser¨¢ m¨¢s cr¨ªtico y tendr¨¢ una mayor capacidad de an¨¢lisis con respecto al mundo que le rodea¡±.
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