La acci¨®n clim¨¢tica: sin las ciudades, no lograremos cambios

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El crecimiento poblacional del mundo contin¨²a siendo efervescente, especialmente en ¨¢reas bajo condiciones econ¨®micas emergentes. En Am¨¦rica Latina y el Caribe alrededor de 500 millones de personas viven en ciudades. La regi¨®n ha alcanzado un nivel estimado de urbanizaci¨®n del 80%, uno de los m¨¢s altos del planeta, lo que implica grandes desaf¨ªos de desarrollo.

Las ciudades aceleran la contaminaci¨®n. Las zonas urbanas del mundo emiten grandes cantidades de desechos, contaminan el aire y contribuyen de manera significativa al cambio clim¨¢tico, generando aproximadamente el 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). Adicionalmente, las ciudades ¡ªespecialmente aquellas situadas en ¨¢reas costeras¡ª son a menudo altamente vulnerables a los efectos del cambio clim¨¢tico, incluyendo fen¨®menos meteorol¨®gicos m¨¢s frecuentes y extremos, cambios en los patrones de lluvia y el aumento del nivel del mar.

Al comprometerse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ¡ªespecialmente el ODS 11¡ª la comunidad internacional reconoci¨® que el desarrollo urbano bien planificado es un motor clave para el desarrollo sostenible. En el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) compartimos ese compromiso y, por eso, en nuestro ¨²ltimo Informe de sostenibilidad presentamos el trabajo que estamos realizando para hacer que las ciudades y los asentamientos humanos sean m¨¢s inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Es evidente que las ciudades deben estar a la vanguardia de la acci¨®n clim¨¢tica, trabajando en estrecha colaboraci¨®n con las autoridades nacionales para definir e implementar objetivos ambiciosos, promover la acci¨®n clim¨¢tica integrada en todos los niveles de gobierno, y adaptar las pol¨ªticas e iniciativas a los desaf¨ªos locales y circunstancias ¨²nicas de los asentamientos humanos.

Una acci¨®n integrada y coherente entre los actores nacionales y locales es crucial. Por ejemplo, es dif¨ªcil para las ciudades movilizar los recursos financieros necesarios para financiar infraestructura resiliente al clima o facilitar la transici¨®n hacia una econom¨ªa baja en carbono. Por esto, el apoyo del Gobierno nacional para apalancar estos recursos se torna vital.

Para lograr esto, debemos trabajar desde varios sectores:

Primero, es el caso de la infraestructura de transporte y log¨ªstica, la cual tiene un alto coste, pero es fundamental para estimular el crecimiento econ¨®mico y proporcionar servicios log¨ªsticos y de transporte para el desarrollo sostenible. La infraestructura mal planificada puede provocar contaminaci¨®n del aire y contaminaci¨®n auditiva, largos desplazamientos, accidentes, y altos costes en da?os debido a su vulnerabilidad a los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos y desastres naturales. Dado que la infraestructura de transporte es cara y duradera, es particularmente importante garantizar que los nuevos proyectos sean sostenibles. Por esta raz¨®n, el BID est¨¢ financiando la construcci¨®n de un sistema de metro elevado para Bogot¨¢, que estar¨¢ operativo en 2022. Este ser¨¢ el proyecto de infraestructura m¨¢s grande de Colombia, con una longitud comercial de m¨¢s de 25 kil¨®metros.

Las zonas urbanas del mundo generan el 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero

Segundo, debemos compartir experiencias. El Grupo BID trabaja con diferentes ciudades en Latinoam¨¦rica para compartir mejores pr¨¢cticas. El LAB de Ciudades del BID est¨¢ incorporando la innovaci¨®n y el pensamiento de dise?o (design thinking) en la planificaci¨®n urbana de las ciudades de la regi¨®n y en sus operaciones, con soluciones focalizadas, factibles y comprobables. Por su parte, la Red de Ciudades del BID est¨¢ facilitando el intercambio de conocimiento y soluciones sobre c¨®mo las ciudades est¨¢n incorporando los ODS en sus Planes de Desarrollo. M¨¢s de 160 ciudades est¨¢n participando actualmente en esta red, representando una poblaci¨®n de aproximadamente 160 millones de personas.

En tercer lugar, los gobiernos nacionales deben proporcionar un marco favorable en el cual los gobiernos locales puedan basar e implementar sus pol¨ªticas clim¨¢ticas. La implementaci¨®n de los ODS, de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en ingl¨¦s) y de las estrategias de descarbonizaci¨®n a largo plazo puede ser respaldada mediante la vinculaci¨®n de los programas locales de gobierno con los planes nacionales de desarrollo, y mediante el fomento de un di¨¢logo constante entre las autoridades locales y nacionales.

Si bien las ciudades tienen un papel importante que desempe?ar en t¨¦rminos de pol¨ªticas clim¨¢ticas de mitigaci¨®n, su papel en la adaptaci¨®n clim¨¢tica es igualmente importante. En cuarto lugar, es esencial incorporar la gesti¨®n del riesgo de desastres en la planificaci¨®n urbana para garantizar que las ciudades sean resilientes y puedan recuperarse m¨¢s r¨¢pido a un menor coste. Invertir en vivienda urbana e infraestructura resiliente en ¨¢reas propensas a desastres, como lo que se ha venido haciendo en Ba?ado Tacumbu en Asunci¨®n (Paraguay) y Vit¨®ria (Brasil), es un paso en la direcci¨®n correcta hacia ciudades resilientes que no solo est¨¢n preparadas para impactos clim¨¢ticos existentes y futuros, sino que tambi¨¦n pueden responder de manera r¨¢pida y efectiva una vez que se produce un impacto.

En el caso de los peque?os estados insulares en desarrollo y otras ciudades caribe?as amenazadas por los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos y el inminente aumento del nivel del mar, integrar dentro de su planificaci¨®n urbana herramientas interactivas como el CoastalDEM, que proporciona un an¨¢lisis de la exposici¨®n a las inundaciones y al aumento del nivel del mar, ser¨¢ fundamental para apoyar la resiliencia clim¨¢tica.

Finalmente, los gobiernos se encuentran ahora trabajando para presentar su segunda y m¨¢s ambiciosa NDC, la cual debe estar cada vez m¨¢s alineada con estrategias de largo plazo, e indiscutiblemente se deber¨ªa priorizar el di¨¢logo con las ciudades para preparar la revisi¨®n de estos objetivos. Si bien es posible que no se logren integrar plenamente los objetivos nacionales y locales, dados los diferentes mandatos y prioridades, es importante asegurar que sus planes sean al menos compatibles. Al enfrentarnos al cambio clim¨¢tico nunca debemos olvidar que los problemas globales pueden beneficiarse enormemente de la acci¨®n local.

Juan Pablo Bonilla es gerente del Sector de Cambio Clim¨¢tico y Desarrollo Sostenible del BID.

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