El cambio es para los valientes
Lo que resulta extra?o es que aquellos que se autodenominan l¨ªderes progresistas, etiqueta que necesariamente evoca el deseo de cambio, s¨®lo vean incentivos sin apreciar las oportunidades
Incentivos. ?ltimamente nos encanta esa palabra. La utilizamos (con raz¨®n) para explicar cualquier acontecimiento de la vida p¨²blica. Consideremos la trayectoria reciente de los tres partidos espa?oles que se definen a s¨ª mismos como progresistas. Decimos que uno, Ciudadanos, ha girado hacia la derecha y ahora pacta exclusivamente con los conservadores porque tiene incentivos para ello: es en ese espacio donde puede crecer electoralmente. Los dos restantes, PSOE y Unidas Podemos, llevan meses desgast¨¢ndose en una negociaci¨®n carente de confianza hasta el ¨²ltimo minuto en lugar de buscar puntos comunes de partida porque carecen de incentivos para un pacto sincero: la incertidumbre electoral es elevada; nadie quiere dar pasos en falso que ahuyenten a los votantes potenciales (muchos compartidos por ambos), o que produzcan un Gobierno sobre el que despu¨¦s no habr¨¢ poder de veto por la imposibilidad de una mayor¨ªa alternativa en el Congreso.
Todo ello es cierto, y aparentemente impide la consolidaci¨®n estable de cualquier proyecto progresista. Sin embargo, si esta fuese toda la verdad, el cambio ser¨ªa siempre inviable en cualquier faceta de la vida. Pero sabemos bien que no lo es: las personas operamos dentro de una estructura de incentivos determinada, s¨ª, pero tambi¨¦n de oportunidades.
Es por ello que la ciencia social tambi¨¦n nos muestra que la voluntad importa. Sobre todo la de nuestras ¨¦lites pol¨ªticas. Sus decisiones implican renuncias (precisamente a los incentivos), pero tambi¨¦n pueden venir con premios porque cuentan con la capacidad de condicionar tanto las opciones futuras (propias y ajenas) como la perspectiva de sus propios electorados. ?Y si Rivera hubiese mantenido el centro pol¨ªtico y la posibilidad de pacto con el PSOE? Habr¨ªa perdido votos vol¨¢tiles, pero estar¨ªa ganando solidez entre moderados de ambos lados gracias a su acceso al poder. ?Y si Iglesias y S¨¢nchez entablan una negociaci¨®n sincera desde el mismo 29 de abril? No podr¨ªan jugar tanto a robarse apoyos hoy, pero estar¨ªan en disposici¨®n de producir reformas para obtenerlos ma?ana.
Son decisiones que requieren valent¨ªa pol¨ªtica, cierto es, pero por eso mismo el cambio nunca ha sido para los cobardes. Lo que resulta extra?o es que aquellos que se autodenominan l¨ªderes progresistas, etiqueta que necesariamente evoca el deseo de cambio, solo vean incentivos sin apreciar las oportunidades. @jorgegalindo
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