El reverso de la proyecci¨®n internacional de las metr¨®polis
M¨¢s all¨¢ de su evidente impacto positivo, la proyecci¨®n internacional tiene tambi¨¦n externalidades negativas que hay que abordar y mitigar
Hace unas semanas se presentaron los resultados preliminares de un estudio realizado en CIDOB, en colaboraci¨®n con el ?rea Metropolitana de Barcelona, en el que se compara las estrategias de acci¨®n internacional de seis grandes metr¨®polis globales ¡ªDurban, Se¨²l, Montreal, Medell¨ªn, Viena y Barcelona¡ª. Todas ellas dedican esfuerzos importantes a su acci¨®n internacional, en especial a proyectarse y captar oportunidades que favorezcan su desarrollo econ¨®mico y social. Esfuerzos que se est¨¢n viendo recompensados con la movilizaci¨®n de activos importantes para sus econom¨ªas; ya sean inversiones directas, el establecimiento de sedes, la captaci¨®n de proyectos cient¨ªficos, la llegada de talento, de visitantes o la organizaci¨®n de ferias y eventos internacionales. Todo ello con un impacto innegable en forma de puestos de trabajo, actividad econ¨®mica y rendimiento fiscal. Sin embargo, lo que ninguna de estas metr¨®polis tiende a tener en cuenta son las externalidades negativas que puede tener consolidarse como una marca de prestigio global. Unas externalidades, que pueden llegar a ser relevantes y condicionar la forma y el desarrollo de la ciudad.
Si en algo coinciden todas las metr¨®polis analizadas es que se proyectan al mundo como ciudades innovadoras, creativas, din¨¢micas y diversas, que apuestan por el conocimiento, la calidad de vida, la cohesi¨®n social y la sostenibilidad ambiental. Y lo hacen de forma muy eficiente, con estrategias bien definidas, a trav¨¦s de agencias especializadas, con equipos muy profesionales que cuentan con presupuestos relevantes y marcas muy consolidadas. De hecho, el Financial Times ha situado recientemente a Barcelona como la ciudad europea con una mejor estrategia de captaci¨®n de inversiones; y a Montreal y a Medell¨ªn entre las 4 mejores del continente americano.
Si ponemos el foco en los resultados de todas estas estrategias no es dif¨ªcil constatar que han logrado impactos muy positivos para las ciudades. Montreal, por ejemplo, reporta haber captado en 2018 m¨¢s de 2.400 millones de d¨®lares de inversi¨®n directa; la implantaci¨®n de 63 empresas internacionales que han generado m¨¢s de 6.000 puestos de trabajo de alto valor a?adido y un impacto fiscal de casi 500 millones de d¨®lares. Viena y Barcelona, por su parte, son dos de las ciudades del mundo con una mayor capacidad de atraer ferias, congresos y reuniones internacionales. Todo ello genera miles de empleos, un fuerte dinamismo en el sector de los servicios y puede servir de palanca para potenciar determinados sectores fuertemente innovadores. Pensemos en el Mobile World Congress y en el ecosistema TIC que ha surgido en Barcelona.
Las metr¨®polis analizadas han logrado posicionarse como ciudades altamente atractivas para la captaci¨®n de sedes internacionales, ya sean organizaciones multilaterales, corporaciones transnacionales (empresariales o de la sociedad civil), centros de investigaci¨®n cient¨ªfica o infraestructuras culturales. Todo ello se traduce en empleos de alto perfil, servicios de alto valor a?adido, innovaci¨®n, diversidad, dinamismo cultural, etc. Barcelona, por ejemplo, acaba de anunciar el establecimiento de la nueva comunidad de conocimiento e innovaci¨®n sobre movilidad urbana que promueve el Instituto Europeo de Innovaci¨®n y Tecnolog¨ªa y que puede llegar a movilizar m¨¢s de 1.500 M€.
