Agotar el plazo

El Partido Socialista anunci¨® esta noche, a pocas horas de la sesi¨®n de investidura, que las negociaciones con Unidas Podemos para formar un Gobierno de coalici¨®n estaban rotas. Salvo que se produzca una sorpresa antes de que tenga lugar este jueves a mediod¨ªa esa segunda votaci¨®n, Pedro S¨¢nchez no obtendr¨ªa el respaldo del Congreso de los Diputados. De ser efectivamente as¨ª, el ¨²nico resultado de la tentativa fracasada del candidato socialista habr¨ªa sido desencadenar el plazo de dos meses que conducir¨ªa a la repetici¨®n electoral. Ahora bien, que haya comenzado a correr el plazo no significa que la responsabilidad de formar Gobierno, que compete a la C¨¢mara salida de las urnas el 28 de abril, haya deca¨ªdo.

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El pasado lunes el candidato socialista expuso por primera vez el programa para el que solicitaba la confianza. Esta era la pieza que faltaba desde que se conocieron los resultados de las urnas, y sobre la que S¨¢nchez deber¨ªa haber intentado construir a lo largo de los tres meses transcurridos una mayor¨ªa parlamentaria. Debi¨® hacerlo antes de recibir el encargo de formar Gobierno por parte del jefe del Estado, y, en cualquier caso, antes tambi¨¦n de comparecer ante la C¨¢mara. Esta pasividad es la que ha facilitado que el resto de fuerzas pol¨ªticas hayan justificado el rechazo a su investidura mediante argumentos que nada tienen que ver con las necesidades m¨¢s urgentes del pa¨ªs ni con unos u otros planes de Gobierno. As¨ª lo hizo Ciudadanos, sustituyendo el imprescindible debate program¨¢tico por una sucesi¨®n de juicios personales sobre S¨¢nchez, y as¨ª parece que lo ha hecho tambi¨¦n Unidas Podemos, que habr¨ªa antepuesto la composici¨®n del Consejo de Ministros al acuerdo sobre las pol¨ªticas que desarrollar¨ªa en coalici¨®n con el Partido Socialista.

El hecho de que el plazo de dos meses no haya hecho m¨¢s que comenzar, as¨ª como el de disponer finalmente de un programa en torno al que articular las negociaciones, obliga a las principales fuerzas parlamentarias a sustituir las posiciones de principio que han exhibido hasta ahora por la negociaci¨®n de las medidas pol¨ªticas que el pa¨ªs necesita. En este sentido, Ciudadanos no puede seguir instalado en las descalificaciones sumarias de Pedro S¨¢nchez sin justificar el sentido de su voto en t¨¦rminos de acuerdo o desacuerdo con un programa y no de compatibilidad o incompatibilidad psicol¨®gicas de su l¨ªder con el candidato socialista. De igual manera, Unidas Podemos no puede confundir una coalici¨®n con la creaci¨®n de un Gobierno dentro del Gobierno, con dos programas distintos, convirtiendo al presidente en mera figura decorativa por encima de dos vicepresidencias contrapuestas.

El tiempo apremia, y no solo porque en el plazo de dos meses corresponde hacer a los principales partidos aquello de lo que vienen excus¨¢ndose: dotar al pa¨ªs de un Ejecutivo estable, articulando una mayor¨ªa en torno a un programa. La eventualidad de un Brexit sin acuerdo el pr¨®ximo 31 de octubre, en el plano internacional, as¨ª como las sentencias en el juicio contra los dirigentes secesionistas catalanes, en el interno, deber¨ªan ser motivo m¨¢s que suficiente para que los principales partidos no dejen pasar el tiempo en vano. No deber¨ªan hacerlo Ciudadanos ni Unidas Podemos, pero tampoco el Partido Popular, si estas dos fuerzas le colocan ante la tesitura de comportarse como un partido de Estado.