Ni?os con miedo al agua: c¨®mo guiarles para que disfruten
La hidrofobia infantil puede deberse a un miedo adaptativo para garantizar la supervivencia o a un detonante provocado por malas experiencias
La hidrofobia infantil puede deberse a un miedo adaptativo para garantizar la supervivencia o a un detonante provocado por experiencias que hayan provocado miedo e inseguridad al ni?o en el medio acu¨¢tico, como una ca¨ªda en el agua
Solemos creer que el medio acu¨¢tico gusta especialmente a los ni?os para jugar y disfrutar, pero olvidamos a los peque?os que corren en direcci¨®n contraria al agua, lloran y se resisten al ba?o en las piscinas o el mar. En verano, cuando mucho del ocio y las vacaciones estivales gira en torno al agua, los ni?os que tienen miedo al l¨ªquido elemento se llevan m¨¢s de un disgusto ante el desconcierto de los adultos, que no comprenden la falta de inter¨¦s del ni?o por disfrutar de refrescantes ba?os acu¨¢ticos.
Conviene no menospreciar los miedos infantiles, por absurdos que nos parezcan a los adultos. El p¨¢nico de los ni?os al agua tiene que ver con que se trata de un medio que los humanos no controlamos del todo y que puede suponer riesgo para la vida. Curiosamente, nacemos ¡°con un seguro antiahogo, porque nos desarrollamos en el l¨ªquido amni¨®tico durante la gestaci¨®n y tragamos l¨ªquido, pero debido a que en esa etapa tenemos una deformidad en la glotis, no se introduce l¨ªquido en los pulmones. Por ello, vemos beb¨¦s buceando tranquilamente y sin miedo a no poder respirar o a ahogarse. Cuando los ni?os son m¨¢s mayores, la glotis ocupa la posici¨®n que mantendr¨¢ el resto de nuestra vida y es entonces, cuando puede entrar l¨ªquido en los pulmones que provoque el ahogamiento. Es en estos momentos, cuando aparecen los miedos evolutivos que garantizan nuestra supervivencia, ya que en el agua nos movemos m¨¢s lentos, respiramos de forma diferente y hay que saber nadar¡±, explica Abel Dom¨ªnguez, psic¨®logo infanto-juvenil, director de Dom¨ªnguez Psic¨®logos.
La hidrofobia de los ni?os puede tener su origen en una experiencia traum¨¢tica que haya causado miedo en el ni?o, ¡°como una ca¨ªda al agua o el hecho de haber visto a otros ni?os en el agua con miedo. El temperamento influye en el proceso de adaptaci¨®n del ni?o al medio acu¨¢tico. En relaci¨®n con familiarizar a los peque?os con el agua, es aconsejable que los padres jueguen con sus hijos en la ba?era para que conviertan el rato del ba?o en un momento l¨²dico y agradable que disfrutar. Tambi¨¦n ayuda el hecho de tener modelos infantiles que se desenvuelvan con tranquilidad y soltura en el agua; lo pasen bien y jueguen, as¨ª como el uso de flotadores, manguitos o cinturones, siempre con la supervisi¨®n de los adultos para evitar sustos y disgustos en el agua¡±, comenta Abel Dom¨ªnguez.
La actitud de los progenitores con respecto al miedo de su hijo al agua
?C¨®mo gestionamos que nuestro hijo tenga miedo al agua? Es una pregunta que conviene que los padres se formulen. ¡°Es importante identificarlo para poder gestionar mejor ese miedo. Puede ser que los adultos se den cuenta de que la situaci¨®n les desespera o que eviten ir a la piscina para no enfrentarse al miedo del ni?o o que d¨¦ tanta pena, que se le transmita al ni?o de manera inconsciente su impotencia para gestionar ese miedo. De estas formas, potenciamos su miedo en vez de ayudarle a superarlo. Es importante que el ni?o sienta que su miedo se acepta y que se le transmita la seguridad y confianza de que es capaz de superarlo poco a poco¡±, explica Gonzalo Casso P¨¦rez, psic¨®logo del centro Nudos.
La tolerancia y aceptaci¨®n de los miedos de los ni?os, por absurdos que parezcan, es importante, porque de otra manera, ¡°el ni?o se sentir¨¢ rid¨ªculo y avergonzado. Pero si le ofrecemos seguridad y le acompa?amos en el proceso de vivir ese miedo, se atrever¨¢ poco a poco a enfrentarlo, interiorizar¨¢ esa seguridad que se le transmite como propia y se desprender¨¢ de los apoyos, ya sean padres, manguitos o cualquier otro tipo de recurso. Podemos transmitir al ni?o confianza a trav¨¦s de la conexi¨®n con ¨¦l y con su lenguaje, el juego y mejor todav¨ªa si es compartido con otros ni?os de su edad¡±, aconseja el psic¨®logo Gonzalo Casso, que en ¨²ltima instancia, recomienda solicitar apoyo a profesionales como un monitor de nataci¨®n o un psic¨®logo.
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