Algunas m¨¢s que otras, las metr¨®polis analizadas hacen un esfuerzo relevante por rendir cuentas de su proyecci¨®n internacional facilitando datos, por lo general positivos, del impacto que ha tenido en el mercado de trabajo, en la econom¨ªa de la metr¨®poli o en la fiscalidad. Sin embargo, la proyecci¨®n internacional tiene tambi¨¦n impactos negativos sobre los que no se suele poner el foco. Y si no se hace no es porque no interese, sino porque no existe la presi¨®n ciudadana necesaria, puesto que se trata de impactos indirectos que se producen a medio y largo plazo y que no son f¨¢cilmente relacionables con la acci¨®n internacional.
Para una ciudad como Barcelona, que en 2018 recibi¨® m¨¢s de 12 millones de turistas, el impacto en forma de masificaci¨®n, subida de precios, pisos tur¨ªsticos, y expulsi¨®n del comercio local en determinadas zonas se ha convertido en un problema mayor.
Pongamos algunos ejemplos. La externalidad negativa m¨¢s notoria es la que se deriva del turismo. Para una ciudad como Barcelona, que en 2018 recibi¨® m¨¢s de 12 millones de turistas, el impacto en forma de masificaci¨®n, subida de precios, pisos tur¨ªsticos, y expulsi¨®n del comercio local en determinadas zonas se ha convertido en un problema mayor. Como tambi¨¦n lo es el impacto ambiental que tiene o la precariedad laboral que caracteriza el sector. La apuesta que han hecho algunas de las metr¨®polis analizadas por convertirse en referentes globales en la organizaci¨®n de ferias, reuniones internacionales y eventos deportivos y culturales de todo tipo, genera mucha actividad econ¨®mica y empleos, pero puede llegar a condicionar el mercado de trabajo puesto que el sector necesita nutrirse de perfiles de bajo nivel formativo.
Los sueldos elevados que acostumbran a cobrar dichos profesionales expatriados pueden producir, en el entorno de la ciudad en el que trabajan o viven, procesos descontrolados de subidas de precios que pueden derivar en la expulsi¨®n de las capas menos formadas de la poblaci¨®n.
Como contraste, el esfuerzo por potenciar ecosistemas innovadores, captar sedes de organismos e instituciones transnacionales y centros de investigaci¨®n de diversa ¨ªndole, que se orienta a atraer empleos y profesionales de alto nivel, tampoco est¨¢ exento de complejidades. Por un lado, la llegada de talento internacional puede llegar a tensionar el mercado de trabajo, en especial para los locales menos preparados que se encuentran con dificultades para encontrar empleo. Por otro lado, los sueldos elevados que acostumbran a cobrar dichos profesionales expatriados pueden producir, en el entorno de la ciudad en el que trabajan o viven, procesos descontrolados de subidas de precios que pueden derivar en la expulsi¨®n de las capas menos formadas de la poblaci¨®n. Este fen¨®meno se ve agravado por la llegada de capital internacional que invierte y distorsiona el mercado inmobiliario de la metr¨®poli.
Ser consciente de estas externalidades no debe implicar en modo alguno dejar de apostar por la proyecci¨®n internacional. Como demuestran las metr¨®polis analizadas en el estudio, los impactos en t¨¦rminos econ¨®micos y sociales pueden ser muy positivos. Pero tampoco se debe trabajar con l¨®gicas negacionistas, ignorar la realidad, como si la financiarizaci¨®n de la ciudad, la precarizaci¨®n del mercado laboral o el aumento en los niveles de contaminaci¨®n no tuviera nada que ver con posicionar la metr¨®polis en las distintas ligas globales.
El reto debe situarse en definir las estrategias p¨²blicas de internacionalizaci¨®n siendo conscientes de las externalidades negativas que puede acarrear y establecer los mecanismos adecuados para mitigarlas. En algunos ¨¢mbitos ya se est¨¢ empezando a hacer. Los planes de turismo que est¨¢n impulsando algunas ciudades como Viena o Montreal tienden a orientarse hacia la sostenibilidad ambiental y social. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer. Un camino que requerir¨¢ voluntad pol¨ªtica para profundizar en el establecimiento de mecanismos adecuados de participaci¨®n ciudadana y rendici¨®n de cuentas; y un fuerte compromiso de los actores de la ciudad para avanzar con una mirada menos cortoplacista y m¨¢s estrat¨¦gica.
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