As¨ª te enga?a la publicidad para que compres productos ultraprocesados a tus hijos
El 77% de los anuncios que se emiten en Espa?a son de alimentos poco saludables y no cumplen los l¨ªmites establecidos por la OMS
"Hablar de que un ni?o necesita su primera galleta, ser¨ªa como decir que necesita su primera bofetada". As¨ª de contundente se muestra el nutricionista Juan Revenga cuando se le pregunta sobre los reclamos publicitarios que utilizan las multinacionales de la alimentaci¨®n para vender alimentos ultraprocesados al p¨²blico m¨¢s vulnerable: los m¨¢s peque?os de la casa.
Su respuesta, adem¨¢s de tajante, no est¨¢ exenta de raz¨®n. En Espa?a actualmente un 23,2% de los ni?os sufre sobrepeso y un 18,1% obesidad, seg¨²n los datos del estudio Aladino de 2015. Una epidemia, como lo denomina la OMS, que tiene dos responsables directos: el sedentarismo y el aumento del consumo de productos ultraprocesados.
Pero, ?c¨®mo llega un ni?o de menos de un a?o a comer su primera galleta o a beber su primer batido? La respuesta: gracias a sus padres que los compran guiados por los reclamos publicitarios.
"Actualmente la publicidad de productos ultraprocesados se est¨¢ dirigiendo a un p¨²blico cada vez m¨¢s joven", apunta Carmen Echazarreta, profesora de Comunicaci¨®n Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Girona. Seg¨²n Echazarreta este cambio se debe a que los adultos cada vez est¨¢n m¨¢s concienciados con su salud y evitan esta clase de?alimentos. "Sin embargo, cuando se trata de comestibles dirigidos a? ni?os, las multinacionales juegan con la publicidad para venderlos como sanos y saludables cuando no lo son", apostilla.
Para el nutricionista Mario Ortiz, el enga?o es incluso mayor: "Lo primero que han hecho es convencernos de que los ni?os son como seres de otros planetas que necesitan una alimentaci¨®n especial, cuando no es as¨ª", explica, "una vez nos hemos cre¨ªdo ya nos pueden vender sus productos especiales, cargados de harinas refinadas, az¨²cares de todo tipo y un aporte nutricional que deja mucho que desear. Y que adem¨¢s, son la puerta de entrada al resto de ultraprocesados que consumir¨¢n a lo largo de su vida". Algo en lo coincide Revenga: "Si tienes que definir los peores perfiles nutricionales son los de los alimentos destinados a los ni?os de entre cuatro y seis meses. Porque es justo en este momento de la infancia en el que se pasa de la lactancia materna exclusiva y se comienza a dar otro tipo de alimentos. Tienen exceso de az¨²cares, falta de fibra... pero eso s¨ª, los cargan de vitaminas para venderlos como sanos".
"Al igual que est¨¢ controlada la publicidad de alcohol o de medicamentos, tambi¨¦n deber¨ªa pasar con la de productos ultraprocesados", opina Carmen Echazarreta
Para comprobar la cantidad de ultraprocesados dirigidos a ni?os que se anuncian diariamente en la televisi¨®n la OCU analiz¨® 54 horas de emisi¨®n a lo largo de una semana el pasado febrero. La organizaci¨®n, que llev¨® a cabo el estudio en colaboraci¨®n con la Escuela Nacional de Salud del Instituto de Salud Carlos III, centr¨® su investigaci¨®n en el horario que comprend¨ªa desde las seis de la ma?ana hasta las 00.00 ampliando el foco tanto en canales generalistas como en cadenas infantiles. Los resultados de este estudio fueron que el 77% de la publicidad que se emite en Espa?a est¨¢ directamente relacionada con alimentos poco saludables?y no cumplen los limites recomendados por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), que, de ser oficiales, no permitir¨ªan que esos productos se anunciasen?ni se dirigiesen?a ni?os.?
La pregunta que surge es obvia: ?C¨®mo permiten las autoridades sanitarias la emisi¨®n de esta clase de reclamos dirigidos a un p¨²blico tan vulnerable? Revenga opina que la "respuesta es sencilla" y "se debe al dinero". "Son empresas que manejan presupuestos enormes, por eso las administraciones las apoyan y promocionan. Da igual que los productos con ese perfil nutricional generen m¨¢s enfermos", a lo que a?ade: "Puede que suene a teor¨ªa de la conspiraci¨®n, pero no lo es. Revistas especializadas de conocido prestigio como The Lancet?han elaborado estudios sobre este tema y han concluido que a los esfuerzos en materia de salud P¨²blica para prevenir la incidencia de las enfermedades no transmisibles (tales como la obesidad o el sobrepeso) se oponen constantemente los intereses comerciales de los poderosos agentes econ¨®micos".?
Para Echazarreta no solo es una cuesti¨®n de dinero, que tambi¨¦n, sino que para ella, al igual que para organismos como la OCU, la proliferaci¨®n de esta clase de publicidad se debe a la inexistencia de una regulaci¨®n espec¨ªfica m¨¢s all¨¢ del conocido como c¨®digo PAOS (Publicidad, Actividad, Obesidad y Salud). Este c¨®digo no es m¨¢s que un?conjunto de normas donde se establecen una serie de reglas que sirven de gu¨ªa para todas aquellas compa?¨ªas adheridas en el desarrollo, ejecuci¨®n y difusi¨®n de sus mensajes publicitarios cuando estos est¨¢n destinados a los menores de doce a?os. Una autoregulaci¨®n que seg¨²n la OCU no cumple con la recomendaci¨®n n¨²mero uno de la OMS en esta materia que es: "reducir el impacto que tiene sobre los ni?os la promoci¨®n de alimentos ricos en grasas saturadas, ¨¢cidos grasos de tipo trans, az¨²cares libres o sal". Revenga se muestra todav¨ªa m¨¢s cr¨ªtico con este sistema de regulaci¨®n al afirmar que lo que "ha hecho Sanidad con el PAOS es permitir que las propias empresas de ultraprocesados regulen qu¨¦ tipo de publicidad emiten". A lo que a?ade: "Aqu¨ª que cada uno que saque sus conclusiones".
Adem¨¢s, Echazarreta apunta a otro problema en esta regulaci¨®n: la falta de organismos estatales que controlen el tipo de publicidad dirigida a menores que se emite. "No existe un consejo audiovisual en Espa?a porque es una competencia que est¨¢ derivada a las Comunidades Aut¨®nomas, y aun as¨ª estos organismos, como el CAC (Conseil Audiovisual de Catalunya) apenas ejercen un poder sancionador, dan tirones de oreja o ponen multas que resulta irrisorias para estas compa?¨ªas". Para Echazarreta la soluci¨®n pasar¨ªa por aplicar normas m¨¢s estrictas a este respecto. "Al igual que est¨¢ fuertemente controlada la publicidad de alcohol o de medicamentos, tambi¨¦n lo deber¨ªa estar la de productos ultraprocesados que son da?inos para la salud", sostiene.
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